Archivos militares revelan que si los japoneses no se hubiesen rendido el 15 de agosto de 1945, habrían sido bombardeados de nuevo por Estados Unidos, cuyo gobierno discutía la posibilidad de arrojar 12 bombas más.
El 9 de agosto de 1945 explotó en Nagasaki la segunda bomba atómica contra Japón y una semana después Washington no escuchaba la rendición, así que una tercera bomba ya estaba en camino a ser lanzada.
Este material hecho de plutonio iba estar seguido de doce bombas de igual magnitud, las mismas que se iban a repartir en Kyoto, Hiroshima, Yokohama, Kokura, Niigata, e incluso Tokio.
Se acordó que esta tercera bomba estaría disponible para ser lanzada el 19 de agosto, sin embargo la operación militar cesó cuando el gobierno japonés se rindió.
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Fuente: RT
Fuente: peru.com