El Grupo Luksic, fundado por Andrónico Luksic Abaroa, bisnieto de Eduardo Abaroa, tiene inversiones en varios sectores que van desde la minería hasta la manufactura. Su fortuna supera los 10 mil millones de dólares.Pablo Peralta Miranda PeriodistaLa fortuna del Grupo Luksic supera los 10.000 millones de dólares. Este emporio, fundado por el bisnieto de Eduardo Abaroa, tiene como epicentro Antofagasta, desde donde el descendiente del héroe boliviano construyó una de las mayores riquezas familiares de Chile, con proyecciones, incluso, internacionales. Los medios chilenos suelen difundir noticias sobre cómo los Luksic están entre los principales millonarios del planeta. Los orígenes de la riqueza de este conglomerado económico están relacionados con el héroe boliviano que se negó a capitular ante la exigencia de un soldado chileno, aquel 23 de marzo de 1879. Sin embargo, pese a que muchas cosas en Bolivia llevan el nombre de Abaroa, poco se conoce de él «como persona, dice Ronald MacLean Abaroa, bisnieto boliviano de aquel líder y quien en 1987 editó las cartas que Abaroa escribió hasta antes de la batalla de Calama. Aquella tendencia, además, se reproduce en el sistema educativo nacional. «Creo que (el acto de heroísmo) se enseña con poca profundidad. Se reduce a su hazaña y a su grito, comenta el historiador Fernando Cajías. Abaroa, el empresario mediano ¿Pero quién fue Eduardo Abaroa? Cajías traza un perfil aproximado: «Sus cartas y algunos documentos de registros económicos permiten deducir que don Eduardo era parte de la élite provincial de San Pedro de Atacama (de donde es originaria la familia) y de Calama. Era un empresario mediano que, como era común en la época, tenía una actividad diversificada: comerciante, minero del cobre, agricultor. La historia registra que cuando Chile invadió el territorio boliviano (el 14 de febrero de 1879), Abaroa organizó la defensa que se estructuró en Calama, con una prevalencia de civiles. El 23 de marzo, el mártir combatió y murió tras pronunciar su emblemática frase. Los Abaroa, la estirpe «La familia, obviamente, quedó huérfana. Se quedó allá, donde vivían, que era Calama, San Pedro de Atacama. Ahí se quedaron los hijos huérfanos, chiquitos, cinco hijos, y la viuda, cuenta MacLean Abaroa. El negocio de los Abaroa -continúa- consistía en llevar ganado vacuno de Salta a la costa, un trabajo muy peligroso y difícil porque se debía transportar al ganado por la cordillera de Los Andes, cruzar el desierto, para proveer carne a la zona y posteriormente a la mina de cobre de Chuquicamata. No obstante, en ese trayecto, muchas veces debían enfrentarse a ladrones que quería robar la mercancía. «Era gente fuerte, acostumbrada a combatir, y por eso es que Abaroa combate con tanta fuerza cuando Chile invade, pero le deja a su familia ese negocio, más algunas concesiones mineras pequeñas en su momento y los hijos, que son tres hombres: Andrónico, Juan y Eugenio, mi abuelo, quienes apenas crecen un poco, toman el negocio del padre y siguen prosperando, explica MacLean Abaroa. Andrónico, el emprendedor De los herederos, fue Andrónico Abaroa Rivero quien detentaba un espíritu emprendedor y creó la compañía eléctrica en Calama y la primera empresa de explosivos de esa localidad, según una revisión hemerográfica digital. MacLean Abaroa suma otros rasgos del hijo mayor del héroe boliviano: era «muy trabajador y «habiloso para los negocios y explica, además, que un elemento clave para acrecentar la fortuna familiar fue el descubrimiento de las reservas de cobre más grandes del mundo, ubicadas en la mina de Chuquicamata. «Lo que sí beneficia muchísimo a la familia es el descubrimiento de