Con el término “evadas” se suele calificar a dichos bizarros del presidente cocalero Evo Morales, que pueden ir desde la reinvención rocambolesca de la historia (aymaras que luchaban contra el imperio romano) hasta la plomería cuántica (las supuestas virtudes disolventes de la Coca-Cola para las tuberías).Ahora, el infatigable Morales acaba de regalarnos otra perla discursiva, al señalar que está considerando “el retiro de Bolivia de la OEA”, como si una decisión de ese calibre pudiera ser tomada alegremente por su persona sin consultas a la nación.Las expresiones del caudillo chapareño constituyen sin duda una nueva manifestación de seguidismo de la política exterior venezolana, al producirse poco después de que Nicolás Maduro lanzara amenazas similares.Para tratar de justificar el absurdo Morales cita mal a la dictadura cubana, diciendo que la OEA es “una colonia de Estados Unidos” (la referencia correcta es el tiranosaurio Fidel Castro vituperando: “es el Ministerio de Colonias”, cuando la isla fue suspendida del sistema interamericano tras cerrarse de modo totalitario).El tema de fondo es que a Evo le molestan los bríos libertarios del nuevo secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien ha tenido el tupé de invocar la Carta Democrática Interamericana contra la autocracia chavista.Y con tal de cuestionar a Almagro, Morales incluso ha elogiado la insulsa gestión de José Miguel Insulza en la secretaría general, sin reparar que está prodigando flores al agente chileno ante La Haya…[email protected]