Karen ArauzCuando Bolivia está al borde del tercer período de la administración masista, realidades fuera de nuestras fronteras, nos enfrenta a la conclusión de que hay caminos trazados por el que transitó entre delirio y despilfarro, ese caudillo bárbaro nacido en la tierra del Libertador. Su legado a algunos países de Latinoamérica -pocos, afortunadamente- es un ferrocarril en marcha sin frenos, que terminarán indefectiblemente, estrellándose contra el muro del absurdo. Hugo Chávez tuvo la suerte de terminar su vida rodeado de alabanzas y ensoñaciones, librándose de tener que rendir cuentas a millones de ciudadanos de estos países cuyas clases dirigentes se subieron a la locomotora de su enajenación.Chávez, intuía que sus alucinaciones de figura de primer nivel global, sólo serían posibles arrimándose a miembros descastados de la comunidad internacional. Y así lo hizo. Su aproximación al siniestro Ahmadineyad, su interesada ayuda a los Castro más el discurso exaltado contra Estados Unidos, le redundaron en pura ganancia con unos cuantos confundidos en virtud a su repentino poder. El denominador común sobre todo, es el mesianismo que los convierte en paradigmas de omnipotencia cercana a la de Dios.Muerto Chávez, para sus seguidores, incluyendo a Nicolás Maduro quien tiene las horas contadas a costa de una verdadera tragedia para Venezuela, cundió el desbarajuste mediante el cual, cada uno y a su modo de entender, pretendieron continuar andando por la tortuosa y a veces inexistente huella dejada por el chavismo y su engañoso neo socialismo. Entre denuncias de corrupción y clara impunidad, a los tropezones, y aprovechando de la holgura económica circunstancial que usaron con fruición, miran frenéticamente cómo Raúl Castro (Fidel está más allá que acá, si acaso sigue acá), está archivando el socialismo y su nueva pasión es el señor mercado, de la mano de aquellos que ya no huelen a azufre sino a cigarro Partagás.El acercamiento de Cristina Fernández con Irán, surgió por iniciativa del padrino Chávez. Terminó firmando un oscuro acuerdo con los iraníes para jugar al trueque de hidrocarburos por granos, además de un borrón y cuenta nueva, olvidando el terrible atentado terrorista perpetrado a la AMIA, (entre las ochenta víctimas se cuentan cinco bolivianos) con un escalofriante sentido práctico de la vida. A estas alturas, la Argentina está viviendo horas de indignación y total pérdida de confianza y lo único que la salva, es la proximidad de las elecciones generales. La extraña muerte del Fiscal -que estaba sentando en el banquillo a la mismísima presidente- podría ser, quien sabe, el adendum secreto del acuerdo que debía sacar a ambos bandos del cadalso que estaba preparado. Con seguridad el MOSAD de Israel tiene la película completa.Bolivia, cuya timidez es compensada con el arrojo de Evo Morales, no estuvo al margen de la amistad apadrinada con Irán y para ello rompió relaciones con Israel. Mucho se murmuró de vuelos secretos desde Santa Cruz a una base militar en Venezuela, donde con sigilo, aviones cargueros de Irán recogían variadas muestras del uranio extraído del pre-cámbrico cruceño por tropas venezolanas siempre tan nutridas y amistosas con Bolivia. Cuando en mayo de 2011 el ministro de Defensa iraní, se lucía impunemente en este territorio amigo, tuvo que poner pies en polvorosa, pues la Interpol estuvo a punto de ejecutar el sello rojo de aprehensión en su contra. Ahmad Vahidi, es buscado internacionalmente justamente por el atentado de 1994 contra el centro judío AMIA en Buenos Aires.Los países del ALBA tienen actitudes que de no ser patéticas, serían enternecedoras por su candidez. No otra cosa significan los periplos turísticos a China y Rusia, ilusionados con que esos amigos verdaderos les sacarán las castañas del fuego. Allá van, en pía peregrinación, prefiriendo ignorar que Putin y Xin Jinping, cultivan cierta cercanía con América Latina porque: sirven sus votos en NNUU, molesta a los gringos y además porque no estaría mal tener amigos que les hagan un campito donde eventualmente poner una base. En el fondo, si estos países no resultan útiles para sus propios proyectos, que incluye venderles desde satélites hasta camisetas, les valdrán un reverendo corcho los exóticos territorios de las indias y sus agraciados presidentes.Los adscritos al socialismo del siglo XXI, -los que aún tienen algún tiempo por delante-, tendrán que aguzar el ingenio para supervivir. Chávez tuvo el mal gusto de morirse, los Castro otean el horizonte hacia al norte, los asiáticos se aburrieron de comprar materias primas y los árabes de bombear tanto petróleo.Se está a horas de inaugurar el tercer período. Decenas de caballos de raza recién adquiridos y mágicos helicópteros, le darán a todo el escenario un aire de ópera prima. Si hasta dan ganas de sentir orgullo imperial e inmensa alegría por lo pudientes que somos. Lamentablemente, no todos pueden estar en Tiwanaco. Y no todos tienen Tv. En el efectista y apoteósico culto, -para mayor deleite nuestro y envidia ajena-, Evo Morales lucirá ropaje ceremonial de pura vicuña y aparejos de oro.(¿Ignoran que la comercialización de la carísima lana de vicuña está prohibida en el Estado Plurinacional por ser este pequeño y finísimo camélido, una especie en peligro de extinción? Sin ánimo de aguar la fiesta, no suena tan mal eso de en peligro de extinción).El Día – Santa Cruz