La silla vacía y otros apuntes sobre la FIL

silla vaciaEmilio Martínez*Terminó la versión número 17 de la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz, actividad que acompañamos todos los años desde que naciera en la Biblioteca Municipal.En esta ocasión nos tocó participar en la mesa de libertad de expresión organizada por el PEN Bolivia, junto al jurista Ciro Añez, la periodista Mónica Salvatierra y –vía online- Carlos Valverde, contando además con la moderación de Napoleón Ardaya.El panel se reunió en un momento crítico para el tema del conversatorio, con uno de los expositores invitados resguardado en Argentina de las persecuciones gubernamentales, situación que fue simbolizada con una silla vacía (tradición del PEN internacional en homenaje a escritores ausentes por prisión o exilio) provista de una leyenda alusiva a Valverde y a “todos los periodistas que no pueden expresar libremente sus ideas en Bolivia”.Añez centró su disertación en la normativa que precautela la libre expresión, incluyendo el bloque de constitucionalidad que incorpora los tratados y convenciones internacionales signados por el Estado boliviano. Citó el artículo IV de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre que protege la libertad de investigación, que considero importante porque podría habilitar un eventual recurso ante la CIDH en el caso de Diego Ayo, si es que se concretan las amenazas del gobierno central contra su persona.Salvatierra brindó valiosa información sobre los intentos gubernamentales de controlar las redes, tanto en Bolivia como en otras naciones, mientras que por mi parte comenté varios casos de los últimos años de presiones estatales que buscan imponer un control ideológico sobre la literatura y sobre el libro en general.Recordé el intento del Viceministro de Descolonización de expurgar de la currícula escolar a varios clásicos bolivianos, el veto al autor de Evadas en el stand de Bolivia en la Feria del Libro de Chile por obra de la Ministra de Culturas y la fallida censura contra dos escritores cubanos disidentes en el Festival “Santa Cruz de las Letras”, a cargo de un intelectual orgánico y burócrata cultural del régimen devenido en censor literario.También dí a conocer un caso personal algo «folclórico», sucedido a pocos meses de la publicación de Ciudadano X en el 2008, cuando una alta dirigente cocalera convertida en Ministra de Justicia le preguntó al embajador de Uruguay (mi país de origen) “cómo hacemos para que Martínez corrija su libro”, motivando la hilaridad del diplomático, quien poco después me transmitió la anécdota.Entre las conclusiones más importantes del panel, referidas al “qué hacer” para frenar las amenazas a la libre expresión, subrayo lo señalado por Mónica Salvatierra, quien dijo que lo más importante es no ceder al miedo que lleva a la autocensura.En el audio enviado desde Argentina, Valverde remarcó que “hay que denunciar la injusticia, hay que lograr que todo lo que se quiere esconder se sepa… Por eso hacemos periodismo y por eso escribimos, por eso publicamos, para dejar constancia de un momento histórico… Finalmente, así suene pedante… para que se sepa que no todos fuimos callados, que hubimos quienes nos rebelamos siempre”.***También en la Feria, pero en otros espacios, se dieron un par de interpelaciones al Ministro de Economía que considero necesario destacar. Una de ellas proveniente de una persona con discapacidad, quien cuestionó al funcionario por la negativa a dialogar con los marchistas sobre el pedido de una renta mensual; y la otra a cargo de Peter Lewy, sobre los abusos tributarios que están matando librerías en todo el país.Acerca de esto último, creo que la principal responsabilidad del Estado con respecto al libro es la de no estorbar la actividad de los privados formalizados, quienes deberían gozar de las mismas licencias que se dan alegremente a sus competidores piratas. No basta con la supresión del IVA al libro, si los tributos son trasladados al impuesto a la renta sin posibilidades de descarga y si hasta los errores más mínimos en la facturación son sancionados con multas draconianas…*Escritor y analista político. Ex vicepresidente del PEN Santa Cruz. Su libro más reciente es “De Orwell a Vargas Llosa”. 

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