El tren de la Alianza del Pacífico


Saúl Paniagua Floresalianza-del-pacifico-619x348El bloque comercial Alianza del Pacífico, que nació el 28 de abril de 2011 con la Declaración de Lima y que integra a Chile, Perú, Colombia y México, y cuyas exigencias para su ingreso son Estado de derecho, democracia, orden constitucional y libre mercado, comprometió a China para construir el ferrocarril transamazónico Perú-Brasil con un costo que supera los $us 10.000 millones.La ‘ruta de la seda’, que se extenderá desde el puerto de Tianjin, cerca de la capital (Beijing), tercer polo de desarrollo de China, que invertirá $us 7 billones hasta 2020 y que tocará costas peruanas en el puerto de Bayovar (Piura) e ingresará a la selva amazónica por 8.000 km (3.000 en Perú y 5.000 en Brasil), hasta recalar en Açu, Puerto de Santos, es una victoria de los ‘Pumas del Pacífico’, que representan el 55% de las exportaciones latinoamericanas, 200 millones de habitantes y que tienen como aliados comerciales a los cuatro ‘tigres asiáticos’ (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán).Atrapar a Brasil era el objetivo. Para el Mercosur significa una derrota por la dinámica del comercio de la Alianza del Pacífico, que en 2010, con sus exportaciones por $us 445.000 millones, fueron un 60% más que las del Mercosur. El descarrilado tren Unasur-Mercosur, que pretende reivindicar la otra red bioceánica de 4.700 km desde Puerto Santos, Puerto Suárez, Santa Cruz, Montero, Bulo Bulo hasta La Paz y Puerto de Ilo (Perú), ha quedado sin su aliado principal, Brasil, que, como se tiene afirmado, se subió al tren de la ruta de la seda directa, porque los ávidos consumidores chinos no pueden esperar discursos vacíos y exigen que se les llene la canasta con productos de importación que, hasta la fecha, alcanzan el 60%.Mientras Bolivia se distrae con tonterías, los otros se vienen repartiendo la inversión de China en América Latina y el Caribe, cuyo monto en este decenio se comprometió superar los $us 250.000 millones.Para que Bolivia se sume a la Alianza del Pacífico, como Brasil, debe cambiar su carta de presentación ¡ya!El Deber – Santa Cruz