Carta completa de Jorge Lazarte desmintiendo afirmaciones del presidente Evo Morales


LAZARTE CARTAEl politólogo y ex vocal de la Corte Nacional Electoral, Jorge Lazarte, envió una carta abierta al presidente Evo Morales, desmintiendo afirmaciones del primer mandatario sobre un supuesto veto de la embajada de EEUU a la personería jurídica de la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos (organización predecesora del gobernante MAS).Transcribimos el texto en su integridad:CARTA ABIERTALa Paz, 22 de junio de 2016Sr. Evo Morales A.Presidente del Estado PlurinacionalPresente.La Paz, Palacio de gobiernoSeñor Presidente:1.- Esta carta no hubiera deseado escribirla nunca, ni menos hacerla pública, pero un asunto por demás ingrato me obliga a hacerlo para evitar que el silencio me acuse o me haga cómplice de afirmaciones injuriosas, a las que no estoy habituado ni debe habituarse al país.En principio esta carta debía hacerla pública el mes de febrero de este año, en pleno proceso de referendo, y me abstuve para no exponerme a ser presa de improperios con los que se suele abrumar a quienes osan poner en duda la palabra de los que hoy creen que todo les está permitido, inclusive dañar la dignidad y el honor de las personas, como es mi caso. Esta vez lo hago sin hesitación, pues ha reiterado sus afirmaciones ofensivas, y hasta agravado. Dejar pasar sería admitir la ofensa y quedar sepultado por la justicia implacable de la historia.2.- Ud. ha afirmado en varias ocasiones en sus concentraciones habituales que la Corte Nacional Electoral (CNE), de la que fui miembro durante una década, actuaba bajo la dependencia de la embajada de EE.UU. , que en su código equivale a condena pública. En su rosario condenatorio me aludió el pasado mes de febrero al imputarme la bajeza de que yo le habría “dicho” que por “instrucción” de la Embajada de EE.UU. se rechazó el reconocimiento jurídico del Instrumento por la Soberanía de los Pueblos” (IPSP). Pero en ese entonces matizó esta falsedad con “espero no equivocarme”.Esta imputación irresponsable fue reiterada ya sin ningún atenuante el 17 de junio de la semana pasada, durante la conferencia de prensa desde la Residencia Presidencial, dónde Ud. afirmó que en el Chapare lo “visité” y le “informé”… ”personalmente” que la embajada de EE.UU había “instruido” no aprobar la “sigla” de ASP (Asamblea por la Soberanía de los Pueblos).3.- Estas afirmaciones desenvueltas simplemente dañan, en primer lugar, la memoria y el honor personal de los que fueron miembros de la insigne Corte Nacional Electoral de entonces, al imputarles una acción delictiva. Con esta carta elevo mi voz de viva protesta por la injuria contra personalidades de merecido prestigio en el país.En segundo lugar, me infiere un daño personal, porque Ud. me hace aparecer como “soplón” que “informa” de un delito que se habría sido cometido en Sala Plena de la Corte Nacional Electoral de entonces. Sr. Presidente, quiero decirle que no soy ningún correvedile ni “chivato” ni de Ud. ni de nadie; ni un traidor a la lealtad (que no es complicidad) con los que fueron mis colegas. Lo que Ud. afirma es profundamente ofensivo y mancilla el honor y la dignidad de las personas, cualidades que no parece tener ningún valor para el poder. Sus agraviantes afirmaciones me hacen aparecer triplemente culpable: culpable por felonía e inconducta moral; culpable por ser cómplice y encubridor de un delito penal por incumplimiento de deberes y prevaricato, dada la condición jurisdiccional de la Corte Electoral; y culpable porque en ése entonces era Presidente de la Comisión encargada de analizar los informes que se demandaban a las instancias especializadas del organismo electoral y a la Policía Nacional, con el fin de verificar el cumplimiento de los requisitos en la presentación de los libros de registro de militantes.Y por añadidura, no menos agraviante, me presenta como un irremediable estulto, pues al “informarle” de semejante delito estaba exponiendo mi cabeza voluntariamente a la vindicta “popular” y a las penalidades de ley. Esto es un absurdo y sólo explicable si se tratara de alguien que merecería estar en una casa de orates. Puedo tener muchas debilidades, pero estúpido no soy. Sus historias son historias de baja estofa.4.- De todos modos quiero recordarle, pero sobre todo a la opinión pública que lo ha escuchado espetar tantas veces contra la CNE, y no conoce la historia documentada sobre el caso, que la CNE tenía desde 1995 un “Reglamento de Registro de Militantes”, que velaba por la correcta presentación de los documentos y la no falsificación de datos, que en el pasado era una práctica corriente. A su vez la Ley electoral establecía que aceptaba que un máximo del 5% de registros pudieran “corresponder a personas fallecidas, inexistentes o que se hallen afectadas por vicios o falsificación”. Con este propósito, una muestra de los registros de militantes que no figuraban en el Padrón Electoral de la CNE, pasaba a la Policía que verificaba los datos consignados en los libros