Alex Pettyfer: el sex symbol con el que nadie en Hollywood quiere trabajar


Es muy guapo, sigue siendo joven y es más que solvente como actor, pero han pasado más de cuatro años de ‘Magic Mike’ y su carrera está en tierra de nadie. ¿Por qué está desterrado Alex Pettyfer?

Alex Petyfer, el sex symbol con el que nadie quiere trabajar.

Su historia parece inventada. Con solo siete años un niño inglés, hijo de una decoradora de interiores y un actor desconocido, había sido descubierto por el mismísimo Ralph Lauren en una juguetería de Nueva York. Poco después, empezaba a trabajar como modelo infantil para Gap. A los 19 ya contaba con dos películas en su filmografía, protagonizaba numerosas campañas de la marca Burberry y formaba parte de las listas de los hombres más sexies o de los solteros de oro más cotizados del planeta. Juventud, belleza y carisma. Alex Pettyfer lo tenía todo para triunfar. Sin embargo, el cuento de hadas se transformó en pesadilla cuando sus primeras películas no consiguieron los resultados esperados y la industria se hartó de proteger a su última gran promesa. La prensa descubrió que la joven estrella era una fuente constante de problemas y tensiones fuera y dentro del plató. Allá donde iba, había drama. Y Hollywood dijo basta. Con los 27 años recién cumplidos, la carrera del inglés es una sucesión de fracasos, oportunidades perdidas y enfrentamientos que han terminado relegando al actor a un segundo plano del que quizás nunca pueda salir.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

“He escuchado que dicen que soy difícil. Un chico malo. Quizás es porque no aguanto gilipolleces»

Todo empezó en 2010, cuando Alex Pettyfer recibió una nueva oportunidad para protagonizar una franquicia. Con 15 años había encabezado Alex Rider: Operación Stormbreaker, un fracasado intento de hacer un James Bond adolescente. A pesar del tropiezo, la industria seguía confiando en el potencial de estrella del modelo y actor. Si todo salía bien, Soy el número cuatro sería la primera entrega de una serie de siete relatos que jugaban con elementos de aventuras, romance y ciencia ficción. Los problemas de la producción empezaron en el rodaje, con numerosos enfrentamientos entre el intérprete y el director D.J. Caruso. La tensión en el plató llegó a ser insostenible y la CEO de Dreamworks Stacey Snider tuvo que interceder para que acercar posturas entre ellos.

