El enmallado no frena el contrabando en la frontera Bolivia-Argentina


Una malla fue colocada en la frontera Argentina-Bolivia, en Potosí, para evitar el ingreso de contrabandoUna malla fue colocada en la frontera Argentina-Bolivia, en Potosí, para evitar el ingreso de contrabando

El enmallado no frena el contrabando en la frontera

Argentina construyó un enmallado entre La Quiaca y Villazón para evitar el paso de productos ilegales y el narcotráfico. Hay modos para pasar al frenteEL DEBER / Iván Paredes / Villazón, Potosí Son conocidos como ‘mulas’ y esperan acuerdos para negociar. A 500 metros del paso fronterizo legal hay personas que se ofrecen para introducir mercadería de forma ilegal. Cruzan el río Primero de Mayo y llegan hasta la calle Jujuy, en La Quiaca. Al frente hay control riguroso por la policía argentina y en el lado boliviano se hace patrullajes nocturnos. Por este lado se comercializa sobre todo material de construcción.Jorge (nombre ficticio) cobra Bs 50 por pasar mercadería pesada al lado argentino. Si son bultos livianos cobra Bs 10. Él niega que haya trata y tráfico de menores por este paso ilegal y admite que se cruza solo productos de contrabando.“Es fácil cruzar cuando no hay control allá (La Quiaca), si hay gendarmes tenemos que esperar porque se decomisa la mercadería”, explicó Jorge.En la orilla del río esperan cualquier cantidad de ladrillos y bolsas de cemento. Hay también ropa y fierros. Las ‘mulas’ tienen paciencia mientras uno de sus aliados está al frente emitiendo noticias sobre el control de gendarmes.En la calle Jujuy, en La Quiaca, esperan una decena de camionetas para transportar la mercadería. Hay un gendarme argentino que hace como si no hubiera visto nada. Eso sí, pide control migratorio a las personas que cruzan con menores.El oficial argentino, en una hora, devolvió a 12 niños a Villazón para que formalicen sus papeles. Los menores iban con sus padres, que intentaban cruzar mercadería ilegal.Casos cotidianosGladis Quispe se queja por el control. Ella quería pasar con un bulto y sus dos niñas. No tenía papeles que acrediten que son sus hijas. Volvió a Villazón para regularizar la documentación de sus hijas.“Antes se podía pasar sin problemas. Yo vivo en Villazón, pero mi esposo trabaja en La Quiaca, entonces debo pasar allá todos los días con mis niñas”, reclamó Gladis.Como ella, hay muchas mujeres que intentan pasar con sus hijos, pero no pueden. En estos casos, explicó el alcalde de Villazón, Fernando Acho, se debe acceder a la Tarjeta Vecinal Fronteriza (TVF) para cruzar a diario la frontera.Sobre el contrabando, Acho admitió el delito en la frontera y anunció medidas en coordinación con la Policía. La fuerza del orden realiza patrullajes nocturnos en el lugar