María Teresa RomeroLa gira de principios de año de Nicolás Maduro por Medio Oriente y Asia, ha sido especialmente cuestionada por los venezolanos y con mucha razón. Sus principales objetivos fueron buscar dinero fresco para paliar la tremenda crisis económica y fiscal que sufre el país, y tratar de impulsar con países amigos, como Irán, los precios del petróleo. Pero ninguno de esos dos propósitos se logró, aunque el Presidente y sus principales voceros gubernamentales hayan presentado la gira como un éxito rotundo. Aunque, a decir verdad, ¿cuándo no presentan como éxitos revolucionarios cualquier política o acción evidentemente fracasada?Pero la verdad es que en el paso presidencial por China, Irán, Arabia Saudita, Qatar, Argelia y el toque técnico en Rusia, no se firmaron acuerdos concretos, sólo se obtuvieron promesas y sonrisas diplomáticas. Su manida retórica antiimperialista de siempre, junto con la más nueva de echarle la culpa de la baja de los precios petroleros a “las decisiones geopolíticas (de EE.UU) destinadas a afectar a Irán, a Rusia y a Venezuela”, como señaló Maduro en Teherán, ya no tienen eco ni siquiera en los gobiernos más allegados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El régimen iraní, por ejemplo, todavía no ha anunciado que coordinará entre los países del Medio Oriente –como aseguró Nicolás Maduro– una estrategia para revertir la rápida caída de los precios del petróleo.Con una popularidad nacional e internacional tan golpeada, ¿era necesario que Maduro hiciera este esfuerzo diplomático cuando el ex canciller, el ex ministro Energía y Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez, ya había fracasado en los varios intentos realizados en el 2014?; ¿Era necesaria esta gira presidencial cuando es sabido que Arabia Saudita ha insistido en la posición de mantener a la baja los precios del petróleo?En China, el mandatario anunció que había logrado aportes por 20.000 millones de dólares, pero no se trata de un financiamiento que le diera liquidez inmediata para paliar la tremenda crisis escasez de alimentos y medicinas actual, sino de potenciales inversiones para ampliar proyectos de alta tecnología y telecomunicaciones, como aumentar la banda ancha de internet o seguir fabricando computadoras, tabletas y teléfonos de última generación. Además, la visita a China del presidente venezolano se produce semanas después de que el vicepresidente para el Área Económica, Marco Torres, también viajara a ese país en busca de un nuevo préstamo, que tampoco logró.En general, el impacto político de la gira fue contraproducente para el propio Presidente y su gobierno. Y no sólo porque no cumplió con los objetivos tantas veces promocionados por los diversos medios de comunicación del Estado, sino porque la figura de Maduro se vio debilitada. Ha sido muy criticado que Maduro parara en Rusia para no ser recibido por el presidente Vladimir Putin y ni siquiera por el Canciller ruso, sino por el viceministro de relaciones exteriores; a la vez, que asistiera a la reunión de la CELAC en China que fue de cancilleres y no de Jefes de Estado. Y, por último, que a esta gira viajara de improviso –casi en forma desesperada– con una enorme y costosa comitiva, en un momento en el que la población entera está a la espera de que el gobierno anuncie y ponga en práctica medidas sobre el sistema cambiario de divisas y con una percepción generalizada de descalabro total del país.En opinión del diputado opositor a la Asamblea Nacional, Carlos Berrizbeitia (ProVe), esta gira del presidente Maduro contó con una comitiva integrada por más de 70 personas, entre periodistas, militares, ministros, personal de seguridad, médicos y familiares, y tuvo un costo de más de 1 millón 300 mil dólares. (http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/150106/berrizbeitia-viaje-de-maduro-a-china-cuesta-1-millon-300-mil-dolares).Ya la sociedad venezolana, ni siquiera la chavista, le tolera o justifica un viaje tan costoso. No son los tiempos de bonanza petrolera ni Nicolás Maduro es Hugo Chávez. La opinión pública ha expresado en encuestas de calle su malestar por este viaje en que, además, el mandatario viajó en un avión de la fuerza aérea de Cuba con tripulación cubana y se llevó a toda su familia, como bien trascendió en fotografías en que su esposa e hijos se mostraban divirtiéndose en un costoso hotel chino.No es casual que esta gira haya ahondado los rumores de golpe de Estado contra el Presidente.Infolatam(Caricatura: Trond, El Día)