¿Por qué algunos hombres infieles no dejan a sus esposas?


El final feliz para la amante no suele ser el más común entre todas las historias de infidelidad. Sorprendentemente, los hombres que engañan prefieren quedarse con sus mujeres en vez de abandonarlas para iniciar una nueva relación. ¿Por qué? Veamos juntas cuáles son las explicaciones más comunes.

En casa tiene todo lo que necesita

La verdad es que está cómodo en casa. ¡Lo tiene todo! Tiene sexo de manera regular, comida, cuidados, hijos, en fin, todo está bien así, ¿para qué arruinarlo? Este hombre es un VIVO que disfruta de la pasión de su amante y de la seguridad de su mujer.

El divorcio es complicado

Nadie quiere afrontarse a un divorcio, es duro, complicado, triste y lo puede dejar en la ruina, ¡en especial si es un hombre infiel! Por eso, mejor se queda con su esposa así como está, pues no tiene nada que perder. Antes de complicarse con abogados, audiencias, cuota alimentaria y división de vienes, prefiere quedarse en la seguridad del hogar.



 

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No se quiere arriesgar

El hombre infiel que está pensando en dejar a su mujer para vivir su romance libremente también reflexiona sobre lo que vendrá, y no está muy convencido de tomar la decisión. ¿Y si la amante no es tan buena como parece? ¿Y si se aburre y se da cuenta que extraña a su mujer? ¿Y si la pierde para siempre y se queda sin nada? Entonces, para no arriesgarse, opta por quedarse con su mujer, que la tiene “asegurada”.

No quiere perder la familia que logró

Y los hijos pesan… Si abandona a su mujer por una amante sabe que perderá continuidad con los niños, que no podrá verlos cada día, que ya no compartirá las cosas cotidianas de una relación padre e hijo, y que todo cambiará para siempre. Si se va de casa teme perderlos también.

“Ama” a su esposa

Y como no podía faltar el “verso del infiel”, dice que a su mujer la ama por sobre todas las cosas y que lo que hizo jamás va a volver a pasar. Entre otras cosas, suele echar culpas a la amante: “Ella me perseguía”, “No significaba nada para mí”, etc, cuando la verdad es otra. Muy pocos aceptan lo que hicieron tal cual sucedió. Pero muchos vuelven “arrepentidos” a llorar por una nueva oportunidad.

Fuente: www.imujer.com


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