Detrás del hombre duro. Hoy es su cumpleaños, pero ayer perdió a su hermano. Un periodista más sensible de lo que muchos suponen.Advirtió a la reina del Carnaval que la buscaría para pintarla y le cumplió. El Deber
Valverde, íntimo y tímido
Detrás del hombre duro. Hoy es su cumpleaños, pero ayer perdió a su hermano. Un periodista más sensible de lo que muchos suponenSANTA CRUZ / SILVANA VINCENTI / EL DEBEREs un día triste para él. La entrevista se hizo ayer en la mañana y, al final de la tarde, recibió la noticia del fallecimiento de su hermano, Jorge Arturo. Hoy es el cumpleaños número 59 de Carlos Valverde Bravo; sin embargo, le tocó difícil.Es el segundo hermano que pierde, y el único varón además de él. Precisamente ayer hablaba de que no le importaba que lo vean llorar, que ya lo ha hecho antes, incluso ante la cámara. “Todo mundo lo hace; soy un tipo sensible y no me hace menos. Alguna vez me dijeron que cómo me daba el lujo de llorar; es una reacción humana, y si a alguien le dan ganas, que lo haga”, indica.Tiene el temperamento fuerte, como su papá, Carlos Valverde Barbery, y eso no lo hace duro. “Si grito y me enojo con la corrupción o el maltrato, es porque no soy una persona dura. Cuando trabajo no cumplo un rol ni me disfrazo”, dice y agrega que heredó los principios de su progenitor. “Mi padre decía que la plata se hizo para hacer política y que si sobraba uno comía. Él cumplió, yo no creo que sea tanto así. Supongo que debe ser muy lindo disfrutar de la tranquilidad de tener plata; yo no cambiaría eso por la intranquilidad de mi conciencia, prefiero la yesquera”, sostiene.Reconoce que tiene menos publicidad que antes, pero asegura que su situación económica no es buena ni mala y que no está dispuesto a hacer concesiones. “Sobrevivimos como cualquier clase media. Hubo tiempos mejores, cuando estábamos en PAT y en Cadena A y teníamos 40 minutos de publicidad. Hoy tenemos mucho menos y no me voy a poner a llorar por eso, son las reglas del juego”, argumenta.Si no reniega mientras trabaja, dejaría de ser Valverde. En su hogar, la historia es otra. Al menos debe serlo, para que disfrute tanto estar ahí. Pone excusas cada vez que lo invitan a almorzar. “Mi almuerzo es mío y de mi familia. Estoy con mi gente, con mi mujer. Mi casa es mi santuario, mi cable a tierra”, asegura.A pesar de su insistencia, Rodrigo Bellott no lo convence de hacer cineLe gusta hablar de política, aunque evita tocar su intimidad. “Siempre digo que uno hace vida pública, pero no es público. Está bien, agradezco cuando la gente se interesa por lo que hago”.El hombre que vocifera en un set o en una cabina radial tiene un momento en el que se apabulla. Descubrió que es tímido ante las multitudes: “Me encantaría pasar desapercibido, me causa pudor que la gente me reconozca. Después de todo lo que sucedió recién, pasar por la plaza y que la gente me aplauda me incomoda. No está mal, solo que no sé si da para tanto, al final de cuentas uno hace lo suyo. Si la gente quiere hacerlo, lo agradezco”, señala.Sabe que no es el niño bonito de nadie, que mucha gente que le da un espaldarazo en la calle es sincera; sin embargo, cree que la gente que publicita se mueve en medio de intereses. Eso no le quita decir que tiene muy buenos amigos, y que su círculo es más grande de lo que muchos podrían pensar, le basta con que sean buenas personas. Dentro de todo, tiene dos razones para alegrarse, la primera es que posiblemente escriba para un importante medio internacional, y a la pregunta responde que no le interesaría ser corresponsal de CNN.La segunda buena nueva es que retomó el teatro. Antes de la entrevista, mientras ‘poreaba’, planificaba la organización de la obra Justo en lo mejor de mi vida, que se estrenará en un par de meses junto a los ‘jubilados’ de Casateatro.Su problema de piel va y viene, precisamente está en tratamiento en estos días. Mientras tanto sigue con su rutina, excepto por concesiones que solo consiguen los de su clan, como llevarlo cuando sale de noche o convencerlo de que deje de salir a caminar por su seguridad.Se considera bueno en lo que hace. “No tengo por qué sentirme más que nadie, pero si me preguntan, no tengo dudas de que soy bueno y me agrada serlo”, argumenta
Carlos Valverde ha lanzado a la fama a ‘Pitito’ Ruiz, su compañero de cabina radial, que pocas veces ha podido ser fotografiado