Evo Morales inició la campaña por el Sí a su re-re-reelección con un mitin en Sucre que convocó a muy poca gente, poderoso síntoma de los nuevos tiempos que corren.De no ser por los militantes acarreados por la logística del oficialismo desde algunos municipios rurales, el caudillo cocalero se habría visto frente a una plazuela Aniceto Arce completamente vacía.El presidente ensayó pobres argumentos para tratar de justificar las inasistencias, referidos a “actividades de fin de semana” de sus acólitos, quienes según él habrían preferido “las fiestas, jugar fútbol, salir a comer chicharrón”. Lo que tiene su lado verdadero: la gente prefiere cualquiera de estas acciones antes que perder el tiempo atragantándose con los discursos demagógicos y cada vez menos creíbles del mandatario.La plazuela semi vacía es una señal, por una parte, del hartazgo ciudadano hacia una administración viciada por la mega-corrupción, y por otro lado, de la defección de mandos medios dentro del partido de gobierno, que comienzan a verse como simples fusibles que la camarilla palaciega no duda en sacrificar cuando las papas queman (ver el caso Fondioc).Un par de días atrás, Morales dijo que Maduro y él se están quedando solos. Es cierto y no solamente por el cambio de signo político en otros países de la región, sino también por la creciente orfandad de apoyo popular para su proyecto perpetuacionista…[email protected]