El panorama político después de las elecciones subnacionales de Bolivia.
Nueva generación de políticos tiene un discurso concertador
Los actores que ganan protagonismo tienen una actitud conciliadora, son estratégicos. Muestran con sus actos y declaraciones que no buscan confrontar.
Página Siete / La Paz
Como en el fútbol, el alcalde electo de Cobija, Luis Gatty Ribeiro, hace una gambeta. Ante la pregunta ¿Qué hizo mal el MAS, a su parecer, para perder en esa plaza? Responde: «Eso, mira, lo sabe el ciudadano”.
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Es cauto. Está claro. No es para menos. Este político es parte de los actores que ganan protagonismo en el escenario político, los cuales emergen desde lo local, son jóvenes y ostentan un discurso más concertador frente al poder central.
«Una de las características de estos nuevos liderazgos es que no nacen en contra de Evo. Es decir, su propuesta no es únicamente oponerse al Presidente, como sucedió con los líderes opositores que emergieron en las elecciones de 2005”, explica el analista Diego Cuadros.
En esta nueva camada están también la alcaldesa electa de El Alto, Soledad Chapetón, el alcalde electo de Cochabamba, José María Leyes, el alcalde electo de Tarija, Rodrigo Paz, y el alcalde electo de La Paz, Luis Revilla.
La edad, un distintivo
Un rasgo de los actores que comenzaron a ganar protagonismo a partir de las elecciones subnacionales es su edad. La mayoría está en promedio por debajo de los 40 años. A diferencia de Evo Morales, Samuel Doria Medina y Rubén Costas, cuya edad está por encima de los 50.
Chapetón tiene 35 años; Leyes tiene 38; Gatty Ribeiro tiene 36 años. Luis Revilla tiene 43 años de edad y el alcalde electo de Tarija, Rodrigo Paz, 48 años.
A decir de Leyes, las elecciones del 29 de marzo aparte de consolidar liderazgos (como el de Revilla o el Costas), posibilitó el surgimiento «liderazgos emergentes” como el de Chapetón, el de Adrián Oliva en Tarija o el que él mismo representa. «Salen ahora por esta nueva lógica que la gente lo entiende, de cambio”.
Más conciliadores
Otro rasgo de estos actores es el discurso conciliador que tienen, el cual se aleja de la lógica de confrontación de opuestos.
«En la campaña, yo dije abiertamente mi disposición a trabajar con el Presidente, con el Gobierno nacional, por la lógica de la madurez democrática de las instituciones democráticas del país”, dice Paz.
Es más, hay líderes electos que expresaron su disposición a trabajar con el Gobierno y hablan de edificar el Estado Plurinacional.
Después de ganar las elecciones, Chapetón sostuvo que trabajará con todos los concejales incluidos los del MAS, pese a que contaría con la mayoría en ese espacio municipal. De igual forma, Leyes anticipó que coordinará con el Gobierno y otros niveles gubernativos.
«Ellos son conscientes de que son liderazgos emergentes, que necesitan ser construidos en el tiempo. Tienen una gran oportunidad que se la ha dado el pueblo. Para mí, están conscientes de que demostrando un buen trabajo van a poder ir escalando en sus aspiraciones políticas”, sostiene el historiador y politólogo Jorge Abastoflor.
No pueden ser encasillados
Una de los punto a favor que tienen estos actores es que debido a su condición de «nuevos” en la escena política es difícil que se los califique de derechistas o neliberales, como suelen hacer los líderes del oficialismo.
«La gran ventaja de estos líderes es que como son nuevos actores no se los puede encasillar con la derecha. Por tanto, tienen un discurso innovador sin costo político”, afirma Torres.
Paz considera que en las elecciones recientes no triunfó ideología alguna, sino la necesidad de mejorar la relación del Estado y la sociedad.
«Aquí no gano las derechas ni las izquierdas. Aquí ganó la necesidad de mejorar la relación del Estado y la sociedad a través de los servicios en salud, educación, infraestructura. Menos rentismo y mejores servicios para la población”, sostiene.
Offside a la polarización
En las elecciones de diciembre de 2005, el presidente Evo Morales fue electo con más del 50%; en esos comicios también se eligieron prefectos (ahora gobernadores).
Los resultados de ese proceso trazaron un escenario polarizador entre el Gobierno, liderado por Morales, y la oposición regional, que estuvo liderada por los prefectos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando. A esta facción se la denominó como «media luna”.
