El Estado, ¿benefactor o beneficiario?


Evo Morales pide acabar con el lujoRicardo Cardona*Cuando hablamos del Estado es inevitable pensar en subsidios, bonos y subvenciones, pero, ¿de dónde salen los fondos económicos para todas las “bondades” del Estado?Comencemos recordando que nada en esta vida es gratis, por lo tanto, alguien debe pagar para que las madres embarazadas tengan subsidios, los bonos a los estudiantes de colegios públicos, las personas desempleadas, los viajes y salarios de los funcionarios públicos, desde el presidente hasta el secretario de una entidad pública.Es ilusorio pensar que los fondos para todos esos gastos estatales elefantiásicos aparecen como por arte de magia, o que los altos cargos del gobierno retiran de su bolsillo para pagar todo.Cada año aumentan los ingresos del Estado y junto a ello el gasto público. Misteriosamente hay proyectos y obras con un valor bastante elevado, lo que lleva a pensar que será un megaproyecto, pero a la hora de la verdad, es otro elefante blanco (obra inconclusa) o una obra de mala calidad. ¿Y dónde están todos los fondos que faltaron o sobraron? En las manos de los políticos y los empresarios mercantilistas que se benefician de los mafiosos tratos.También podemos ver todos los lujos y privilegios que se dan los mandatarios, excusándose que son por “el bien del país”, pero, ¿Qué de bien me trae que el presidente tenga un avión, autos blindados, seguridad por todas partes, propaganda política, un nuevo edificios, etc., etc.? Sería más beneficioso si no tuviera nada de eso.Disculpen mi pesimismo y desconfianza, pero el Estado no deja de demostrarme su ineficacia cuando se atribuye tareas que no le corresponden.Seguimos viendo todos los gastos que realizan nuestros gobiernos de turno –aunque varios piensan perpetuarse en el poder– y a mí me preocupa, porque esos fondos nacen de mis impuestos, de los impuestos de mi familia, amigos, de todos nosotros, victimas del “robo legal” a que llaman impuesto, y que hay uno para cada área (Impuesto a la herencia, Impuesto a las transacciones, Impuesto al trabajo, Impuesto a los autos, la casa, los bienes, etc.). Y si tenemos suerte, capaz nos devuelvan algún pequeño porcentaje de todo lo que tuvimos que pagar al gobierno en bonos, subsidios o alguna que otra obra pública.Entonces, ¿quién paga el colegio o universidad pública? ¿Quién paga la salud? ¿Quién paga todo?Nosotros lo hacemos, todos nosotros, sin darnos cuenta pagamos la universidad pública (En su mayoría estudiantes de la clase media). Nosotros mantenemos a los políticos y a toda la gente que vive a expensas del estado. ¿Qué pasaría si no tendríamos que pagar impuestos? No habría muchas escuelas u hospitales públicos, pero de seguro la calidad de los privados sería mejor y hasta más barata, nuestra capacidad adquisitiva sería mayor, ya que el precio de los productos se basan en los impuestos que deben pagar, y al existir un impuesto mínimo o casi nulo, esos precios bajarían y los ciudadanos no tendríamos que dividir nuestro presupuesto para pagarle al estado, quien se alaba haciéndonos creer que ellos nos ayudan, cuando se enriquecen a costa nuestraEstamos en pleno siglo XXI y ¿seguimos teniendo que rendir impuestos al monarca para subsistir?*Dircom de la Casa de la Juventud – Coordinador local de Estudiantes por la Libertad Bolivia