Zapata y los medios de comunicación


cayo-salinas-000Cayo SalinasY el culebrón continúa pese a nuestro hastío. Queda claro que la vida privada de las personas es un tema que debe permanecer en ese ámbito y que atravesamos por infinidad de problemas que requieren trato inmediato, por lo que el melodrama Zapata relacionado con vínculos sentimentales con el Presidente de la República es definitivamente un asunto que compete a ambos, no al país.La razón es sencilla. Pese al boom de los precios de materias primas que permitieron el ingreso de divisas como nunca antes se vio, dificultades en salud, educación, empleo permanente, protección a una alicaída industria nacional, acceso a una justicia imparcial y un largo etcétera, son temas de agenda diaria. No si la Sra. Zapata tuvo un romance duradero, si alquiló o no un departamento, si el hijo padeció una enfermedad y falleció o si realmente existió. Las pruebas indiciarias y las confesiones espontáneas manifiestas públicamente, aparentemente dan cuenta que el niño sí hubo y que lamentablemente pereció. En todo caso, ese hecho deberá ser corroborado o desvirtuado en la instancia jurisdiccional que corresponda, por lo que el tema de fondo es otro.Pasa primero, porque se esclarezca, verdad material por delante, si evidentemente las sospechas de tráfico de influencias en todas las actuaciones de la Sra. Zapata son ciertas y si en las transacciones comerciales que llevó a cabo intervinieron funcionarios públicos. Pasa después, por la sospecha de existencia de sobreprecio en algunas obras contratadas sin licitación por determinadas reparticiones estatales. Evo tiene que ser la persona más interesada en que estos hechos sean esclarecidos, habida cuenta de que no estamos ni en la hacienda particular del MAS para que las arcas públicas sean de libre disposición, ni somos lo suficientemente ingenuos para no poder llevar a cabo una simple suma aritmética que de cuenta de lo que se pagó y lo que verdaderamente debería costar. Si las diferencias son claras, la respuesta lo es también. Por tanto, la verdadera investigación y atención que debe darse al caso Zapata, no pasa por asuntos de índole privado y sentimental.Al ser así, la pregunta es: ¿qué rol deben jugar los medios de comunicación? Como en cualquier rubro, la competencia es siempre sana. Los periodistas compiten y lo hacen en busca de la primicia y/o de la revelación de un hecho de trascendencia. Nada de malo hay en ello. La prensa está donde está la noticia. Si el tema del hijo de Evo con la Sra. Zapata fue y es noticia, queda claro que en parte se debe a que el Gobierno –luego de la última declaración de Valverde–  hace lo posible para que solo se hable de ello. Las razones son obvias. Lo que no puede desconocerse es el derecho de los periodistas a cubrir una noticia y amplificarla en plena era digital.A diferencia del pasado, hoy en día una noticia se hace pública y viral en segundos, lo que no significa que quienes así lo hacen, siendo periodistas, formen parte de una mafia informática. Que se sepa, a la Sra. Zapata no la imaginaron ni crearon los medios de información.Termino aquí: Coincido con el Presidente cuando pide lo dejen trabajar. Me parece fantástico. La purga, en todo caso, y sólo como sugerencia, debe comenzar por casa, y el ejemplo también. Para muestra un botón: al caso Zapata, el caso Achacollo. Los fondos públicos comprometidos y aparentemente afanados, avalan todo esfuerzo y trabajo. La nación lo agradecerá y probablemente varios sectores que claman apoyo económico estatal, también lo hagan.Los Tiempos – Cochabamba 


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