Cada tanto, el régimen del socialismo mágico saca del sombrero alguna invención desopilante, producto tanto de sus inclinaciones hacia la automitificación como de estrategias distractivas que buscan reagendar a los medios de comunicación, en procura de invisibilizar los múltiples escándalos de corrupción que han minado la credibilidad del “proceso de cambio”.La última ocurrencia en ese sentido, planteada por Evo Morales, es la posible instauración de un nuevo calendario indígena, revolucionario y plurinacional, en sustitución del calendario gregoriano que rige en Occidente desde 1582.“Proyectamos la recuperación de los calendarios ancestrales como parte del proceso de reconstitución de nuestra identidad y la recuperación de nuestra fuerza”, dijo el caudillo cocalero durante las festividades del solsticio.Esta iniciativa vendría a complementar al rocambolesco “Reloj del Sur” inaugurado no mucho tiempo atrás, cuyas manecillas giran al revés, buscando retroceder 500 años antes de la conquista ibérica.Probablemente Morales ignore que no está siendo muy original con esta idea, que ya fue ensayada por los jacobinos (lo que sí sabe muy bien su vicepresidente García Linera).Recordemos que los revolucionarios franceses también sustituyeron el calendario del Papa Gregorio XIII por el “calendario republicano”, basado en el inicio del equinoccio de otoño en el hemisferio norte.Éste comenzaba con un “Año Uno de la Revolución”, lo que tal vez podría ser imitado por Morales, dadas sus tendencias al adansimo político (a la refundación total y radical); y los meses llevaban nombres alusivos a las fases climáticas o agrícolas: Vendimiario, Brumario, Frimario, Nivoso, Pluvioso, Ventoso, Germinal, Floreal, Pradial, Mesidor, Termidor y Fructidor.Continuando la analogía, el calendario evista puede estructurarse de la siguiente forma: Cocalario, Corruptario, Mentiroso, Autoritario, Manipulario, Zapatario, Quintanario, Alvaroso, Evoso, Achacolloso, Ilegalario, Criminor…[email protected]