Los Gobiernos dejan de ingresar entre 9.000 y 26.000 millones de dólares, según la Interpol y la ONU
Interpol y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, en sus siglas en inglés) presentaron en 2014 una primera estimación del valor de los delitos medioambientales en el planeta. Dos años después, estas dos organizaciones reconocen que se quedaron cortas entonces. En concreto, un 26%. Y en un informe difundido este sábado elevan esa evaluación hasta una horquilla de entre 91.000 y 258.000 millones de dólares.
La tala irregular y el comercio ilícito de madera ocupan el primer puesto, con entre 51.000 y 152.000 millones de dólares cada año. El tráfico de especies mueve entre 7.000 y 23.000 millones y la pesca ilegal entre 11.000 y 24.000 millones. A estos se le une la minería irregular (entre 12.000 y 48.000) y los delitos relacionados con los residuos (entre 10.000 y 12.000).
Ambas organizaciones reconocen que existen un alto grado de incertidumbre a la hora de afinar las cifras. Y lo achacan a «la falta de estadísticas criminales en este campo». Eso sí, aclaran que el valor de los delitos medioambientales en el mundo ocupa el cuarto lugar, solo por detrás del tráfico de drogas (344.000 millones de dólares), falsificaciones (288.000 millones) y trata de personas (157.000 millones).
Interpol y UNEP advierten de que la «delincuencia organizada internacional» —especializada en las drogas, el tráfico de personas y la falsificación— se ha fijado en este tipo de actividades. Se han infiltrado en sectores como el de los residuos peligrosos, los minerales y el tráfico de especies.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
El pangolín
En el informe se pone como ejemplo el caso del pangolín, un pequeño mamífero escamado que vive en zonas tropicales y está en peligro de extinción. Aunque es un desconocido en occidente, se trata de uno de «los animales con los que más se trafica en el mundo», ya que en Asia está considerado una «comida exclusiva», además de servir para preparar supuestos medicamentos. «Se calcula que un millón de ejemplares han muerto en la última década», apunta este informe conjunto.
También se menciona uno de los símbolos del tráfico de especies: el elefante. Y se resalta que en la última década los furtivos han matado cada año 3.000 ejemplares en Tanzania. Los traficantes logran cada temporada 10,5 millones de dólares con el marfil que obtienen. Se trata de una «cantidad cinco veces superior a todo el presupuesto nacional de la división de vida salvaje del país», resalta el informe.
Sangría para los Gobiernos
El daño de este tipo de delincuencia no es solo para el medio ambiente. Las dos organizaciones internacionales resaltan las pérdidas que estos delitos suponen para las arcas públicas. El informe apunta a que los Gobiernos dejan de ingresar entre 9.000 y 26.000 millones de dólares cada año por culpa de los delitos medioambientales.
Interpol también incide en «el aumento de la delincuencia ambiental de cuello blanco». Cita como ejemplo la utilización de sociedades ficticias en paraísos fiscales para «lavar el dinero generado por la tala ilegal de árboles» para ocultar su origen. Se resalta también como el «comercio ilegal de carbono» es el sector que más rápido está aumentando ahora y habla de «cientos de millones de euros» de beneficios fraudulentos en este campo.
Terrorismo y crimen organizado
Como en la edición anterior de este análisis, Interpol y UNEP destacan la relación entre los delitos medioambientales, el terrorismo y los grupos organizados. «El dinero generado por la explotación ilegal de recursos naturales financia a grupos rebeldes, redes terroristas y carteles de criminales internacionales», se incide.
Ponen como ejemplo la República Democrática del Congo. La explotación ilegal de recursos en este país africano está valorada en 1.250 millones de dólares. Entre un 10% y un 30% de esa cantidad sirve para financiar a grupos criminales internacionales.
Fuente: elpais.com