Editorial – El DeberPor fortuna, la democracia boliviana se renueva desde abajo y lejos de los ideologismos de izquierda o de derecha. La gente está reclamando buenas gestiones en los departamentos y municipios y ha elegido a quienes –más allá de sus banderas políticas– han hecho obras concretas por sus regiones.Cuatro líderes elegidos el domingo están marcando esta tendencia saludable: Soledad Chapetón, en El Alto; Luis Revilla, en La Paz; Rodrigo Paz Pereira, en Tarija, y José María Leyes, en Cochabamba. Los cuatro se han levantado como quijotes frente a los aparatos políticos del oficialismo que agravó su situación por líderes marcados por la ideología, la guerra sucia y el prebendalismo más que por la propuesta.Chapetón es, sin duda, el paradigma de este fenómeno. Esta mujer, de 35 años y de origen aimara, más allá de su adhesión a UN, se enfrentó a la estructura del MAS en desigualdad de condiciones.Su contrincante, el alcalde Édgar Patana, contaba con todos los recursos y respaldos del Gobierno. Pero pudo más su decisión de mostrar que El Alto había sido olvidado pese a que, en 2003, fue el epicentro de la denominada ‘guerra del gas’ y que su programa le puede dar una esperanza a los vecinos alteños con obras concretas y una visión de futuro. Algo similar ocurrió con Luis Revilla (Sol.bo), que, a sus 43 años, remarcó el valor de una gestión ordenada, transparente y eficiente que le dio otra cara a la sede de Gobierno. Ni la campaña sucia que el masismo armó contra Revilla ni la enorme cantidad de recursos publicitarios que se gastaron pudieron torcer la voluntad de los paceños por continuar una administración a todas luces destacada.En el centro del país, José María Leyes (Demócratas), con 37 años, también peleó contra viento y marea, dado que Cochabamba es uno de los bastiones políticos del MAS. Aunque el esquema de gobernabilidad para la gestión de Leyes será muy difícil, el nuevo gobernante cuenta con un fuerte respaldo político no solo en los barrios de clase media, sino también en las zonas más populares. Finalmente, Rodrigo Paz Pereira, con 47 años, se ha transformado en el segundo alcalde con más votación en términos porcentuales del país después de Revilla. Heredero de una larga tradición política junto con su padre, el expresidente Jaime Paz Zamora, el líder de UNIR señala también un camino de renovación en los liderazgos políticos por su propuesta de gestión edil con resultados. Seguramente hay otros líderes destacados en los municipios y gobernaciones. Pero estos cuatro alcaldes electos están marcando promesas de renovación que pueden abrir otras sendas para la democracia.