Luego de desempeñarse en JP Morgan por 17 años, iniciará una nueva etapa profesional en el banco más grande de Europa.
Gonzalo Díaz Díaz de Oropeza / Inversión
«Siempre me apasionó el mundo de los negocios y de las finanzas, explicó el nuevo director general de Banca Mayorista Global del Banco Santander, José María Linares, al recordar las razones por las que se formó en Finanzas y Economía. Este profesional boliviano, a sus 45 años, vive el sueño de muchas personas que aspiran a trabajar en empresas globales. Linares trabajó por 17 años en JP Morgan de Estados Unidos; y por un protocolo recién ejercerá su nuevo cargo en Santander el próximo 1 de junio.
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¿Qué hará en el Banco Santander?
Mi puesto en Santander consiste en manejar toda la banca corporativa de inversión y de mercados. Seré director general de tres funciones: Banca de Inversión, Banca Corporativa y Mercados (de capital). Todo esto se conoce como Banca Mayorista, que está dedicada a clientes corporativos e institucionales.
El Banco Santander es el banco europeo más grande que hay y tiene los ingredientes para ser uno de los bancos más influyentes del mundo, como lo es JP Morgan. Yo creo que el reto principal es conectar todos esos ingredientes, para hacer de este banco grande, un gran banco.
¿Trabajará con clientes latinoamericanos?
Por supuesto. Santander tiene una presencia enorme y muy fuerte en Latinoamérica con posiciones de liderazgo en Brasil, México, Argentina, Chile, Perú o Colombia. Esto hace que, en parte, yo vuelva a mis raíces. Yo empecé en el negocio latinoamericano de inversiones. Y, bueno, ahora voy a un banco que tiene una presencia monumental en América Latina, lo cual me alegra muchísimo.
¿Qué diferencias ha notado entre las culturas y su relación con la banca en los diferentes países donde ha trabajado?
La verdad es que yo he operado en todas las geografías. Y si bien todas son muy diferentes y cada una tiene su complejidad y sofisticación, al final del día el trabajo de la banca es el mismo: ayudar al cliente a crecer, a prosperar, a ser mejor en lo que hace, a comprar compañías, a mover capital y a financiarse. Eso es lo que hace que el motor económico mundial funcione. JP Morgan o Santander son partes esenciales del engranaje del movimiento económico mundial.
¿Esos grandes bancos tienen operaciones de microfinanzas?
El negocio corporativo, principalmente, es el negocio de las grandes empresas, que es el negocio que manejo en JP Morgan.
JP Morgan no tiene en Europa una presencia de microfinanzas o más chicas. Sin embargo, la presencia que tiene en Estados Unidos en banca minorista (retail) y microfinanzas es muy fuerte.
Con Santander es lo mismo, pues tienen operaciones minoristas en toda Europa y partes de Latinoamérica.
¿Qué opina del discurso de Trump contra la globalización?
Yo creo que hay ciclos. Yo creo que hay un discurso de Trump antiglobalización que va en contra de una tendencia muy fuerte, que es la evolución de las compañías multinacionales. La única manera de crecer es siendo multinacionales; y eso es muy difícil de frenar.
Por el otro lado, Trump ha sido mucho más constructivo en todo lo que es la interpretación de la regulación. Después de la crisis, todos los bancos centrales han creado regulaciones demasiado restrictivas, muchas de ellas buenas, pero muchas otras no cumplen con una función positiva ni para la economía ni para la gente; y hay necesidad de que sean revisadas y cambiadas.
Desde ese punto de vista, creo que Trump es mucho más cercano a revisar las regulaciones que no tienen sentido. Muchas se quedaran, si son buenas. Las que son malas, espero que se revisen y salgan. Eso será positivo, no sólo para la banca mundial sino también para los consumidores del servicio de banca.
¿En sus años de trayectoria notó la evolución de las empresas tecnológicas?
Totalmente. Gran parte del reto que tengo en mi nuevo trabajo es entender la evolución tecnológica monumental que está sucediendo en el mercado; y va a cambiar radicalmente en la forma cómo la banca opera. Los bancos que se adapten a esta nueva realidad tecnológica estarán bien; y los que no, pues, dejarán de existir.
El reto para todos los bancos es, justamente, volverse compañías con una sofisticación tecnológica enorme. Gran parte de lo que haré en mi nuevo trabajo, pero también hacía en el antiguo, es justamente tomar las decisiones acertadas para que la banca evolucione hacia un modelo de tecnología de punta.
¿Actualmente en qué rubros están las grandes corporaciones?
En todos. Obviamente tenemos clientes que abarcan absolutamente todo. Por ejemplo, todas las compañías de tecnología son clientes enormes de servicios bancarios, las compañías de petróleo son consumidores enormes de servicios financieros.
No me restringiría a un sector porque en realidad todas las empresas que son grandes, que son sofisticadas o que tienen problemas complejos requieren de la ayuda de la ingeniería financiera para gestionar sus negocios.
¿Cómo ve el surgimiento de nuevos canales de financiamiento, como los crowdfunding o los inversionistas ángel a los que recurren, por ejemplo, las startups?
