Moira Sandóval Calvimonte
Barack Obama fue muy criticado por la decisión de declarar a Venezuela como una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. A tiempo de arribar a Panamá para la VII Cumbre de las Américas, el decreto ya era insostenible no sólo por lo exagerado de su declaración, cuanto por lo inoportuno de su vigencia en medio de la Cumbre. Era previsible el destino de tal Decreto, que sólo fue útil para que Maduro vocifere sus más aguerridas arengas y groserías contra los “pitiyanquis”, culpándoles de todos los males de la economía y política interna. Y con eso justificó los desatinos de un sistema político que está en decadencia, alargando la vigencia del régimen que da sus últimos estertores.El presidente norteamericano ya se retractó del Decreto emitido, porque Venezuela no es un peligro para Estados Unidos. No puede representar riesgo bélico, ni político o ideológico, un país donde se debe presentar un certificado de nacimiento para comprar pañales, donde se raciona alimentos básicos. Venezuela bajo el actual régimen representa un riesgo, pero para los venezolanos.Pero entró en escena el presidente Morales, siempre capturando la atención de los periodistas, sea por la donación de computadoras a una escuela panameña, sea por las declaraciones solidarias a Venezuela, incendiarias contra el país del norte, pues al participar de la recaudación de firmas para que se revoque el mentado decreto, sentenció que “… el pueblo y los presidentes lo obligarán en Panamá”.Evo siempre calcula sus movidas, sabía que Obama tendría que retroceder, y se apresuró a liderar el movimiento reivindicatorio de la soberanía venezolana. El decreto tenía fecha de vencimiento.Pero prefiero creer que Obama, ante la amenaza de Evo, tuvo que reflexionar todas las implicancias de enfrentarse a Evo, pues aunque Estados Unidos tiene bomba atómica, Barack imaginó que Evo podría aniquilar su país de manera irreversible. ¿Con qué armas? Simple:
- Podría enviar una tropa de fiscales a inundar el sistema judicial americano, después ya saben el resultado: se instalaría una red de extorsión y en sus horas libres, enjuiciarían a todas las mascotas y animales domésticos.
- Mandaría a sus parlamentarios a hacer pasantía al Congreso americano, así los haría participar de la elaboración de leyes, como la ley electoral. Entonces, se acabaría la seguridad jurídica en USA.
- Mandaría a sus aliados de la CSUTB a que administren cualquier recurso destinado a los pobres, estilo Fondo Indígena, y harían desaparecer dichos recursos.
- Para reforzar la tarea anterior, enviaría una delegación especial de Bartolinas que eliminarían los documentos de la administración pública.
- Si lo anterior no fuera suficiente arsenal, mandaría algunos “interculturales” directo del Chapare, a repartir bolsitas de coca sobre el Congreso, universidades, colegios y parques, que llegarían como polvo blanco por la presurización de las avionetas. Con ello, enviciaría a los políticos, intelectuales y a la juventud por completo.
- Para administrar el presupuesto federal, enviaría artillería pesada: su Reymi F., su Groux, el hermano del vice y Patana, este último entregaría simultáneamente «sobrecitos» a ministros, contratistas y congresistas. Todo coordinado con la zarina anticorrupción Suxo, que daría lecciones de transparencia desde legaciones diplomáticas.
- Para corroer la democracia americana, terminaría enviando como delegación especial a los miembros del Tribunal Supremo Electoral a que administren las futuras elecciones.
- De yapa, haría que el Satuco, gringo Gonzáles, Quintana y Alvarito, den algunas declaraciones a favor de Obama, difundidas a todo el planeta con el satélite Túpac Katari, con lo que terminarían de liquidarlo por completo.
Con todo esto, vean que Obama la calculó bien, fue cuidadoso y salvó a Norteamérica. Qué le vamos a hacer, nuestro presidente es invencible. Tiene las armas nucleares más poderosas.