Con el alma de niño


 En cada acto, cuando toca hacer más aguda la voz, cinco actores sacan a su niño interior

Actúan juntos. justamente el elenco humorístico de los propios tienen show el 17, 18, 19, 24, 25 y 26 de abril en el teatro René Moreno

Actúan juntos. justamente el elenco humorístico de los propios tienen show el 17, 18, 19, 24, 25 y 26 de abril en el teatro René Moreno

Titito viene de chiquitito, que es el apodo de Santiago, el primer hijo del comediante Sebastián Moreno, y que hoy arranca risas al público que lo va a ver en sus actuaciones en Los Propios.



Pepita es la amiga de Titito, no sabe su edad exacta, pero juntos conversan historias propias de su edad. ¿Quién la personifica? Nada más y nada menos que la misma actriz de Estefanni Brillit, Maria Renee Liévana.

Jennicita es la niña de siete años que la reina del humor, Jenny Serrano, encarna en cada actuación desde hace 20 años en Champagne Show.
Flor de ñañaca es una pequeña ’ñañaquera’ interpretada por la actriz y comediante Carolina Bessolo desde hace siete años; ella y Vanesa Fornasari en cada actuación se empapan de diversos personajes infantiles en el grupo de teatro Libélula.

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Cada uno de los actores y comediantes deben esforzarse, para algunos les demanda más tiempo y dedicación llegar a personificar exactamente a un niño, solo que en el cuerpo de un adulto.

Si para unos es más fácil que para otros, pero no es imposible, ¿la razón? los cinco se sienten conectados a su niño interior, aquel que las personas cuando comienzan a dejar de lado los juegos, muchas veces deciden ocultarlo, hundirlo, o simplemente ignorarlo.

Ver el mundo como ellos
“No me es difícil hacer de Titito ya que lo personifiqué involucrando la sicología infantil. Los niños ven el mundo de manera distinta y es lo que siempre agrada de los infantes, su inocencia para encarar cualquier tema”, explica Sebastián.

El comediante relata que cuando era niño siempre fue bastante observador y hasta callado. La concentración y el empeño que le ponía a sus asuntos, siempre hizo de Sebastián una persona meticulosa. Se entretenía mucho con juegos de armar y construir.

¿Pero adaptó algo del Sebastián niño en Titito?
“Supongo que sí, el personaje es lleno de vida y muy espontáneo, ocurrente y bastante objetivo”, cuenta Sebastián.

Actuar de niño es demandante, es más difícil que personificar a otro adulto, sobre todo a Sebastián, lograr la voz de un infante es lo que más le costó para tener una buena acogida en su público. Por eso es que él cuida bastante de ella para no poder, luego, tener problemas en su interpretación.

Al público le gusta ver siempre sobre las tablas a un niño, porque cree que para ellos es bastante divertido ver a un adulto lograr meterse en el corazón y en la mente de un niño.

“A aquellos adultos que esconden a su niño interior, les digo que es lo más lindo de un ser humano, esa etapa de la vida es la más noble y hermosa, todos lo llevamos y seríamos mejores personas si continuáramos sintiendo y pensando de la manera en cómo los niños ven el mundo” dice.

La amiga de Titito
Pepita no sabe su edad, pero hace dos años que convive con la comediante Maria Renee Liévana.
Dentro de lo que la actriz le gusta hacer, es imposible para ella obviar un personaje como la Pepita. “Tenía que hacerla como yo fui, bastante extrovertida, inquieta, intrusa, pícara, inocente pero a la vez sabiéndomela todas, bastante dañina, rebelde al sistema impuesto por los adultos. Es una niña que no tiene pelos en la lengua por su misma inocencia porque no le ve el lado malo a las cosas que los adultos vemos”, relata María Renee.
El personaje de niña Maria Renee lo crearon para Los Propios hace dos años.

En Chaplin Show, la comediante interpretaba a una niña que no tenía nombre pero con similares características hace unos 15 años.
Para ella cada personaje tiene su propia dificultad, si bien se divierte mucho con cada uno que hace, con Pepita tiene un tinte especial, debe cuidar muchas cosas para que no salga un personaje de niña grotesco.
“Una niña no tiene tanta licencia para decir malas palabras como La vieja, como Estefanni, o como el Coco Titirico, tiene que cuidar mucho su lenguaje”, aclara Maria Renee.

Para ella lo más difícil, mientras los años van pasando, es parecerse a ellos, porque uno va envejeciendo y cuesta más ser igual a ellos. “Hay niños interpretados por actores mayores como Chabelo, uno lo ve, si bien sentís cariño pero como que se ve un poco grotesco porque ya es una persona adulta el actor”, reflexiona.

La inocencia de los niños en la forma que tratan los temas que son importantes para los adultos, cree Maria Renee que es lo que atrae al público de los personajes infantiles.
La comediante se considera una niña en relación a la resolución de problemas, no porque no sea una persona madura, sino porque cree que las personas deben ser simples como ellos, no ahogarse en un vaso de agua sin motivos. “Debemos guardar la inocencia que ellos nos enseñan, enfrentar el día a día con optimismo”, dice.

Para los adultos que buscan esconder su adulto interior, Maria Renee aconseja que en la medida que las personas estén en relación con su niño interior, todo funcionará mejor. “Tenemos que aprender mucho de los niños y no al revés”, finaliza.

Libélulas en acción
Vanesa Fornasari (32) y Carolina Bessolo (29) comparten diversas enseñanzas a través de sus distintos personajes en el grupo de teatro Libélula que la primera creó hace más de seis años.
“Por eso dicen que el teatro es una terapia, uno puede rememorar cosas del pasado e ir resolviéndolo en el presente, hay muchos miedos, temores, dudas, experiencias que uno tiene de niño, que las puede traer de vuelta con un personaje en el teatro y lo podés resolver ahí mismo, esto es genial”, dice Carolina.

