Ayer se cumplieron 30 años de la muerte de Jorge Luis Borges. Un grupo de autores nacionales resalta el legado del argentino, considerado por muchos un clásico de la literatura universalMarcelo Suárez R.De Borges se ha dicho mucho. Por ejemplo, que era mejor lector que escritor o que con los cuentos, ensayos y la poesía que dejó publicados no hizo falta que escribiera una novela. Aunque el mismo Borges se encargó de explicar porqué no escribió una novela y de confirmar que su mayor legado fueron los libros que leyó, nunca está de más saber qué opinan de él los que lo leyeron, los que viajaron por los infinitos universos del argentino. Ayer se cumplieron 30 años de la muerte del autor de Ficciones, la ocasión es propicia.Jorge Luis Borges es considerado por muchos un clásico de la literatura universal. Uno de los que está convencido de ello es Claudio Ferrufino-Coqueugniot, que asegura que la visión del autor argentino era inmensa en su longitud y no menor en su profundidad. “En Borges un nombre lleva a otro, del nombre a la historia, de ella a la mitología, de allí a la magia y retorno. Círculos, elipsis entre uno y otro lado del espejo. Sigue, y seguirá siendo, referente imprescindible”, expresa el novelista boliviano.La ganadora del Premio Iberoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, Magela Baudoin menciona que Borges no fue un intérprete, sino un creador. “Borges es un faro, una cumbre. Como dice Piglia, su grandeza radica en que probablemente sea uno de los escritores que más cerca estuvo de la perfección; o, dicho de otro modo, que más se aproximó al escritor que quería ser, a lo que había amado como lector. Inventó algo que no existía hasta ese momento, la literatura fantástica, y legó un procedimiento para replicar su invención”, indica Baudoin.Enrique Fernández García, por su parte, se detiene en el bibliófilo nato que fue Borges y, ante todo, en la gratitud que demostró por los libros. “Es verdad que, desde niño, estuvo rodeado de libros, incitado a dedicarse a esos menesteres; empero, nadie lo obligaba a sentir enormes dichas al hacerlo. Su gozo se nota, entre otras cosas, cuando dedica poemas a escritores, aún a pensadores como Spinoza, que despertaron o ampliaron -si esto era posible- su devoción por la literatura. Él dijo que «vida y muerte» habían faltado a su vida; sin duda, lo compensaron muy bien las bibliotecas. Su genial escritura habría sido inconcebible sin la pasión despertada por los autores a quienes admiró”, enfatiza Fernández.Filosofía y versosReconocido cultor de literatura fantástica, Emilio Martínez sostiene que Borges ha pasado la prueba de fuego de los clásicos “al ser recogido por la única antología que realmente vale la pena tener en cuenta: la del tiempo. Lo demás viene por añadidura”. El autor de Noticias de Burgundia considera que el aporte central de Borges a la literatura es el haber traducido las paradojas frías de la filosofía y de la abstracción metafísica en vivos enigmas narrativos, “vistiendo a Spinoza con la gorra y la pipa de Sherlock Holmes (La muerte y la brújula) o haciendo literatura fantástica con los evanescentes constructos de la filosofía idealista (Tlön, Uqbar, Orbis Tertius)”.Finalmente, Gabriel Chávez Casazola, al referirse a la faceta poética de Borges, aclara que respeta, pero no hace suya, la opinión de los que desdeñan al Borges-poeta para quedarse solo con el narrador. “La suya es, creo, una cima de la poesía escrita en nuestra lengua. Propicia a la memoria, al canto y al cuento, a la melancólica celebración de lo vivido y lo leído, casi perfecta en su forma, asombrosa en sus enumeraciones y obsesiva en sus recurrencias”, asegura Chávez.El Deber – Santa Cruz