de registros. Luego de este proceso, se evidenció en el caso de ASP, como se lee en la resolución No. 207/06 de Sala Plena, que los registros presentados contenían datos incompletos, registros sin firmas, o sin fecha de nacimiento; partidas registradas cuando los libros habían sido ya cerrados; errores en año de nacimiento, o sin registro en los archivos de la Policía; partidas que registraban menores de edad, etc. Estos errores u omisiones llegaban al 15% del total de registros de la ASP en 1996, por tanto superior al 5% tolerable. Todo esto no tiene nada que ver con supuestas “instrucciones” de la “embajada”, sino con la desprolijidad, para decir lo menos, con la que llenaron los libros de registros. Y como este caso, hubo decenas de otros trámites de reconocimiento jurídico, varios de ellos promovidos por grandes empresarios, cuyos libros fueron enviados al Ministerio Público. Con estos antecedentes y venciendo creencias personales de que políticamente era mejor que ASP esté dentro y no fuera del sistema, la CNE estaba obligada por ley a denegar la solicitud de reconocimiento de personería jurídica, y lo hizo con convicción en todos los casos y todas sus consecuencias. Nos habían elegido para servir a la ley y no a ningún supuesto “pueblo”.La resolución mencionada fue aceptada por los dirigentes de ASP y no impugnada por ninguna irregularidad ni denunciada por manipulación La supuesta “instrucción” de la “embajada” es un invento posterior con el fin de desacreditar instituciones como la CNE consideradas “neoliberales” al servicio del “imperio”. Y para hacer creíble esta temeridad se me menciona sin ningún empacho como prueba testimonial. Este es un burdo recurso contra el cual protesto con toda la contundencia que puede merecer defenderse de semejante ignominia. En todo caso, esta penosa circunstancia no me retrata, pues el mismo día en que me endilgaba de semejante despropósito, Ud. afirmaba “jamás tergiversamos”.5.- Ya es hora Sr. Presidente de que se comporte con la responsabilidad que impone su alto cargo, sea un dechado de mesura y deje de proferir inculpaciones y excesos verbales que hieren el valor de las personas y no respetan su dignidad como seres humanos, poniéndose en contravención de las declaraciones de los derechos humanos e incurren en figuras penales. Las autoridades del país merecen el respeto debido, pero ellas también están obligadas a respetar a los ciudadanos, que muchas veces no tienen otro bien que defender sino su buen nombre. Ese invento calumnioso no es digno del que ocupa la primera magistratura del país, que si le reconoce inmunidades, no le otorga ningún derecho de y para denigrar a nadie. Ser presidente de un país entraña grandes deberes y no sólo privilegios por la investidura.No se tiene razón simplemente porque se tiene el poder. En democracia el poder debe ser respetado, y no temido ni odiado. En democracia el poder es contención y autocontención, y sus titulares son hombres de Estado; mejor, en democracia gobernar es dirigir y no mandar. Permítame recordarle que la regla de oro en las relaciones humanas es: trata a los demás como quieres que te traten a ti.6.- Antes de concluir con esta carta -que la hago pública porque sus afirmaciones fueron también públicas-, permítame una apostilla sobre el “independencia de la justicia”, en cuyo marco profirió esos comentarios contra la Corte Electoral. Según los nuevos códigos del poder en Bolivia, reclamar una “justicia independiente” es “pedir que dependa de la embajada de EE-UU como antes”. Si fuera coherente con esa afirmación tan inédita en los anales de la historia contemporánea, aún en sus peores experiencias, su gobierno debería renunciar y denunciar todos las convenciones internacionales que el país ha suscrito, desde la Carta de Naciones Unidas, hasta a su propia Constitución (que en algún lugar la reconoce pero no garantiza). La “independencia judicial” (que muchos de nosotros defendemos desde hace muchos años contra todos los poderes como una conquista del derecho moderno y una primera condición tutelar de los derechos fundamentales), para Ud. parecer ser papel mojado, que desprecia y ridiculiza.7.- Finalmente, sólo me queda por agregar que por respeto a mí mismo no puedo cargar el baldón de vivir con la vergüenza de haber callado ante semejantes despropósitos. Fui al Chapare en ése entonces para observar in situ- es mi sesgo profesional- el trasvase entre el MAS y las seis federaciones, que se reunieron al mismo día; y no a reunirme con Ud. y hacer de felón de mis ilustres colegas, y delator de supuestas “instrucciones” del “imperio”. Ciertamente es su palabra contra la mía. La opinión pública, podríamos decir recordando al gran Tamayo, puede ignorar mucho de esta historia u otras, pero intuye donde está la verdad.A modo de colofón y sabiendo dónde estamos, asumo uno de los más célebres aforismos zaratustranos: “di tu verdad y rómpete”.Con este motivo tan ingrato, me despido de Ud. atentamente,Jorge Lazarte R.


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