Chuquicamata, el yacimiento de cobre más grande del mundo y como ellos eran de las zonas se convierten en los principales proveedores de alimentos, de materiales, etc. para Chuquicamata (de la empresa americana Anaconda) y ahí es donde comienza a hacerse la fortuna a la cabeza de Andrónico Abaroa, el hijo mayor, con sus hermanos.Elena, la hija boliviana La única hija de Andrónico Abaroa se llamó Elena, quien nació en Tupiza (Bolivia) y llegó a vivir a Chile cuando cumplió los 18 años. Los medios impresos chilenos, como La Segunda y la revista Qué pasa, entre 2013 y 2014, la citan como la «hija de un acaudalado empresario antofagastino (Andrónico Abaroa), que detentaba «mucho carácter y «una inteligencia privilegiada. MacLean Abaroa explica que Elena se casó a principios del siglo XX con Policarpo Luksic, originario de Croacia. «A la muerte de don Andrónico Abaroa, Elena heredó los negocios de éste, junto a su hermano Juan, pero ella resultó heredar también el talento organizativo y la habilidad de negocios de su padre Andrónico, con los que conservó la fortuna familiar, y educó a sus hijos en Europa y Estados Unidos. De los dos hijos que tuvo Elena con Policarpo, fue Andrónico Luksic Abaroa, quien heredó el talento para los negocios (el otro hijo se llama Vladimir). Andrónico, el patriarca Cuando sus dos hijos terminaron sus estudios de colegio, Elena los citó en su escritorio y les dijo que su responsabilidad terminaba ahí y que de ahora en adelante ellos debían forjar su destino; además, la madre les dio 1.000 dólares a cada uno, según el reportaje «Una historia personal, que publicó Qué pasa en marzo de 2013. Andrónico Luksic Abaroa partió rumbo a Europa, a París, a estudiar leyes. Sin embargo, en ese viaje es que se adentra en el mundo de los negocios, relacionados con el intercambio de dinero.»Cuatro años después (Andrónico) regresó a Antofagasta con US$ 30 mil (unos US$ 1,3 millón de hoy) que invirtió en una casa de cambios y una concesionaria Ford de su tío (Juan). Luego, adquirió -con un socio- la mina de cobre Portezuelo… pero cuatro años después una firma japonesa le ofreció comprarla: él pidió $ 500 mil y los japoneses le pagaron US$500 mil (US$ 21,5 millones actuales): a los 30 años ya era millonario, dice un reportaje de La Segunda. El Grupo Luksic fue fundado por Andrónico Luksic Abaroa en los años 50 en Antofagasta. Sus actividades iniciales se relacionaban con la minería, con el cobre como punta de lanza, y con su concesionaria Ford. En la actualidad, las inversiones de este emporio está en varios rubros, que van desde telecomunicaciones, pasando por servicios financieros, hasta la manufactura, e incluso se sabe que tienen inversiones en Inglaterra (el Ferrocarril Antofagasta Bolivia), China y Croacia. En agosto de 2005 murió Andrónico Luksic Abaroa, a quien se le llama el «patriarca. Sus tres hijos Andrónico, Guillermo (murió en 2013) y Jean Paul se pusieron al frente de sus negocios. Una paradoja Una paradoja de la historia es sin duda que el centro neurálgico desde donde los Luksic alcanzaron el éxito y comenzaron a construir su fortuna fue en territorio boliviano. Éste es uno de los elementos que subraya MacLean Abaroa, quien fue Canciller del país. Más allá de todo, MacLean Abaroa comenta que Bolivia no sólo perdió el mar, ni el mayor yacimiento de cobre del mundo (Chuquicamata), sino que «también hemos perdido un contacto con una sociedad, una burguesía, una clase media sofisticada y educada, donde muchos de los bolivianos también se han educado y que podrían beneficiar mucho en una relación futura boliviano-chilena si es que se encuentra una solución al impasse que tenemos históricamente.