Treinta años sobre el escenario da mucha tela que cortar. anécdotas buenas y malas que labraron el camino al éxito de Adolfo Mier, Ernesto Ferrante y Hugo Daza
Detrás de bambalinas del escenario de Chaplin Show hay mucho que contar. Cuando las risas del público callan y el silencio se apodera de la platea, las anécdotas de los 30 años de trabajo de los fundadores Adolfo Mier, Ernesto Ferrante y Hugo Daza, comienzan a dar forma a una historia marcada por vivencias buenas y malas, y que, a lo largo del recorrido, han dejado huella en el camino de estos tres humoristas.
Sentarse a conversar sobre anécdotas parece algo trivial, pero mientras la charla fluye, uno no deja de pensar que hasta estando fuera del escenario, los creadores del elenco humorístico más popular de Santa Cruz, hacen reír con sus recuerdos, y también desvelan que su trabajo no ha sido fácil.
“Chaplin, como idea, nació en Cochabamba. Nosotros trabajábamos en Tralalá show hasta que nos retiraron”, cuenta Mier.
Ferrante explica que a Mier lo retiraron antes que a ellos, luego se reencontraron y empezaron a darle vida a su propio show.
“Se nos cerraron muchas puertas ‘felizmente’, pero al tiempo encontramos un terreno cerca del río Rocha. Allí había un taller mecánico, pero el dueño estaba en Estados Unidos. El tipo nos dijo que nos lo iba a dar. Incluso llegó el hermano de Hugo a Cochabamba para verlo, pero el dueño se desanimó”, relata Mier. Tiempo después pasaron por allí y vieron un letrero que decía: “Aquí se construirá Tralalá show”, aunque tampoco lo hicieron.
La historia de Chaplin Show es conocida por muchos, pero existen 30 anécdotas que nunca se dijeron y que solo los tres fundadores tenían guardados con recelo entre sus recuerdos, pero que tras tres décadas de espectáculos, llegó el momento de contarlo.
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1 Una caída con suerte
Durante un arreglo en el local, un obrero cayó del techo y tuvieron que cubrir los gastos médicos.
Fue ‘bendecida’ la caída. El obrero cayó como de seis metros. Poco antes, habían limpiado el salón y las mesas estaban con las patas hacia arriba, el albañil cayó justo en medio de las patas.
Esto desfasó su presupuesto y como no era factible acudir a los bancos en época de hiperinflación, una persona les prestó, pero al 10% de interés mensual.
2 Cambios a última hora
Cecilia Barraza, cantante peruana de renombre y considerada la mejor intérprete de música de su país por Chabuca Granda, iba a cantar en su segundo show.
Ya tenían las pistas preparadas, pero cuando faltaban pocos días para el estreno, Barraza volvió a su país por cuestiones familiares.
Vino otra artista y dijo que podía cantar, escuchó los playbacks y no estaban a su tono. Al principio desafinaba y después de unas cuantas fechas afinó.
3 Juntos pero no revueltos
Han convivido durante 30 años y se visitan eventualmente, porque inicialmente, en el local era la oficina de los tres.
Se veían todo el día, viajaban en el mismo avión, compartían muchas veces la misma pieza, desayunaban, almorzaban y cenaban juntos. Decidieron que cuando estuvieran en sus momentos libres, no se verían.
4 Los amigos de siempre
Lucho Domínguez y Reyes Seleme fueron los primeros técnicos que mantenían sus equipos de sonidos. A Lucho hoy lo llaman a las 02.:00 por algún problema en el sonido y aparece.
“Lo mejor de todo es que no quiere cobrar y Reyes igual (risas)”, señala Ferrante.
5 ¿Y cómo llegó Lucho?
Julio Alberto Abraham tenía un programa en el canal 5 y cuando Chaplin viajó a Cochabamba llevando su segundo show, Al rojo vivo, Abraham fue a cubrir y se llevó un camarógrafo, Lucho, que no había visto nunca Chaplin.
La cobertura no sirvió, porque filmando se reía y las imágenes salieron movidas.
6 Luz, cámara…
Su primer spot lo hizo Miguel Chávez cuando se tardaba cualquier cantidad de tiempo porque la tecnología era distinta.
En ese primer spot, Ferrante y Daza aparecían sentados en un sillón, luego salía Chaplin en silencio, interpretado por Ramiro Mier, hermano de Adolfo, mientras que ellos hablaban. “Así de simple era. Lo repetimos mil veces”, explica Mier, también conocido con el sobrenombre de ‘Oso’.
7 ¿Si querían ser famosos, había que improvisar?
Las primeras fotos que se tomaron fueron en un estudio en la esquina del parque El Arenal. Llevaron su vestuario y les pusieron un mantel café de fondo.
8 Una diseñadorade lujo
Ejti Stih fue la primera diseñadora de sus vestuarios. Una señora, que no recuerdan su apellido, pero se llamaba Marina, era quien los costuraba. Mier empezó a guardar los bocetos originales y los colgó como cuadros en su oficina, después tuvieron que demoler esa parte y se perdieron. “Hubiera hecho hoy mi exposición”, dice Mier, pero Ferrante es más claro y le dice: “Hubieras sido millonario ahora con esa colección” (risas).