Las elecciones del 29 de marzo mostraron un escenario distinto, en el que se dejó atrás la polarización y emergieron líderes que no están inmersos en la idea de amigo-enemigo.
El analista político Andrés Torres explica que en los liderazgos emergentes se vislumbra un discurso más inclinado hacia la pluralidad, el cual está alejado del que se centraba en la idea de «buenos y malos”, lógica que primó cuando prevaleció la polarización en el país (2005-2010).
«Evo se convierte en el último actor en ‘blanco y negro’, de ‘los buenos y los malos’; y en frente están actores que son más pragmáticos, más renovados, con un nuevo discurso de cambio y renovación política”, afirma el especialista. El gobernador electo por La Paz, Félix Patzi, afirma que la tendencia polarizadora ya no tienen vigencia en el país, por la misma composición que tiene la sociedad boliviana.
«Bolivia, hay que admitirlo, es pues pluricivilizacional. Eso es Bolivia. Es totalmente abigarrado. Es totalmente multicultural. Por lo tanto, las tendencias de polarización no han funcionado”.
Una estrategia electoral
Después de ganar la reelección en las elecciones del 12 de octubre de 2014, el presidente Morales llamó a la oposición a trabajar por Bolivia. «Queremos decirles a los opositores: no hagamos confrontación vengan y trabajemos con ellos por Bolivia”, dijo.
No obstante, durante la campaña a las elecciones subnacionales, Morales advirtió que donde ganen los candidatos de la oposición él no trabajaría en las obras.
«Ese accionar hay que verlo como una estrategia electoral con el fin de incidir en el electorado”, sostiene Abastoflor.
Mientras que Torres afirma que «el Presidente estaba en una estrategia política, pensando que con la polarización iba a generar más adherentes… se encontró con todo lo contrario”.
Con todo, estamos ante una nueva generación que tiene «olfato” político y la cual está mostrando un perfil diferente.
Lo sabe bien Gatty Ribeiro, quien en diciembre de 2014 dejó el fútbol y en marzo compitió por la Alcaldía de Cobija.
«Es la primera vez que he entrado en la política. Lo hemos logrado. Somos nuevos en política pero con mucha ganas de trabajar por nuestra gente”, dice.
Puntos de vista
Soledad Chapetón, alcaldesa electa
Soledad Chapetón tiene 35 años. En las elecciones de octubre en 2014 postuló como candidata a senadora pero no ganó. En 2010, candidateó a la Alcaldía alteña, pero ganó Édgar Patana, a quien ella venció en las elecciones del 29 de marzo. Asegura que trabajará con todos los integrantes del Concejo. «Es un momento nuevamente de cambio”, afirma.
Luis Revilla, alcalde electo
Luis Revilla tiene 43 años. Fue presidente del Concejo de La Paz y alcalde del municipio. Fue fundador del Movimiento Sin Miedo junto con Juan Del Granado. Tras la desaparición de este partido, debido a que no alcanzó suficiente apoyo electoral en la elección de 2014, creó Soberanía y Libertad (SOL.bo) con la que encaró este proceso eleccionario.
José María Leyes, alcalde electo
José María Leyes tiene 38 años. Antes de ser candidato a alcalde fue postulante a gobernador en Cochabamba y vocero en el proceso electoral de octubre de 2014 de Unidad Demócrata, alianza entre el Movimiento Demócrata Social de Rubén Costas y Unidad Nacional de Samuel Doria Medina. «Hoy tenemos una oposición renovada con nuevos liderazgos”, dice.
Rodrigo Paz, alcalde electo
Rodrigo Paz tiene 48 años. Se desempeñó como diputado entre 2002 y 2005. También fue presidente del Concejo municipal de Tarija. Es economista de profesión.
«Yo entiendo que una gran mayoría de los hombres y mujeres que votaron por diferentes opciones a nivel nacional están pidiendo construir el Estado desde la regiones”, afirma.
Luis Gatty Ribeiro, alcalde electo
Luis Gatty Ribeiro tiene 36 años. En su primer intento en la política ganó la Alcaldía de Cobija. Viene del fútbol, el cual dejó en diciembre de 2014. «Dejo el fútbol antes que el fútbol me deje a mí”, dijo cuando jugó su último partido.
«Es la primera vez que estoy en política. Somos nuevos en política pero con mucha ganas de trabajar por nuestra gente”.