Dos noticias recientes ayudan a calibrar las dimensiones de la crisis que se cierne sobre el modelo gasífero (y económico en general) implementado en Bolivia en la última década. Por una parte, Brasil ha bajado drásticamente los volúmenes de sus compras de hidrocarburos bolivianos, en gran medida por la búsqueda de autosuficiencia energética, que de acuerdo a un ministro del vecino país podría ser alcanzada en el 2021.En todo caso, parece claro que el contrato a renegociarse en el 2019 sufrirá enormes recortes.Por otro lado, en los mercados mundiales se mantiene la tendencia a la baja del barril de petróleo, que en las próximas semanas podría descender a la cotización límite de 42,70 dólares, según el especialista de energía del Commerzbank, Eugen Weinberg. Todo esto indica que debe rediseñarse la política sectorial, probablemente incluyendo una nueva Ley de Hidrocarburos que incentive a las empresas, creando un Consejo Nacional de Energía que aglutine a los expertos y haciendo una reingeniería tecnocrática en YPFB.Al mismo tiempo, debe apostarse por motores alternativos de la economía como el agro cruceño, fortaleciendo el derecho propietario sobre la tierra y flexibilizando la innovación en biotecnología…[email protected]