Fuga, fuga concertada, secuestro y boicot son las posibles jugadas. Elija la que le parezca más cercana a la realidad.
Martín Belaúnde Lossio. Foto: Cuarto Poder
La Paz, Bolivia, 25 de mayo (ANF).- La repentina desaparición del empresario peruano Martín Belaúnde de su habitación en el barrio paceño de Bajo Llojeta, la madrugada de este domingo, ha desatado numerosas conjeturas acerca de cómo pudo ser posible cuando faltaban solo horas su extradición a Lima.
Vigilado las 24 horas del día por cuatro policías, Belaúnde se encontraba habitando la casa de su garante y familiar, Yuliano Arista, más conocido como «el curaca blanco», un empresario dedicado a predecir el futuro y aconsejar a quiénes creen en sus vaticinios. Se ha dicho que un salto de la ventana a la calle en la casa del Curaca es poco probable sin causar lesiones en el evadido. Belaúnde se fue a dormir el sábado por la noche. A las siete de la mañana del día siguiente, los custodios no lo encontraron más. Cinco horas más tarde, el gobierno boliviano confirmaba la impericia.
¿Cómo pudo desaparecer? Acá formulamos cuatro hipótesis que el tiempo se encargará de descartar o validar:
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
1. Fuga.- Martín Belaúnde analizó fríamente su situación legal. Sabía que ya no le quedaban más recursos legales para interponer y que pronto llegaría un vehículo oficial para trasladarlo al aeropuerto de El Alto con rumbo a Lima. Entonces jugó su última carta. Sobornó a los policías encargados de su vigilancia y salió por la puerta principal al amparo de la oscuridad. Una sub-hipótesis derivada es que no hubo soborno, y que el empresario y examigo de Ollanta Humala haya logrado evadir la vigilancia, aprovechando que los policías dormían.
2. Fuga concertada.- La información que posee Belaúnde compromete seriamente el prestigio del Presidente peruano y de la primera dama. Al gobierno de Lima no le conviene que el prófugo regrese para contar lo que sabe. Entonces, habría pedido al gobierno de Bolivia que demore al máximo los trámites de extradición hasta encontrar el modo de deshacerse de él. Entonces, cuando faltaba poco tiempo para el obligado traslado de este «informante» clave, simplemente se lo habria instado a escapar con la esperanza de que nunca más vea la luz pública y se lleve sus secretos al último confín del mundo.
3. Secuestro.- El gobierno de Perú desconfíaba severamente de la capacidad del gobierno boliviano de poder entregar al buscado empresario. Por eso dispuso de un cuerpo de élite de la policía peruana para irrumpir en la casa y secuestrar a Belaúnde. El grupo tuvo el tiempo suficiente para cruzar la frontera. Así, lejos de los reflectores mediáticos y en condición favorable, podrá quizás acordar con él los términos de su mansa reaparición. Las consecuencias por haber violado la soberanía territorial boliviana podrán ser debatidas más adelante.
4. Boicot policial.- Anoticiados por el inminente despegue de las reformas a la policía, anunciadas por el Ministro Hugo Moldiz para este lunes 25 de mayo en Santa Cruz, los custodios de Belaúnde habrían decidido, de forma gremial, sabotear a la autoridad. Sabían que dejando huir al valioso peruano, el Ministro bordearía incluso la destitución, paralizando así la reforma. Jugada interna arriesgada, pero efectiva al fin. Los cambios que se busca aplicar en la policía podrían recortar sus funciones, como sucedió con el traspaso de la entrega de carnets de identidad a una autoridad civil.