Personal de la Alcaldía de La Paz realiza apuntalamientos de terreno y pisos para que los vecinos de Auquisamaña puedan buscar documentación y lo que aún podría servir.Francisco Pereira / Damnificados rescatan algunos bienes entre los restos de sus casas.Con cascos blancos en la cabeza, guantes llenos de tierra y sus zapatos enlodados debido a una lluvia intermitente, las víctimas del deslizamiento de Bajo Auquisamaña se arriesgaban ayer a recuperar algunos bienes que aún podrían utilizarse, pero en especial documentos académicos, de propiedad, de identidad y otros.»Fui a recuperar mis dos televisores, pero no sirve ninguno, también he buscado los papeles de la casa, encima las autoridades no me dejan sacar nada, como está lloviendo me da pena que los documentos se mojen”, dijo don Hernán Flores, quien esperaba a que pase la lluvia para poder continuar su búsqueda.Otros vecinos, al igual que él, rebuscaban entre los escombros sus pertenencias importantes.Los funcionarios de emergencias y de la Alcaldía de La Paz se encargaban de asegurar el lugar, nadie podía ingresar a las casas aplastadas sin llevar casco. «Primero realizamos apuntalamientos para ver si el lugar está o no firme, luego ayudamos a la gente a sacar sus enseres”, explicó la jefa de la Unidad de Manejo de Cuencas, Mary Pérez.Los restos de las casas destruidas fueron tapadas con un gran nailon transparente porque los afectados creen que lo que está debajo puede mojarse y perderse.»Esta lluvia está dificultando nuestra búsqueda”, dijo una joven, quien tenía los tenis enlodados.Sus padres evitaron el contacto con la prensa y lo único que pudieron sacar de su casa fue una estatua a escala del Cristo de la Concordia de Cochabamba, que sólo estaba sucio, pero íntegro. Más tarde encontraron los muebles de madera, todos hechos retazos. Los elegantes cajones rotos de una cómoda los llevaron a su vehículo familiar.Mientras la lluvia cobraba más intensidad y Emmanuel Moser, de origen suizo, entraba y salía de lo que fue su casa. Lo primero que encontró fueron los pasaportes de su familia y varios ejemplares del Mensaje de Paz de la Iglesia evangélica Jireh. «Estamos bajo la lluvia; hay buena voluntad, pero hubo descoordinación. Sacamos algunas cosas, agradezco la solidaridad de todos”, dijo.Muchas personas que llegaron para ayudar veían los escombros y repetían que «es un milagro de Dios” que la gente haya sobrevivido a ese desastre.Hernán S. recuperó su lavadora mientras veía con pena los que fueron sus muebles, ahora deshechos. Él confesó que también está susceptible porque si no recoge sus cosas a tiempo «vendrán los pillos a llevárselo, tengo que proteger lo único que me queda, no importa que llueva”, expresó esa persona.Gobernación decidirá cuáles son los límites entre La Paz y PalcaDespués del deslizamiento, los vecinos damnificados de Bajo Auquisamaña identificaron diversas causas por las que éste hecho ocurrió, entre ellas el problema de límites entre La Paz y Palca. El alcalde paceño, Luis Revilla, informó que el tema de los límites entre los dos municipios debe ser resuelto por la Gobernación del departamento.»En el caso de Palca, el proceso de delimitación ya ha concluido; se han cumplido todos los pasos, lo único que resta es que el Gobernador establezca el límite entre La Paz y Palca”, afirmó.Las denuncias de los vecinos de Bajo Auquisamaña señalan la existencia de un río y también de canales que fueron desviados. Pero la versión que tuvo más respaldo fue aquella en sentido de que el farallón se desprendió porque en la parte superior del cerro había loteadores que ofrecían, según ellos, áreas verdes para construir casas.No obstante, Revilla descartó esa posibilidad debido a que con el dron de la Alcaldía paceña se tomaron fotografías aéreas que muestran que cerca del desastre no existen asentamientos ilegales; sin embargo, más arriba, sí existen asentamientos que habrían sido autorizados por el municipio de Palca, asegura el Alcalde de la sede de Gobierno.El gobernador de La Paz, Félix Patzi, continúa la revisión de los informes finales sobre los límites entre ambos municipios para tomar una decisión que, según Revilla, pondrá punto final a un problema que es arrastrado desde hace varios años ya.Luis Revilla afirma que ya no hay riesgo en la zonaEl alcalde de La Paz, Luis Revilla, informó ayer que ya no existe riesgo en Bajo Auquisamaña, zona afectada el miércoles por un deslizamiento. El Alcalde dijo que no hay peligro en las casas aledaña debido a que los trabajos de estabilización se iniciaron desde el miércoles en la noche y se prevé que durarán al menos hasta siete días.»El trabajo está avanzando bien, ya no ha habido más movimiento, ya no existe ningún tipo de riesgo en el área y con el ingreso de la maquinaria hasta la parte alta se ha podido iniciar la estabilización y no hay ninguna posibilidad de que existan mayores eventos en este lugar y que afectarán a otras viviendas que no sean las que han quedado destruidas o las que han quedado evacuadas, así que no existe ningún riesgo para el resto del barrio”, aseguró el Alcalde.El miércoles en la tarde el farrallón de un cerro se derrumbó sobre cinco viviendas de la zona de Bajo Auquisamaña, afortunadamente, sin ocasionar la pérdida de vidas humanas. La comuna inició los trabajos de estabilización el miércoles en la noche con personal de turno diurno y nocturno.El jefe de la unidad de Manejo de Riesgos de la Alcaldía, Jaime Jáuregui, explicó que la razón del deslizamiento de los bloques de tierra fue por las temperaturas altas y las últimas lluvias registradas, lo que generó grietas en el terreno arcilloso. «En las últimas semanas ha habido lluvias agresivas que han remojado el cerro, se tuvo un tiempo extraordinario con un clima cálido y provocó grietas de desecación, por tanto este desajuste de suelos”, aclaró el funcionario edil.Página Siete / Wendy Pinto / La Paz