Al igual que Nicolás Maduro violenta los últimos restos del sistema democrático venezolano negando la posibilidad del revocatorio en su contra, Evo Morales hace lo propio con las ruinas de la república boliviana, al insistir con un nuevo referéndum que le permita “repostularse” a la presidencia en las elecciones del 2019.Por supuesto, la maniobra es ejecutada por sus cohortes sindicales para que todo parezca emerger “del pueblo”, de manera que las organizaciones productoras de coca-para-cocaína y otros gremios afines están comenzando una campaña de recolección de firmas.Poco les importan prolijidades jurídicas como el hecho de someter nuevamente a consulta un tema ya definido por la voluntad ciudadana: después de todo, “el pueblo” son sólo ellos y los demás apenas una minoría burguesa y proimperialista que abarca al 51,3% del electorado.La excusa elegida para insistir es que, según dicen, el 21F se habría impuesto “una mentira”, en referencia a la supuesta inexistencia del hijo de Evo Morales y Gabriela Zapata, obviando el tema central que es la adjudicación de contratos multimillonarios del Estado a la empresa gerentada por la ex novia del primer mandatario.Todo esto condimentado por una ofensiva mediático-publicitaria, con un despilfarro de dinero de los contribuyentes en spots como nunca se vio en la historia de Bolivia…[email protected]