Los procesos abreviados por el caso Rozsa se parecen demasiado a los famosos “juicios de Moscú” o “juicios de Stalin” con los que el dictador soviético liquidó a la oposición entre 1936 y 1938.En aquel entonces integrantes de la vieja guardia bolchevique, entre los que se encontraban figuras como Zinoviev, Kamenev y Bujarin, fueron acusados falsamente de organizar actos terroristas, como excusa para desbaratar los últimos resabios contestatarios a la hegemonía absoluta de Josef Stalin.Luego de ser encarcelados y torturados, varios de ellos “confesaron” públicamente ante las cámaras de televisión, aceptando su “responsabilidad moral”. Quienes accedieron a la farsa vieron conmutada la pena de muerte por la de prisión.Ahora, en el Estado Plurinacional Evista que sustituyó a la República de Bolivia, varios acusados por el gobierno de organizar actos terroristas que nunca sucedieron acceden, tras varios años de prisión y múltiples abusos, a aceptar su participación e inculpar a líderes opositores y empresarios extorsionables, a cambio de quedar finalmente en libertad.La similitud es una nueva prueba de la filiación totalitaria del régimen de Evo Morales…[email protected]