Una subsecretaría especial maneja un presupuesto de $ 163 millones; hay 30 personas para hacer monitoreo y dar respuesta a la gente; los mensajes cuidados del Presidente y de Awada.
Mauricio Macri había llegado hacía pocas horas de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, en un viaje que incluyó un paseo en bicicleta por el Central Park. Su primera actividad era en Pilar, donde debía encontrarse con vecinos que no pueden viajar a su trabajo cuando llueve, por las calles de tierra inundadas. Aterrizó en helicóptero y lo esperaron un chófer de colectivo y un grupo de pasajeros que estaban avisados de la presencia del funcionario. «Recorriendo Pilar en la línea 520», fue el mensaje de Twitter que difundió la cuenta del Presidente, y que lo mostraba «colgado del bondi». Horas después, una «foto de la foto», que mostraba el ómnibus frenado y rodeado de colaboradores oficiales, empezó a despertar polémica en la misma arena: la de las redes sociales.
«En la balanza es más importante haber llegado a ese vecino de Pilar al que le vamos a solucionar el problema y a un montón de gente a través de Facebook, que ve una acción genuina. Eso pesa más que el nicho que se quedó cuestionando», dice uno de los integrantes del equipo de redes sociales de la Casa Rosada. Otro miembro de la comunicación oficial defendió: «Es lógico que se prepare una actividad. Es un presidente y hay que tomar mínimas precauciones. El colectivo se trasladó diez cuadras en un trecho que va a ser asfaltado y eso fue real».
El balance de lo ocurrido no es improvisado ni azaroso. El Gobierno destina un presupuesto anual de $ 163 millones a la Subsecretaría de Vínculo Ciudadano, que tiene 30 personas dedicadas exclusivamente a las redes sociales, con sueldos que suman más de $ 800.000 por mes. Gasta, por ejemplo, $3,5 millones en servicios de monitoreo y respuesta al ciudadano, sólo para hacer un seguimiento de las cuentas de la Casa Rosada, de Mauricio Macri y de Juliana Awada. Así surge de un pedido de información pública que elevó LA NACIÓN, que solicitó un detalle de los fondos destinados a redes sociales oficiales. Es decir a Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat y YouTube, todas herramientas protagonistas de la estrategia comunicacional del macrismo, que cree que la política se dirime más en el intercambio digital que en un discurso ante una plaza llena.Según publicó la revista Noticias, la mayor parte de la caja de la Subsecretaría de Vínculo Ciudadano se la lleva la pauta en Internet: este año, el Gobierno destinó $ 87 millones para publicitar campañas oficiales y gestión, que se distribuyeron sobre todo en Google y Facebook, la estrella de la comunicación política de Mauricio Macri desde sus campañas en la ciudad.Los cerebros detrás del equipo de redes sociales son el consultor Jaime Durán Barba y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aunque muchos en la Casa Rosada desmitifican el grado de influencia que tiene el ecuatoriano. «Si hay que graficarlo, en el diseño de la estrategia están los dos, pero el jefe de táctica claramente es Marcos. Él está en el día a día», confió uno de los colaboradores de llegada directa a las decisiones de comunicación.En el organigrama estatal, la parte del equipo de redes que lleva la comunicación del Gobierno (las cuentas Casa Rosada en Facebook y YouTube, por ejemplo) se aglutina dentro de la Subsecretaría de Vínculo Ciudadano, que conduce Guillermo Riera y que depende de la Jefatura de Gabinete. El desembarco del equipo no esquivó la polémica, cuando se conoció que los colaboradores de Cristina Kirchner se habían «llevado» la cuenta institucional de la Casa de Gobierno y la habían ligado a la gestión anterior. El asunto tomó otro cariz cuando un particular denunció esa maniobra en la Justicia.
Según p
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