9 Buscando ¿acompañantes?
Cuando formaron su primer grupo de baile no había academias de danza contemporánea en Santa Cruz. Como se hacía gimnasia aeróbica, un día fueron a buscar personas en el gimnasio, que a lo mejor les interesaba ser bailarinas.
Llegaron los tres junto con Ramiro y a las deportistas les decían que buscaban cuatro chicas que quieran bailar. “Pensaban que buscábamos chicas con las que podamos salir a bailar en la noche”.
10 Llevar a las mejores para el show
Otra anécdota que nunca contaron fue que en esa época se trajeron a dos bailarinas que habían trabajado en Tralalá.
11 Apretados como sardinas
Tenían dos camerinos “que eran del tamaño de una celda de la cárcel de Sing Sing”, cuenta Mier.
El más grande medía 2.50 x 1.60 y el otro medía 1.80 x 1.60, en este entrábamos tres (en la rotación) y al lado iban las bailarinas.
12 Había que darse modos
En el antiguo escenario no tenían contacto con la cabina de sonido, porque no tenían la parte trasera del terreno. Mier salía a la calle y entraba por donde estaba el público para hablar con los sonidistas.
Su primera escenografía eran unos tablones donde decía Chaplin y se daban la vuelta y estaba escrito show. En la cabina de sonido tenían que estar atentos a que movieran estos tablones para comenzar.
13 Treinta años de crecer poco a poco
Chaplin siempre estuvo en el espacio que actualmente ocupa. El escenario igual, pero lo ampliaron después un poco, al igual que la construcción del segundo piso.
En la parte de atrás eran oficinas, pero después la mitad se volvió camarín y la otra mitad cocina. Luego de eso hubo otra evolución, la cocina se fue más afuera y creció el salón. “Tenemos un pasillo técnico atrás por donde vamos a la cabina de sonidos y hacia los camarines”, añade Daza.
14 Inversión para recibir a más personas
Antes entraban 290 personas sentadas, hoy llegan a 340. La ampliación fue el año pasado.
15 Compre ahora y pague después
Cuando compraron el terreno, el propietario les ofreció todo el manzano. Este trío llegó a la zona después de la inundación del 83, y todo costaba a precio regalado pero su presupuesto era limitado. El dueño les insistía en que compren todo el manzano, que se los daba a crédito y que más adelante, cuando pudieran, le pagarían. “Cuando uno no tiene dinero Bs 10 es harto, por lo que compramos el espacio que podíamos pagar, que son unos 600 metros cuadrados”, indica Daza.
16 El protagonista de muchas noches
En los primeros años de espectáculos, no contaban con el servicio de restaurante y las bebidas iban acompañadas con maní, que era el protagonista del espectáculo. “Durante mucho tiempo la señora nos lo trajo para vender, pero murió y después averiguamos que no le había dejado la receta a la hija”, lamenta Ferrante.
17 No siempre fueron momentos de jolgorio
En esa época, Santa Cruz no tenía más de 500 mil habitantes, y como en todo, algo se ponía de moda un tiempo y después moría. Chaplin estuvo de moda un par de años, pero luego empezó a declinar. Durante años tuvieron funciones con 20 a 30 personas. Literalmente Mier, y alguien más, aplaudían para hacer bulla.
18 Una función bastante especial
En un San Juan, Ferrante recuerda que estaban indecisos en hacer show o no. “Lo hicimos, pero solo entró el humo (risas) no había nadie más, ah, y un dentista amigo de nosotros, que llegó con su pareja”.
19 Cuando fumar en un salón era común
Hace 30 años la gente fumaba en todo lado, incluso ellos lo hacían en el escenario. Colocaron dos extractores de cocina, uno en la punta del techo y el otro, al otro lado de la sala. Ingenuamente pensaron que ambos equipos sacarían el humo de un salón de 290 personas. La primera noche la gente empezó a fumar y fue un desastre. Después tuvimos que poner esos extractores que se ponen en las granjas de pollo y eran tan fuertes que hasta las pelucas succionaba (risas)”, cuenta Daza.
20 Con el apoyo de un tipo creativo
Al principio, el elenco no contaba con una persona encargada de hacer la parte musical. Cierta vez cantaron allí Los 4 de Córdoba, que fueron los padrinos de Chaplin, ya que Víctor Hugo Godoy, la cabeza visible del grupo, los contactó con el compositor argentino, Hector Quattromano.
21 Creatividad y urgencia van de la mano
En uno de esos viajes a Argentina, Adolfo escribió la letra para una canción, pero cuando estaba en el avión la buscó y se dio cuenta que la había dejado en su escritorio, así que tuvo que hacer otra en una de las bolsas para indisposición que encontró en el avión. “No fue una presentación muy elegante”, rememora Mier.