Un nuevo incidente amenazó el futuro de la película cuando Pettyfer se enteró de que un compañero de reparto cobraba más que él. El inglés exigió que le subieran su sueldo de 250 mil dólares y despidió a su mánager por no haberle conseguido más dinero. Los gestos infantiles y poco profesionales fueron más allá. Como forma de demostrar su descontento, Pettyfer se negó durante varios meses a canjear los cheques que le llegaban del estudio con su sueldo.Después de terminar el rodaje de la cinta fantástica, el inglés se rapó la cabeza para protagonizar El corazón de la bestia, una adaptación no oficial de La bella y la bestia ambientada en el Nueva York contemporáneo. Conscientes de la reputación que Pettyfer estaba empezando a ganarse, los productores de la película contrataron a un asistente que se dedicaba exclusivamente a evitar que surgieran problemas con el joven actor. Con el paso del tiempo se publicó que la estrella protagonizó varios momentos de tensión en el plató, pero la producción consiguió controlar la información y los medios de comunicación se mantuvieron alejados del rodaje. Todo cambió cuando el actor empezó a comportarse de forma sospechosa cuando llegó el momento de promocionar la película. En los meses previos al estreno, Pettyfer llegó dos horas tarde a una reunión de marketing por, supuestamente, problemas con su vehículo. El actor también sufrió otro desafortunado retraso la noche en la que El corazón de la bestia celebraba su premiere en Los Angeles. Vanessa Hudgens, Neil Patrick Harris y Mary-Kate Olsen tuvieron que presentar en solitario el drama romántico. La culpa en esta ocasión era de un pequeño incendio en el garaje de la casa de Pettyfer. A la mañana siguiente de la premiere, sus representantes enviaron un comunicado a la prensa, pero eso no impidió que empezaran a circular rumores sobre la problemática actitud del actor.Ninguna de las dos películas, estrenadas con tres semanas de diferencia en el invierno de 2011, fue un gran éxito de taquilla. Soy el número cuatro y El corazón de la bestia apenas recuperaron su inversión presupuestaria, anulando el plan de hacer una saga a partir de la película de aventuras y cuestionando el nuevo estatus de Pettyfer en la industria. En verano de ese mismo año éste hablaba en la revista VMan de los rumores sobre sus problemas para lidiar con la ira y la agresividad. “He escuchado que dicen que soy difícil. Un chico malo. Quizás es porque no aguanto gilipolleces». Quien tampoco estuvo dispuesto a aguantarlas fue Channing Tatum. Pettyfer fue contratado para interpretar uno de los protagonistas de Magic Mike, una historia basada en los años como stripper y bailarín de Tatum. La relación entre ambas estrellas fue difícil y el inglés no fue invitado a participar en Magic Mike XXL, la secuela de un éxito sorpresa que había recaudado 167 millones de dólares con un presupuesto de 7.Alex Pettyfer habló de su disputa con Tatum en diciembre de 2015 con Bret Easton Ellis, el autor estrella de la generación X gracias a títulos como American Psycho y Menos que cero. “Es verdad. No le gusto a Channing, por muchas razones, y muchas de ellas por mi culpa”. El joven explicó que durante el rodaje de Magic Mike mantuvo una relación distante y discreta con sus compañeros de reparto (entre los que estaban Matthew McConaughey, Matt Bomer y Joe Manganiello) por culpa, según el propio actor, de sus inseguridades. El resto de compañeros no comprendían su comportamiento, pero la película salió adelante.El problema real entre las estrellas surgió cuando Pettyfer y su pareja de entonces, la actriz Riley Keough, alquilaron un apartamento en Nueva York que era propiedad de un amigo de Tatum. Cuatro meses después, estos dejaron el piso por culpa de unas reacciones alérgicas. No pagaron la renta en ningún momento. Pettyfer se lo explicó a Ellis. “Lo que sucedió es que mi primo falleció y yo estaba destrozado, lidiando con el drama familiar. Me olvidé de la situación con el apartamento”. Tatum envió un mail en tono negativo recordando sus deudas a su compañero. “Paga el puto dinero. No seas un payaso”. Pettyfer le ignoró. El actor reconocía su culpa, pero al mismo tiempo insistía en que “Tatum estaba buscando una excusa para que yo no le cayese bien”. Habían pasado los años, pero la actitud arrogante del actor que justificaba su reputación con su negativa a aceptar chorradas seguía latente en cada una de sus respuestas de la controvertida entrevista.Alex Pettyfer mantiene las virtudes que una vez llamaron la atención de la industria. Es guapo a rabiar, sigue siendo joven y es más que solvente como actor, pero han pasado más de cuatro años del estreno de Magic Mike y su carrera está en tierra de nadie. Lo único que ha hecho desde su enfrentamiento con Channing Tatum es un remake de un clásico ochentero (Más allá del amor), dos películas independientes sin relevancia (Elvis & Nixon, The Strange Ones) y un pequeño papel como esclavista en la taquillera El mayordomo. Pettyfer hizo buenas migas con su influyente director, Lee Daniels, y este prometió desarrollar una especie de Sr. y Sra. Smith en clave homosexual que estaría protagonizado por el inglés. El proyecto no llegó a ninguna parte. La única forma de que en la meca del cine se perdone la arrogancia y la irritabilidad es un éxito que él todavía no ha conseguido. Desgraciadamente para Alex Pettyfer, ahora es Hollywood la que ha decidido que no quiere gilipolleces. Fuente: revistavanityfair.es