Carlos Hugo LarutaLas organizaciones sociales del occidente de Bolivia, casi todas bajo la forma del «sindicato”, ya sea obrero, campesino o de clase media, tienen una larga historia de relación con diferentes gobiernos -después de la Guerra del Chaco y, sobre todo, en la Revolución de abril de 1952 y después de ella hasta la actualidad-. La Federación de Mineros (FSTMB), la COB, la CSUTCB y el actual enorme Pacto de Unidad (CSUTCB, Colonizadores, Bartolinas, CIDOB y Conamaq-APG-CPESC-CPMB) han tenido experiencias de relación con distintos gobiernos, que van desde las traumáticas hasta las fraudulentas, las corrupto-clientelares y las francamente ilegales y clandestinas, como en el caso de la organización de cocaleros del Chapare.La primerita: COB, cogobierno y cogestión obreraLa COB nació el 16 de abril de 1952, a pocos días de los enfrentamientos en La Paz que se iniciaron el 9 y terminaron el 11 de abril con la rendición de los militares -«sin vencedores ni vencidos”- en Laja. En ese marco, la COB nació con destino de poder, y muy pronto, Juan Lechín Oquendo, secretario ejecutivo de la flamante organización social que amparaba a la «alianza de clases nacionales”, pasó a ser ministro de Minería y Metalurgia -junto a otros dirigentes- en el primer gobierno del MNR que tenía a la cabeza a Víctor Paz.La figura para este ejercicio conjunto del Gobierno nacional entre la COB y el MNR en los primeros ensayos de democracia moderna boliviana se llamó co-gobierno MNR-COB, y es el anticipo histórico de otros intentos posteriores como la criticada cogestión obrera con derecho a veto en Comibol durante el segundo gobierno del MNR, a la cabeza de Hernán Siles, o el del fallido cogobierno COB (Asamblea Popular)-Gral. Torrez, entre fines de 1970 y principios de 1971; y también el actual cogobierno MAS-IPSP, entendiendo al IPSP como el brazo político de las organizaciones que componen el Pacto de Unidad.A los pocos meses de abril de 1952, y cuando Lechín había ejercido ya en el Ministerio de Minería, debido a que los miembros de la novel COB no veían resultados favorables concretos para sus afiliados de las distintas organizaciones sociales que la componían, Juan Lechín fue obligado a tomar la decisión: o era dirigente sindical o era ministro de Estado. Y Lechín escogió lo suyo, al reintegrarse plenamente a la Secretaría Ejecutiva de la COB y dejar sus funciones en el Gobierno nacional.La segundita: CSUTCB, Coracas y «brazo económico”La CSUTCB se organizó en 1979, cuando aún no se había instalado la democracia actual que inició en octubre de 1982. Pero el gobierno de Hernán Siles, primer presidente del ciclo democrático presente, abrió la cogestión en una parcela de su gobierno a la CSUTCB, con la creación de las Corporaciones Agropecuarias Campesinas (Coracas), entendidas por sus impulsores y gestores como «brazos económicos” de los campesinos o «empresas de propiedad social autogestionaria con personalidad jurídica, autonomía de gestión administrativa, técnica y financiera, patrimonio propio de duración indefinida”. En términos simples, manejo corporativo de recursos públicos y de sus afiliados por dirigentes campesinos nombrados gerentes y técnicos de las Coracas, con mucho parecido con lo que hace poco se desmoronó en el Fondo Indígena en el gobierno de Evo Morales.Tercerita: Pacto de Unidad y terremoto en el Fondo IndígenaYa la ciudadanía está informada sobre esto. El funcionamiento del Fondo Indígena no tuvo nada de novedoso ni nada de creativo, viendo experiencias anteriores. Fue sólo un experimentalismo vacío en el que los afectados son, primero, miles de mujeres y hombres, las propias «bases” indígenas-originarias-campesinas de todo el país, que no encontraron con los proyectos del Fondo Indígena el camino al desarrollo sostenible que mejore su calidad de vida, y, en segundo lugar, los afectados somos todos los bolivianos como propietarios de los recursos económicos generados por la venta del gas y que fueron mal utilizados en el Fondo Indígena. Fue un fracaso del experimentalismo estatal y de la llamada «descolonización” que impulsó el gobierno actual. Fue una trampa para los pueblos indígenas, originarios y campesinos, asentada en el abandono total de los teóricos del gobierno que en más de nueve años de gestión en el Fondo Indígena no tuvieron la capacidad de poner en la práctica lo que teorizaban sobre las «tensiones creativas de la revolución”.La hora de la independencia sindicalDespués del intento de cogobierno MNR-COB, la COB recuperó su independencia sindical. Después de los intentos de cogestión obrera con derecho a veto en Comibol, la Federación de Mineros recuperó su autonomía sindical. El intento de cogobierno Torrez-COB quedó sólo en intención, ante lo que Zavaleta llamó la derrota de agosto de 1971, «con masas semejantes o equivalentes a las del 70”.Al 2015 sólo sobreviven pocas Coracas, convertidas casi todas en unidades de acopio y comercialización de los mismos productores sin ningún vínculo con el Estado. Varias de ellas, como la Coraca Irupana, después de años de respaldo de la comunidad internacional, terminaron hace poco sucumbiendo en medio de denuncias de mala gestión y quiebra económica.Hoy, la quiebra del Fondo Indígena y el enjuiciamiento a más de 200 dirigentes campesinos-indígena-originarios (casi toda la cúpula del Pacto de Unidad en los últimos 10 años), derivada de una fallida experiencia del cogobierno MAS-IPSP (Pacto de Unidad) o, en lo específico, la quiebra del Fondo Indígena ocasionada por la absolutamente desinstitucionalizada y superideológica cogestión MAS-Pacto de Unidad, nuevamente muestra una característica de la constante manipulación de las organizaciones sociales bolivianas por distintos gobiernos y dirigentes sociales que son parte de la clientela política de esos gobiernos.Conamaq se reorganiza. La CIDOB, lo propio. Corresponde ahora en la historia, que la CSUTCB recupere su independencia sindical, y ya se oyen voces en las federaciones campesinas Tupaj Katari de la Provincia Ingavi y la Federación de Mujeres Campesinas «Bartolina Sisa” de la provincia Camacho en el departamento de La Paz. Cuando los precios de los minerales caigan más y sean «relocalizados” más mineros de base, será la FSTMB la que busque la independencia sindical. Y cuando las organizaciones urbanas de maestros, trabajadores en salud, fabriles y otros vean que el Gobierno incumple sus compromisos y que la canasta familiar sigue subiendo, entonces la COB se dará cuenta de que las organizaciones sociales fueron llamadas a ser parte de algo que les reportó dinero a unos pocos y desprestigió a una enorme mayoría de sus bases.Sin más palabras, un bailecito boliviano nunca tiene cuatro tiempos, sólo tres. Y el bailecito ya terminó. Ha llegado la hora de la independencia sindical de todas las organizaciones sociales. Las organizaciones pueden hacer acuerdos y pactos con las instituciones estatales, los partidos políticos y las instituciones privadas, pero, como dijo algún dirigente indígena, «sin vender su alma al diablo”, es decir, manteniendo -a pesar de los acuerdos que hubiera- su condición de organizaciones independientes, su calidad de organizaciones de la sociedad civil, su calidad de representaciones de los intereses de sus bases y afiliados, y no de unos pocos dirigentes que sólo buscan ganancias personales. Llegó la hora de la independencia sindical.Página Siete – La Paz