El papa Francisco está decidido a revolucionarlo todo, incluso la Navidad y en esta fecha, ha propuesto que el centro de la celebración sea la alegría. Todos soñamos con un mundo perfecto, donde impere la paz, el amor y la unidad y cada 25 de diciembre hacemos votos para que nuestra vida se arregle, como si se tratara de algo mágico, cuando en realidad las cosas dependen de nosotros mismos y de la actitud con la que enfrentamos los buenos y malos momentos.
Francisco sugiere una herramienta, un truco, una estrategia para que todo funcione, para que las cosas cambien radicalmente y esa es la alegría, un sentimiento que hace ver a los problemas como oportunidades y a las dificultades como desafíos que ponen a prueba nuestra capacidad de adaptación, nuestra inteligencia y estabilidad. Además de esto, el Papa ha propuesto como base un valor cristiano que nos resulta muy difícil de comprender: la misericordia, que involucra perdón, solidaridad, humildad y muchos otros que nos ayudarían a vivir y convivir en armonía. Qué mejor momento y espacio para que la Navidad haga brotar la magia de la alegría y la misericordia.
Fuente: eldia.com.bo
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