Si cae el barril de petróleo, deberían caer otros precios


Franz Rafael Barrios GonzálezcaeLa cotización del petróleo/barril descendió a $55. 91, “por debajo de la barrera psicológica de los 56 dólares, su nivel más bajo desde mayo de 2009” (Página Siete). Es decir, por debajo de lo que cotizaba el año (2010) del «gasolinazo».Recuérdese que cuando anunciaron el gasolinazo en 2010, el Vicepresidente Álvaro García Linera, salió a decir que el precio de los carburantes (que no debía ser subvencionado, en su teoría) dependía del elevado precio internacional del barril de crudo.Ahora, si empleamos el mismo argumento del Gobierno (en sí el del promotor del gasolinazo, García Linera) de condicionar la subvención a la elevada cotización internacional del barril de crudo de entonces (2010), tenemos que:Si en estas últimas semanas la cotización del barril de petróleo bajó, y ello hasta «nos permitirá ahorrar» (según el Ministro de Economía Luis Arce), lógicamente, el precio de los carburantes DEBERÍA BAJAR; con lo cual también bajaría el precio de los pasajes y del ‘flete de transporte’, y a su vez el de los productos necesarios para vivir (canasta familiar).Qué sentido podría tener una subvención, si la cotización (elevada) por la que subvencionabas como Estado, BAJÓ.A decir del Ministro Luis Arce, «cuando caen los precios, (…) por el lado de las importaciones, nos beneficiamos con precios más bajos, vamos a erogar como país menos dólares para comprar la misma cantidad de diésel y gasolina”.Entonces, con mayor razón y justicia, deben rebajar los precios. Porque si no, el Gobierno le estaría “ganando” al consumidor especulativamente!Asimismo, si según el Presidente Evo, “estamos mal en tema de líquidos, gasolina y diésel, por tanto en tema de explotación de petróleo”, naturalmente, la millonaria importación seguirá siendo un ‘ítem’ que se subvencione; cuyo coste, dependerá -siempre- de la cotización del barril de crudo a nivel internacional.Y si esta cotización baja, desde una perspectiva sensata y regulatoria, deberían asumirse «rebajas»  en una serie de precios a nivel interno.La realidad es que la cotización del barril de petróleo bajó a $55.91.Cotización (otrora elevada) de la cual depende la millonaria subvención, en los hechos y en el mismo discurso gubernamental.Y lo que sucede es que el Gobierno no quiere adaptarse a la realidad, reitero, de la abrupta caída de la cotización del barril y la necesaria adecuación de precios a nivel interno.Dicho de otra forma. Si como Gobierno pretendían evitar que el Estado “siga desangrándose” con la millonaria subvención a los carburantes, vistos en un escenario de abrupta caída de la cotización del barril de crudo (quién sabe sostenida), resulta lógico y propicio regular los precios, sin tener que afrontar un impacto social como el de un gasolinazo!