Nicolás Menacho, los 90 del padre del trasnochador


Uno de los grandes compositores del folclore oriental se encuentra hoy de aniversario. En esta entrevista revisa su legado, su actualidad y sus impresiones sobre el futuro de la música

EL DEBER visitó ayer a don Nicolás Menacho en su domicilio ubicado en un condominio al norte de la ciudad

EL DEBER visitó ayer a don Nicolás Menacho en su domicilio ubicado en un condominio al norte de la ciudad

Cuando tenía 50 años, el compositor de El Carretero aseveraba que el que vivía hasta los 80 lo hacía de grosero. Don Nicolás Menacho Tarabillo no imaginaba que festejaría nueve décadas de vida entre la gratitud, la admiración y el cariño de su pueblo. La estampa saludable que mantiene el profesor se debe a una vida ordenada y dedicada a su familia. Se ríe cuando se le pregunta si piensa en llegar al centenario.



“No tengo tanta imaginación. Que sea lo que Dios disponga”, dice en la sala de su casa donde EL DEBER lo visita en vísperas de su natalicio.

Cortando el sur
“Aún mantengo relación con letristas como don Pedro Rivero Mercado, con el que aún estamos haciendo canciones para cantar a la belleza del oriente boliviano, comenzando con sus mujeres pasando por sus paisajes y sus tradiciones”, afirma.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Sus obras sobrepasan los 200 temas, algunos de ellos creados con las letras de destacados cruceños como Raúl Otero Reiche, Luis Darío Vázquez y Hernando Sanabria. Un legado que, según adelanta dejará a sus herederos para que la administren. “Los compositores estamos protegidos por la ley de derechos de autor aunque no se la respeta como se debe, pero que últimamente ya se están dando muestras de responsabilidad”, señala.

Ya no toca el piano porque sus dedos ya no responden como antes, pero siempre tiene a disposición instrumentos como la guitarra, la flauta traversa y la melódica con los que formó a varios artistas nacionales.

Con sus modales de caballero cortés afirma que se siente halagado con los homenajes que ha recibido en estos últimos años, entre ellos la edición de un disco por parte del Gobierno Municipal con la reedición de sus obras interpretadas por artistas contemporáneos, el reconocimiento del Festival de Bandas organizado por la comparsa Crema Camba o la distinción en forma de plaqueta que recibió de la Sociedad Boliviana de
Autores y Compositores. “Me siento agasajado porque mis familiares se reconfortan con esas muestras de admiración y cariño”, sostiene.

El profesor está agradecido con sus compañeros creativos y con los intérpretes que perpetuaron sus obras, entre ellos el grupo Los
Cruceños, Las hermanitas Saldaña, Arturo Sobenes y Los Cambitas, estos últimos grabaron más de 100 canciones que llevan la firma de Menacho.

Y con la lucidez de los grandes asegura que el folclore del oriente boliviano es muy rico y amplio, que puede ser explotado a la par de las manifestaciones de otros países. Reconoce el taquirari y la chobena como los ritmos principales, pero no le resta jerarquía a los compases compuestos, como él llama al carnaval y el brincao.

Cuando le consultamos su criterio sobre la utilización de formas foráneas en piezas emblemáticas del cancionero popular oriental como el vals o la polka aclara con maestría.

“No es que nos hayamos apropiado de esos géneros, sino que son ritmos mundialmente reconocidos con los que aprendemos a estudiar música. La música se hace donde quiera que esté el compositor y toma los sonidos que estan a su alcance”

Fuente: eldeber.com.bo