Alberto Mansueti“El Socialismo es una religión cuyo dios es el Estado”, dijo uno de sus profetas, Ferdinand Lassalle (1825-64), alemán como Marx, y contemporáneo suyo. Pero como toda religión falsa, suele ser “sincretista”; o sea: se mixtura con otras religiones.Hay una gran diferencia entre el “Socialismo del siglo XXI” y su predecesor. El del siglo XX fue aquel socialismo laico, secular y humanista, y hostil a la religión, nacido en el siglo XIX. Tuvo varias versiones: el Estado policial comunista de Lenin y Stalin, del nazional-socialismo alemán, de los países del “Bloque” en Europa central y oriental, hasta los del mundo “en desarrollo”, tipo Mao Ze Dong, Pol Pot, los hnos. Castro, Mugabe etc; la social democrática de Europa del Norte, muy imitado en países como Grecia y España; y el tipo usamericano de F. D. Roosevelt (New Deal) y Lyndon Johnson (The Great Society)El modelo soviético fue “El dios que fracasó”, según el título de un famoso libro de 1949, con seis testimonios personales de antiguos celebridades comunistas decepcionadas, entre ellas André Gide, Arthur Koestler e Ignazio Silone. Y en Alemania, al finalizar de la II Guerra Mundial, el hitlerismo acabó en el Oeste, porque en el Este cambiaron la cruz gamada por la hoz y el martillo, y lo demás quedó todo igual. En los países subdesarrollados los comunistas no quieren admitir su fracaso, pero en la China se hicieron grandes cambios y rectificaciones (“las cuatro modernizaciones”); y en Rusia.El socialismo escandinavo fracasó también, y gobiernos conservadores hicieron exitosas reformas de mercado en el norte de Europa en los ’80 y ‘90, algunas muy radicales, y ya no puede decirse que son países socialistas, al menos netamente. En cambio en EEUU el Partido Demócrata, cada vez más comunista, sigue haciendo estragos, pese a las reformas de los años de Reagan.Ahora las izquierdas usan la religión para promover el socialismo y todos sus crímenes, entre ellos la guerra. ¿Cuál religión? Vea estas cuatro religiones falsas, políticas y socialistas:(1) El Sionismo fue la rama judía del socialismo, como el “Bund” o partido socialista que le precedió. Para Theodor Herzl y los fundadores del sionismo, socialistas y ateos salidos en su mayoría de Europa oriental, el judaísmo es una nación y no una religión. A los judíos observantes, en especial a los ortodoxos y a los conservadores, por años se les cerró la puerta de Israel, Estado rigurosamente “laico”, a pesar de que su fundación y sostén mucho debe a los cristianos evangélicos “dispensacionalistas” de Europa y EEUU. Pero en 1977 el fracaso de los “kibbutz” y el “Estado de Bienestar” se hizo evidente, y los laboristas perdieron el poder. Entonces se hizo ver el “sionismo religioso”, junto con tímidos ensayos de apertura económica, que hasta la fecha no han podido erradicar el sistema social-estatista.(2) El Evangelio social (“social gospel”) es la izquierda religiosa en el mundo anglosajón. Ya en el siglo XIX los teólogos “liberales” de la “Alta Crítica” en Alemania, y en Inglaterra los clérigos anglicanos de la revista “The Christian Socialist”, prepararon el camino. Y en el año 1917, el teólogo bautista-marxista Walter Rauschembusch publicó en Alemania su libro «Teología para el Evangelio Social», la misma que abrazan en EEUU políticos prominentes como el Rev. Martin Luther King, Ted Kennedy, John Kerry, George McGovern, Walter Mondale y Jimmy Carter, y clérigos como Jeremiah Wright, párroco y mentor de Barack Obama por muchos años. En Sudáfrica el Obispo Desmond Tutu; y en Inglaterra el laborista Tony Blair, quien como Primer Ministro apoyó el aborto y matrimonio homosexual, pero su mediática conversión al catolicismo romano en 2007 le hizo campeón del socialismo “cristiano”.(3) La “Teología de la liberación” es en la Hispanosfera el equivalente católico romano del “Evangelio Social”, del cual toma muchos préstamos ideológicos, lo cual no quieren admitir los “liberacionistas” como el peruano Gustavo Gutiérrez, los brasileños hermanos Clovis y Leonardo Boff, o el nicaragüense Ernesto Cardenal. Pretenden que el suyo es un pensamiento autóctono y original. Tras haber impulsado feroces guerrillas en los años ‘70 y ‘80, esta corriente vive ahora su momento de mayor esplendor con el papa Francisco, quien tomó el relevo de Chávez como referente máximo y líder indiscutido de la sangrienta izquierda latinoamericana, hoy reivindicada.(4) El Jihadismo, mal llamado fundamentalismo islámico, también es un relevo “religioso” del socialismo secular, que entre los musulmanes se llamó “Baazismo”, por el Partido Socialista Baaz (“Renacimiento”). Este movimiento nacionalista comenzó en 1940 con los sirios Michel Aflak y Salah Bitar, y el Partido se fundó en 1947 como socialista laico y panárabe, con “sucursales” en todas las naciones de la región, y en 1963 tomó el poder en Siria e Irak. Como de costumbre las izquierdas guerrearon cruelmente unas con otras, hasta que su fracaso despertó el socialismo religioso del Ayatollah Khomeini y su Revolución de 1979 en Irán, que abrió las compuertas al violento “islamismo político” de la guerra Irán vs. Irak de 1980 a 1988, de los ataques del 11 de setiembre de 2001 (y del 11 de marzo de 2004 en Madrid), del “Estado Islámico” de 2003, y de la “Primavera Árabe” de 2010, hasta hoy.Como siempre sucede también, si no hay fuerzas de derecha capaces de hacer frente a las izquierdas, a cada fracaso del socialismo le sigue otra variante del socialismo, generalmente más radical, más virulenta y más criminal, aunque con nueva vestidura: religiosa, feminista, ecologista o la que sea.El Día – Santa Cruz