Arturo Yáñez CortesAunque podría ser “El rey está desnudo” por el cuento de hadas de Hans C. Andersen titulado “El traje nuevo del emperador”. No tengo espacio para contarlo, salvo decir que se usa en política para referirse a cualquier obviedad negada por el poder, a pesar de la contundente evidencia.El cuento viene por el “Zapatagate” y las ocurrentes explicaciones del stablishment masista, para negar… lo evidente. Como abogado penalista con algunos conocimientos de litigio estratégico, sé que la estrategia más efectiva pero también la más riesgosa para una defensa, es la coartada o alibi (“en otra parte”, en latín) alegando que el acusado no estuvo presente en el lugar del crimen, por ausencia justificada u otra imposibilidad física. El riesgo surge cuando otras pruebas demuestran exactamente lo contrario, con lo que es altamente probable que el juez no pueda concluir algo diferente que el imputado le estaba metiendo NO MÁS una estrategia envolvente y, por tanto, es más culpable que Judas. El manual enseña que sí usas una coartada, debe ser irrefutable para evitar que la otra parte la destruya con su actividad probatoria.Pues bien, a la luz del “Zapatagate” sostengo que eso es lo que le está pasando al jefazo de los azules: el rey quedó desnudo o en términos pluris (aún en boga…), se quedó khala. Indicó que hace años que no veía a la dama de azul, pero inmediatamente el quinto poder de las temibles redes sociales mostraron sus fotos del carnaval del año pasado, justo con la que no veía en un decenio, ante lo cual, aunque parezca de algo peor que de Ripley, salió con la evada de la carita conocida. Luego, indicó que a la empresa china le ejecutaron sus boletas de garantía e inmediatamente, se supo que más bien, la empresa cuya gerente comercial es la dama de azul, había ganado una acción de amparo sobre esas boletas, cuya sentencia está en actual revisión ante su Tribunal Constitucional (ante el pescotis, ya olemos como saldrá…).Luego, no quedó otra que pedirle a su “compañero Contralor” –interino desde hace más de 8 años – nombrado por su aplanadora en la Asamblea Legislativa de las filas azules –era diputado de su partido- que investigue el proceso de contratación, ante lo cual salió que 6 de las 7 contrataciones fueron por excepción (contratación directa), autorizada por Decretos Supremos suscritos por el ejecutivo. Finalmente, pidió una investigación especial a la Asamblea Legislativa… controlada por su partido. No queda nada que pueda siquiera parecer independiente.Sus acólitos tampoco ayudaron. Unos optaron –cuando no- por descalificar al mensajero, amenazándole con juicios, recordándole su pasado, su phajla, etc. Otros, trataron de marear la perdiz del presunto tráfico de influencias tratando de desviar el tema hacia los derechos del niño.Aunque por supuesto, ellos deben respetarse, ignoran que en un caso bastante parecido (Sentencia del Caso Fontevecchia y D’amico Vs. Argentina) al ponderar la privacidad de los funcionarios públicos Vs la libertad de expresión e información, la Corte Interamericana de DDHH el 2011 ya resolvió de forma vinculante también para el estado boliviano, que: “…en una sociedad democrática los funcionarios públicos están más expuestos al escrutinio y a la crítica del público. Este diferente umbral de protección se explica porque se han expuesto voluntariamente a un escrutinio más exigente. Sus actividades salen del dominio de la esfera privada para insertarse en la esfera del debate público. Este umbral no solo se asienta en la calidad del sujeto, sino en el interés público de las actividades que realiza…”, con lo que ese argumento, también se derrumbó y en el techo de sus apologistas.Así el estado de los cuentos chinos, tod@s parecen ser devotos de lo que precisamente Andersen dijo: “No tiene por qué ser verdad… lo que todo el mundo sabe que es verdad”.Correo del Sur – Sucre