No hay que olvidar que todo esto no es nuevo. Tal vez los canales cambian, los tiempos se acortan, las velocidades se hacen mucho más rápidas, pero si va a Estados Unidos, a la época cuando empieza el crecimiento de los ferrocarriles o el negocio del petróleo, aquello era similar.
Yo fui analista de internet para JP Morgan cuando empezó todo el fenómeno de la red en los 90.
Era exactamente lo mismo, eran tres chicos en un garaje con una computadora y una idea; y millones de dólares de financiamiento.
Justamente el reto como director de la operación mayorista es ser relevante para los clientes, estar ya sea con el balance del banco o, principalmente, dar acceso a mercados de capital diferente -muy sofisticados y muy específicos- a clientes que tienen necesidades diferentes. Cada uno es específico y único. El reto de todos los bancos es ser relevante para las necesidades de cada cliente.
¿En los 90 cómo procedían los bancos con las compañías emergentes de tecnología?
Era lo mismo. Al final del día la historia nos cuenta que cuando algo se pone de moda y aparecen los booms siempre hay dinero que está disponible. Y generalmente cuando se sale de las proporciones se crea una burbuja. Y cuando la burbuja revienta todo ese capital desaparece. Los bancos están ahí a largo plazo, ese es su negocio. Entonces, el trabajo del banco es gestionar riesgos, gestionar acceso a capital.
Yo creo que eso no ha cambiado en su concepto filosófico. Este siempre fue el mismo, lo que cambia es la manera en la que se traduce cada nuevo ciclo. Ahí está el valor añadido de tener direcciones generales que tienen experiencia y la visión para ver hacía el futuro y entender que cada ciclo tiene diferencias.
¿Qué recuerdos se lleva de JP Morgan?
Es una empresa excepcional. Tengo la satisfacción de haber entrado a una empresa que tenía un renombre único, pero tal vez no el alcance que tiene hoy. Haber sido parte importante de la construcción de lo que es hoy JP Morgan, en alcance y calidad, es un recuerdo único.
El reto que ahora tengo en Santander es tratar de construir un banco que tenga el mismo alcance global y la misma relevancia… que cuando el cliente tenga un problema importante piense en Santander.
¿En qué cree que reside el éxito profesional que ha logrado?
No hay una receta mágica. Muchas universidades me invitan para que explique mi trayectoria a la gente que se gradúa en finanzas o en maestrías en negocios. Creo que hay muchos ingredientes del éxito, sin embargo, el esfuerzo, la dedicación, la trayectoria constante y tomar decisiones importantes y grandes son los principales.
El camino al éxito no pasa de la noche a la mañana. Mi nombramiento no sucede de un día para el otro. Son veintipico años de trayectoria que toda la banca mundial conoce muy bien.
Esto es una maratón, no es un sprint. Muchos jóvenes piensan que de la noche a la mañana van a ser relevantes e importantes. Pero la verdad es que no hay nada como la experiencia, la trayectoria y el esfuerzo.
«A mí me gusta construir negocios grandes
José María Linares nació en La Paz. Luego de egresar del colegio Franco Boliviano continuó sus estudios en Estados Unidos. Es licenciado en Finanzas y Economía por Babson College (Massachusetts) y MBA por la Universidad de Columbia (Nueva York).
En 1993, dos semanas después de graduarse, empezó a trabajar en Morgan Stanley de Nueva York. En su primer empleo debía hacer análisis de inversión en compañías latinoamericanas que estaban listadas en bolsa. «Fui el analista rankeado como el número uno en los sectores que yo llevaba: telecomunicaciones, medios e internet. Para darle una idea, fui nombrado por las revistas especializadas como una de las personas más influyentes con una edad por debajo de los 30 años, recordó.
Cuando comenzó a trabajar en JP Morgan, hace 17 años, lideraba todo el equipo de análisis de inversión para Latinoamérica. En 2002, se fue a Hong Kong, donde manejó los equipos de análisis de inversión y derivados para Asía y el Pacífico. En 2006 se trasladó a Londres, pues fue nombrado jefe de las operaciones internacionales de análisis en renta variable y productos derivado de JP Morgan.
En 2011, cuando ya era parte del comité ejecutivo del negocio de acciones de JP Morgan, por encargo de la gerencia general se encargó de llevar el negocio con grandes empresas, para toda la región de Europa, el Oriente Medio y África. Ese es el trabajo del que ahora sale.
«A mí me gusta construir negocios grandes, formar equipos, entender problemas sofisticados y complicados, problemas globales. En todos los bancos en los que he trabajado, en JP Morgan los últimos 17 años y ahora en el Santander, conocí estructuras enormes con una sofisticación única.
Lo más motivador es tratar de entender los problemas difíciles de resolver, desde el punto de vista económico y financiero. Estar exactamente en el centro de la acción y, bueno, tratar de sacar una respuesta favorable. Ahí está la parte más motivadora de mi trabajo, señaló.
Linares retorna una vez al año a Bolivia para visitar a sus padres. Cuando se realizó la entrevista con Inversión él estaba en Europa, pero días después llegó a La Paz. «El protocolo de competencia dice que yo no puedo trabajar para Santander específicamente hasta el 1 de junio. En JP Morgan estoy cesando todas mis funciones, es decir, voy a tener un poco de tiempo libre en 26 años.
Fuente: paginasiete.bo