La dimensión desconocida de un mito: Isabel Pantoja, ese ícono pop


posado_de_la_cantante_isabel_pantoja_en_los_anos_setenta_Tras obtener el tercer grado, Isabel Pantoja vuelve a tener la oportunidad de escribir una página más de su agitada vida, digna de melodrama. Ha superado el mito de la folclórica y lo ha convertido en su propia copla, en el que no faltan un torero, una madre controladora, un hermano su sombra, unos hijos díscolos y millones de discos vendidos… y alguna que otra falta. Aquí un repaso a sus mejores y peores momentos, sus célebres frases y las anécdotas más curiosas de su trayectoria.

UNOS INICIOS NADA USUALES

Como toda artista andaluza de su época comenzó su carrera por diversos tablaos flamencos de su Sevilla natal. Casi a mediados de los setenta empezó a crecer su popularidad. La prensa se hace eco de la que hasta hace poco era una adolescente que viene a ser la nueva gran promesa de la copla, dispuesta a resucitar el género. Tal fue su proyección mediática que incluso deleitó al público de TVE con un sketch de un anuncio ficticio en el que narraba todas las variantes de su singular muñeca Rebeca, para el programa “Christmas 76”, de aquel mismo año.

Pero Isabel sabía que nuestro folclore resultaba difícil de vender en pleno fervor de destape erótico y grupos de rock, así que, astuta ella, montó algunos espectáculos de variedades con los que recorría España y en donde evidentemente ella ejercía de gran estrella y cabeza de cartel. Se enroló por todos los pueblos junto al humorista Raúl Sender con Ahora me ha tocao a mí, y en 1980 repetiría la jugada con el (entonces) trío de cómicos Martes y 13, y el espectáculo Yo canto para ti, en el que también intervenían su primo Chiquetete y el galán del momento Máximo Valverde, con el que vivió un inocente romance aireado por las revistas del corazón.



UNA MADRE, UNA BODA Y UNA RINOPLASTIA

A MEDIADOS DE LOS NOVENTA LA CANTANTE ERA UNA DE LAS ARTISTAS MEJOR PAGADAS. NO LLEGÓ A CANTAR PARA LAS TROPAS DEL GOLFO PÉRSICO, SEGÚN LA PRENSA DEL MOMENTO, DEBIDO A SU DESORBITADO CACHÉ, POR LO QUE FUE ENTONCES CUANDO TAN PECULIAR COMETIDO PASO A MANOS DE MARTA SÁNCHEZ.

A comienzos de 1981, y siguiendo el tópico de la folclórica, Isabel empieza su noviazgo con el torero Francisco Rivera, mujeriego confeso y Paquirri para los restos. La fama de él iba más allá de la plaza de toros: había estado casado anteriormente con Carmina Ordóñez y figuraba en los papeles del momento por sus relaciones con Lolita o Bárbara Rey. Aún así tal currículum amoroso no fue impedimento para que Doña Ana, la madre de la artista, diese el visto bueno a su relación. La progenitora de la artista cumplía el rol clásico de protectora, aconsejando y velando por su hija ante cualquier compañía masculina que osase acercarse a ella, hasta convertirse en un personaje más de la prensa del corazón.La boda tuvo lugar en 1983, compitiendo casi en fechas con una despechada Lolita que consiguió acaparar mayor atención de los medios. Aún así la tonadillera fue jaleada por miles de personas e invitados tan coloridos como Massiel, la Duquesa de Alba, Paquita Rico, El Cordobés e incluso Rocío Jurado, su competidora más directa.Ella, en su particular visión de mujer clásica y esposa decente, aseguraba haber llegado virgen al matrimonio, a la vez que anunciaba que tras su enlace se retiraba del mundo del espectáculo. Algo que nunca llegó a ocurrir. Su felicidad junto a su marido era latente y las revistas cubrían cualquier acontecimiento de su vida, desde el nacimiento de su primer hijo hasta la operación estética de su nariz. Incluso ejercería de singular presentadora del televisivo show “SuperStar”, tan sólo unos días antes en que iba a dejar de ser la mujer más feliz de España.

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LA VIUDA DE ESPAÑA O EL NACIMIENTO DE UN FENÓMENO

Si Marisol y Carmen Sevilla tienen el honor de ser conocidas como las novias del país, la Pantoja llevaría de por siempre el triste y rotundo apelativo de viuda de España. Francisco Rivera ‘Paquirri’ falleció en el ruedo una tarde de septiembre de 1984. La conmoción fue masiva ante una muerte retransmitida, una esposa que lloraba a su marido tras unas gafas oscuras y una multitud de gente que en pleno fervor llegaría a ocasionarle el desmayo. El argumento idóneo de una telenovela hecho realidad, con el añadido de una herencia que haría correr ríos de tinta debido a la misteriosa ausencia de algunas de las pertenencias del torero.La tragedia sumió a Isabel en una profunda depresión y aseguró entonces que nunca volvería a ser la misma. Es posible que lo haya cumplido. Gran parte del país llegó a empatizar con el drama de la cantante, por lo que no es de extrañar que su siguiente disco, tras un silencio prudencial, fuese el mayor éxito de su carrera, con unas ventas que casi alcanzan el millón de copias. Aquel trabajo que llevaba por título Marinero de lucessupuso un antes y un después en su carrera, debido a sus canciones de tintes autobiográficos como la que da nombre al disco, Hoy quiero confesarme; oEra mi vida él, todas en clara referencia a su via crucis personal. Su regreso a los escenarios fue con un emotivo concierto retransmitido por televisión, con audiencia millonaria y al que no faltó ni la Reina Sofía como invitada de excepción.