22 Había que darse modos para hacer reír
Hubo un tiempo que realizaban presentaciones extras en la Casa de la Cultura y en el Paraninfo universitario. Hubo una que fue muy anecdótica. El elenco era muy reducido para esas presentaciones, eran solo cinco actores: tres hombres y dos mujeres. Justo un domingo que se llenó el paraninfo, una de las chicas, que hoy es una connotada actriz, se faltó y otro de los actores se enfermó, así que tampoco fue. Realmente la actuación fue maratónica entre los tres actores.
23 En La Paz las cosas no son tan en paz
Chaplin Show ha ido muy pocas veces a La Paz, porque les ha ido mal. Una vez estaban las funciones todas vendidas en el hotel Sheraton y los habitantes de El Alto empezaron a sitiar La Paz. Desde el hotel veían cómo bajaban por las laderas, no hubo función y devolvieron el dinero.
En una segunda oportunidad, Daza tenía un personaje espectacular que era el del compadre Palenque, llegaron pero el compadre Palenque se murió, no había como salir. A volverse.
La última vez, llegaron al hotel Presidente e hicieron una primera función. Al día siguiente Ferrante estaba parado en la ventana del dormitorio que quedaba al frente de la plaza San Francisco y empezaron los gases. Era octubre, cuando lo derrocaron a Goni.
El ejecutivo del hotel les dijo que era el momento de salir de La Paz, los metieron a un micro, protegidos por la Policía Militar, se fueron directo al aeropuerto.
“Por eso ya no hemos vuelto, pero alguien nos dice ¿por qué no van ahora?, por ahí pasa lo mismo (risas)”, cuenta Ferrante.
24 Personajes un poco resistidos
Cuando Evo Morales era diputado, a Daza, que lo personifica, le tiraron un hielo desde la platea, pero esta persona, que estaba borracha no quería salir del local. En ese entonces, había un luminotécnico, así que lo levantó de los hombros y lo llevó hasta la puerta.
25 Zapatero a tus zapatos
En la época donde había poco público, se les ocurrió diversificar Chaplin y pusieron una imprenta. “Perdimos como en la guerra, toda la inversión que teníamos en Chaplin la perdimos allí. Fue una experiencia muy triste”, recuerda Ferrante.
26 El contralor que no quería pagar
Cierta vez vino un señor que fungía de contralor, llegó a Chaplin en estado de ebriedad y le pidió a la boletera 10 entradas, pero que no pagaría, porque era el contralor y ella le dijo que era la boletera pero que no tenía autorización para darle las entradas.
Siguieron bebiendo y no quiso pagar. Hizo peregrinar al mesero por mucho tiempo a su oficina, hasta que le canceló la deuda e inmediatamente después les empezó a mandar a la Renta. No contento con eso hizo meter a Chaplin a Grandes Contribuyentes, “porque no quiso pagar su chupa”, rememora Ferrante.
27 Propuestas no tan decentes
Al principio traían eventualmente grupos musicales argentinos, la mayor parte eran folclóricos, como Los Fronterizos. Aquella vez se llenaron las tres funciones, pero cuando tenían que pagarles debía ser en dólares.
En la última función entró un narcotraficante, les dijo que cuando terminara el show quería que volvieran a hacerlo. ¿Cuánto cobran?, preguntó. Le dijeron que $us 3.000. Ya, dijo, voy a pagar $us 6.000, pero le dijeron que no.
28 Había que andar con cuidado
Cierta vez llegaron a cantar Los 4 de Córdoba y ellos tienen la costumbre de no comer hasta después de actuar.
En esa época, no había locales abiertos después de la medianoche y la única referencia era la plazuela Blacutt. Llegaron al local Socio’s Bar y pidieron una milanesa. Una de las personas los reconoció y chupau gritó: ¡Chaplin Show! en la mesa de al lado, otro hombre sacó una pistola con tres balas y dijo: esta bala es para el garzón que no me atiende, esta otra es para él que no cuenta chistes y la tercera es para vos, porque no venís a sentarte aquí.
Se salieron por la puerta trasera y se fueron manejando a escondidas. El tipo salió a la calle con la pistola a lanzar tiros al aire.
29 Caída con suerte sobre un capo
De los narcos conocidos había uno que siempre iba al show y se sentaba en la mesa 6, que está al lado del escenario. Atrás de él se sentaban tres guardaespaldas dando la espalda al escenario. Una noche, se apagó la luz del escenario y Ramiro Mier, agarró su silla para salir de allí y en vez de salir por un lado se cayó en la mesa del narcotraficante con silla y todo. “Fue una suerte que no lo mataran”, rememora Ferrante.
30 Tienen su ángel de la guarda
Una señora, que vivía en Miami, los contrató para que actuaran en septiembre. Tenían que salir de Santa Cruz el 9 y aterrizar en Miami el 10. La señora los llama para decirles que la iban a operar, que no podía recibirlos, pero podían ir por su cuenta y que allá ella les pagaría todo. Para viajar, ellos reciben un anticipo del 50%, así que al final le dijeron que no viajarían. ¿Qué fecha fue? Era el 11 de septiembre de 2001. El 14 tenían que actuar en Nueva York. “Ahorita estuviéramos de camareros en EEUU, una belleza, estaríamos de ciudadanos allá (risas)”, finaliza Ferrante
Fuente: eldeber.com.bo