ESTUDIANTES DE TRES REGIONES SON LOS MÁS VULNERABLES.LA PRENSA, La Paz
DISTRIBUCIÓN. Estudiantes de un establecimiento, en Bolivia, distribuyen droga de forma libre. – Archivo La PrensaLos traficantes reclutan jóvenes y ofrecen grandes ganancias. La primera dosis para ellos es gratis.Las redes de microtráfico de drogas se han extendido de forma masiva al interior de unidades educativas en tres regiones del país, señala un informe de inteligencia de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN).Este documento, al que pudo acceder La Prensa, refiere que las organizaciones criminales están integradas por estudiantes de secundaria, quienes inducen a sus compañeros al consumo de las sustancias prohibidas, que más delante derivará en la dependencia de la droga.El estudio refiere que alumnos de varias unidades educativas de las principales ciudades del país denunciaron la presencia de proveedores de droga en alrededores e interior de sus establecimientos, en un número de más cinco.Se presume que los narcotraficantes estarían aprovechando la articulación de pandillas juveniles para introducir cocaína y marihuana a colegios y extender así este negocio ilícito.La fuerza antidroga informó que desde febrero de esta gestión se logró capacitar a más de 300 mil estudiantes de secundaria en el marco del Programa de Educación y Resistencia contra el uso y abuso de las drogas y la violencia (DARE, por sus siglas en ingles), recopilándose, en cada jornada de orientación, denuncias de estudiantes, que confirmaban la venta de sustancias prohibidas tanto dentro como fuera de sus unidades educativas.GOBIERNO. Los últimos informes del Gobierno señalan que el consumo interno está creciendo y que los programas de prevención no coadyuvan de manera eficaz.Este hecho fue ratificado por los efectivos de la fuerza antidroga de Bolivia, quienes señalaron que el consumo interno de drogas «ha subido» en La Paz, El Alto, Cochabamba y Oruro estas dos últimas regiones identificadas como centros de cristalización del alcaloide.Un dato que preocupa a la fuerza del orden es que hay estudiantes que » se dedican al transporte de droga (mulas)» según denunciaron sus «propios compañeros.Información oficial de la FELCN, señala que la población estudiantil de El Alto y Santa Cruz es la más afectada por el flagelo de las drogas, asimismo, en ambas ciudades se registra un número importante de pandillas juveniles que sumadas fácilmente superan las 300 con un número mayor a los 8 mil integrantes, con cada vez menos edad y presentando cuadros de adicción al alcohol, inhalantes y drogas.INFORME ONUDD. En tanto, informes de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD) señalan que este fenómeno responde directamente a las transacciones que realizan los traficantes internacionales con delincuentes bolivianos, negocios que incluyen droga como parte de los pagos, haciendo que exista más pasta base de cocaína y marihuana para su distribución.Según el documento de la ONUDD, los adolescentes y jóvenes son considerados, por las bandas de tráfico de drogas, como grupos vulnerables, por lo cual, la mayoría de las acciones realizadas por los microtraficantes están dirigidas a captar y convertir en drogodependientes a la mayor cantidad posible de esta población.ESTUDIOS ELABORADOS PRO POR EL CENTRO LATINOAMERICANO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA (CELIN), HACE TRES AÑOS, SEÑALAN QUE OCHO DE CADA 100 ESTUDIANTES A ESCALA NACIONAL CONSUMEN ESTUPEFACIENTES, ESTA CIFRA DURANTE LOS ÚLTIMOS DOCE AÑOS, SEGÚN EL DOCUMENTO, SE DUPLICÓ.LA INVESTIGACIÓN ES RESULTADO DE ENTREVISTAS REALIZADAS A 12.254 ESTUDIANTES.LAS DROGAS TAMBIÉN INFLUYEN Y LA INSEGURIDAD, SEGÚN LAS AUTORIDADES POLICIALES. De acuerdo con un diagnostico de la FELCN, el microtráfico o “narcomenudeo” de alucinógenos y estupefacientes se ha convertido en el detonante de la inseguridad de una buena parte de las capitales y ciudades del país. El aumento de delitos como el homicidio y las extorsiones está asociado a la lucha por el dominio del expendio callejero de drogas, sobre todo en Santa Cruz.Otros informes señalan que las bandas captan decenas de familias apremiadas por su débil y precaria situación económica que las impulsa en participar en una de las cadenas del comercio de marihuana y cocaína.En algunas ciudades del eje troncal las bandas que controlan las zonas de expendio de drogas han convertido a los colegios en la punta de lanza de nuevos mercados, nuevos clientes, y sobre todo nuevos distribuidores.