CUANDO LA PANTOJA VENCIÓ A MADONNA EN TERRENO NEUTRAL

Tras lanzarse a la conquista de América y llegar a actuar en el Madison Square Garden, regresa a España con nuevos proyectos, entre ellos protagonizar una película. Su fama le abre las puertas del cine, algo que ya había intentado en 1976 con el film Haz la loca…no la guerra, pero entonces fue descartada por su nula capacidad interpretativa para acabar el papel en manos de Lolita. Aunque había participado en algún capítulo de la mítica serie Curro Jiménez, la tonadillera resultaba una apuesta muy fuerte por parte de los productores de su retorno, que no eran otros que Ana Belén y Víctor Manuel.

Su salto a la gran pantalla se estrenó a finales de 1990 bajo el rotundo título de Yo soy ésa. La película, que era todo un pretexto para ver a la cantante entonando coplas de ayer junto a tórridos besos con el apuesto José Coronado, sufrió el vapuleo de la crítica y el éxito del público y llegó a adelantar en taquilla al mismísimo Almodóvar con su Átame!. Con una recaudación de más de 650 millones de las entonces pesetas, Isabel venció incluso a Madonna, que en aquel momento tenía en cartelera Dick Tracy.

En definitiva, Isabel resultaba una actriz poco convincente pero muy taquillera, por lo que no es de extrañar que sus productores volviesen a apostar por ella un año más tarde para protagonizar El día que nací yo, aunque en esta segunda incursión las cifras económicas descendieron a más de la mitad, sin lograr la misma repercusión y terminando así su aventura cinematográfica.

DESAMORES, CORRUPCIÓN Y EL PATIO DE SU PRISIÓN

A mediados de los noventa la cantante recupera la felicidad. Es una de las artistas mejor pagadas. No llegó a cantar para las tropas del Golfo Pérsico, según la prensa del momento, debido a su desorbitado caché, por lo que fue entonces cuando tan peculiar cometido paso a manos de Marta Sánchez. No sólo el trabajo sonreía a la tonadillera: según algunos periodistas del momento también el amor parecía ser el culpable de haber devuelto la sonrisa a su rostro.

Sus ya célebres fotos en la playa junto a María del Monte dieron lugar a multitud de habladurías en lo que en principio tan sólo parecía una amistad.Tal era la alegría de la cantante, que incluso decidió aumentar la familia adoptando a la que hoy es uno de sus mayores quebraderos de cabeza, su hija Isabel, Chabelita por aquel entonces. La niña no se vio exenta del furor de los flashes y su popularidad se acrecentó tras sus apariciones en el escenario junto a su madre, algo que ésta ya venía haciendo también durante la infancia de su primer retoño.Tras algunos romances que no llegaron a buen puerto y ser señalada como la protegida de Encarna Sánchez, la folclórica comienza a enemistarse con la prensa rosa. Todos sus movimientos son narrados hasta convertirse en el personaje que ha ocupado mayor número de horas de nuestra televisión en los últimos quince años. Sus enfrentamientos con la familia de su difunto esposo ayudarían a ello. Buena muestra del caso es cuando intervino telefónicamente en el programa de la cadena autónomica andaluza Bravo por la tarde para proclamar dramática su “estoy cansada de la familia Rivera, que lo sepa Andalucía, que lo sepa España entera”. Aquello ya forma parte de la historia de nuestra televisión.

Su más que aireado romance con Julián Muñoz, alcalde corrupto y hombre casado por aquel entonces, dieron también momentos gloriosos de los mass media como su retador “dientes, dientes, que es lo que les jode” o su lucha casi pugilística con un paparazzi al que arrebató la cámara mientras gritaba“¡no me vas a grabar más!”, frente a su mítica finca Cantora.

Todo aquello era la antesala de unos nervios que se resquebrajaban ante un evidente caso de corrupción que la señalaba directamente. El resto ya lo sabemos: Isabel entró en prisión y demostró que sí, que su vida siempre tiene continuidad para un capítulo más y a cada cual más insólito. Su reciente y puntual salida de la cárcel deja abierta una historia que promete seguir a la altura estelar de su protagonista… y darnos muchas más frases e imágenes para añadir a nuestra memoria sentimental.

Fuente: www.revistavanityfair.es


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