Para Vanesa actuar frente a niños es más demandante, porque si a ellos no les gusta lo que están viendo simplemente se paran y se van. “En cambio el adulto no, se queda allí pero luego no regresa”.
Son personajes que nacen a partir del encuentro con su yo interior, que “es de la fantasía, del entregarlo todo sin condiciones, de la espontaneidad”.

El teatro es una herramienta que le da esa oportunidad de expresar energía infantil constante que siente Vanesa.
Además del grupo de teatro, Libélula tiene otra unidad de trabajo, en donde amenizan fiestas infantiles.

Carolina cree que lo más lindo es disfrutar como niños, porque muchas veces les pasa que los chicos están sentados viéndolas y los padres, más allá, con una sonrisa de oreja a oreja, aplaudiendo las canciones porque se transportan, vuelven a ser niños, “¿A quién no le gustaría volver a serlo? Por lo menos vivir esa época tan linda de la infancia”.
Ambas aseguran que las personas deben dejar aflorar a su niño interior, porque así la vida es más llevadera, sin complicaciones y sin estrés.

Ser parte de ellos
En un determinado momento de la conversación Jennicita asoma con picardía para contar que el año pasado, luego de 20 años, cumplió siete añitos. “Me regalaron una rana de peluche y muchos abrazos”, cuenta la niña que la comediante Jenny Serrano creó como reflejo de lo que fueron en su niñez sus hijas Nataly (21) y Stefany (17).

“Uno como mamá ve el proceso de crecimiento, veía sus actitudes, cómo jugaban, aprendían, cómo les daba vergüenza cuando se equivocaban en alguna palabra, cuando recitaban y se olvidaban una frase se ponían nerviosas y agarraban sus manitos, ocultaban sus piecitos, todos los movimientos que hacían, yo me los iba empapando”, cuenta.

Para Jenny no existe nada difícil en interpretar a una niña, incluso sus conocidos le dicen que los años no pasan para ella, justamente porque tiene la facilidad de volver en el tiempo, la voz la puede modular de tal manera que incluso cantando puede sacar el tono de una niña con mucha claridad, sin esfuerzo y sin muletillas.

El que ve a Jenny Serrano observa a una persona que no tiene miedo, que se proyecta en el escenario, que tiene un gran manejo de masas aunque en su infancia era muy tímida.

“Salí bachiller a los 15 años y yo creo que esa diferencia que había entre mis compañeros y yo hacía que sea tímida”, recuerda.

Cree que al público le gustan los personajes infantiles porque les place reírse de las ocurrencias. Como cuando uno asiste a un acto del colegio, explica, todos se ríen de las equivocaciones de los niños.
“Es un personaje muy potable, por ejemplo, el Chavo del 8 que lleva tantos años en las pantallas con cosas como eso, eso, eso o me doy, cosas tan chicas que causan hilaridad, porque son cosas inocentes”, enfatiza la comediante

Sanar el niño interior
La sicóloga Cristina Pérez, que escribe en la web www.lamente esmaravillosa.com, explica que todos llevan por dentro el niño que fueron.

“Cuidar el niño interior es de vital importancia para la mejora emocional y para mantener una sana autoestima. Casi todos en la infancia hemos tenido heridas emocionales, que si no solucionamos en su momento, el niño interior estará dañado. Ahora podemos intentar comprender lo que le pasa para sanarlo”.

Cuando sienta una emoción negativa, pregúntese por qué se siente así y trate de comprenderse, de buscar la manera de mejorar esas negatividades. “Ese niño interior necesita amor”.
Entre los ejercicios que la sicóloga sugiere para sanar su niño interior, está el de la visualización.

Imagine su etapa de la niñez. ¿Cómo era con aproximadamente ocho años? Trate de visualizar cómo era físicamente y si le cuesta, puede mirar alguna foto para refrescar la memoria y captar todos los máximos detalles posibles.

Piense en sí mismo de pequeño, en su habitación solo, ¿qué hacía cuando estaba en su cuarto a solas? Imagine aquella etapa de la niñez, vea al pasado y recuerde cada detalle. Qué muebles habían en su cuarto, de qué colores, a qué jugaba, etc.

Cuantos más detalles reales instale en la imaginación, mejor efecto causará el ejercicio. Ahora imagine a sí mismo como es ahora, que está entrando a la habitación que tenía cuando era pequeño, abre la puerta y ve a un niño cabizbajo, inseguro. Ese niño es usted cuando era pequeño”, enfatiza Pérez.

En la habitación está usted, tal y como es ahora, acompañado por un niño, que es el de su infancia. ¿Y esto para qué sirve? Para sanarse de las heridas del pasado. La persona adulta puede tratar, conversar, acariciar al niño que fue, usando la imaginación.

Si ha llevado a cabo el ejercicio y ha puesto en marcha su imaginación, se dará cuenta de que sus partes más inseguras, crueles y temerosas, provienen de su niño interior. Trate de cuidarlo, quererlo y aceptarlo y notará mejoría emocional, a la vez que su autoestima quedará reforzada.

“Los adultos que tienen hijos, pueden volver a divertir a su niño interior cuando juegan con sus hijos pequeños, ¿quién no ha oído? al padre le gustan más los videojuegos que al hijo, en cambio las personas adultas sin hijos, se reprimen más a la hora de hacer cosas propias de la infancia”, aclara la sicóloga.

No hay nada más saludable que dejar que su niño interior sea espontáneo. La edad adulta también necesita sacar esa parte divertida

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JENNY

Jenny Serrano humorista
FOTO: JENNY SERRANO

Fuente: eldeber.com.bo