Comenzó como brazo armado del Cártel de Juárez, sus miembros viajan en caravanas de hasta 30 vehículos y no tiene un líder visible: cómo es el grupo narco que protagonizó una balacera con integrantes del Cártel de Sinaloa y está en la mira de la DEA
Su sello distintivo es saber aprovechar los costos de oportunidad. Empezaron como un pequeño grupo, después se convirtieron en parte de un gran organización criminal. Desde 2015 la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) ha advertido que son un cártel del narco en formación.
Se trata de La Línea, un grupo delictivo mexicano que opera desde principios de siglo en el fronterizo estado de Chihuahua, donde ha sembrado el pánico e impedido que el Cártel de Sinaloa se apropie de la plaza.
Chihuahua es uno de los tres estados ubicados en el llamado «Triángulo Dorado» mexicano, conocido a nivel internacional por tener una de las mayores concentraciones de cultivos de marihuana y amapola.
Para el gobierno mexicano La Línea y la pandilla de Los Aztecas están considerados sólo como grupos que pertenecen al Cártel de Juárez, uno de los nueve más poderosos del país, pero desde hace dos años la DEA lo tiene identificado como una organización que ya se separó del cártel, tal sucedió con Los Zetas y el Cártel del Golfo.
Desde 2015, según informes publicados por diario texano el San Antonio Express News, este grupo enfrenta una sangrienta guerra contra el Cártel de Sinaloa tanto en Chihuahua como en Texas y el enfrentamiento de este miércoles en la comunidad de Las Varas donde el número de muertos llegó a 15, sería parte de esta guerra.
¿Quiénes son?
Una fuente en Chihuahua comentó a Infobae que el grupo empezó a tomar notoriedad en 2004, cuando se hizo público que estaba integrado en su mayoría por policías y ex policías municipales de Ciudad Juárez, así como algunos elementos estatales. De ahí que hayan podido mantenerse por casi dos décadas.
Durante el llamado Operativo Conjunto Chihuahua, en 2008, en el que fuerzas federales entraron al estado para combatir al narco y a la delincuencia, la organización fue combatida en Ciudad Juárez, pero no en el resto del estado, por lo que se presume que se diversificó.
Precisamente la integración de policías en sus filas es lo que les dio el nombre La Línea, pues eran los elementos del orden quienes establecía una especie de «línea» (orden) para que nadie vendieron drogas en las calles y quienes no seguían con esta «línea» era asesinados.
Rosalío María Martínez, uno de sus sicarios detenidos en 2010, confesó que en sus filas también existen comandos de mujeres armadas.
La primera guerra de las drogas, antes de la guerra contra el narco de 2006, se libró en Chihuahua por la alta presencia del crimen organizado y la cantidad de asesinatos de mujeres, episodio conocido como «las muertas de Juárez».
Una de sus características es que viajan en caravanas de hasta 30 vehículos, mostrando abiertamente sus armas. En ocasiones sus recorridos por distintas ciudades y caminos son captados por las cámaras de vigilancia.
En una entrevista concedida al diario El Universal en 2016, un presunto jefe de sicarios expresó que la organización se dedicaba a la venta de heroína, «y tengo que conseguir adictos».
«La guerra está porque quieren meter el cristal la gente de Sinaloa –en alusión al Cártel- a veces agarramos a jefes grandes y todo para que sabemos quienes son y dónde están», afirmó y asegura que en la zona no hay trabajo, por eso «ya toda la gente se dedica a eso».
Explicó que la orden que han recibido es operar de manera discreta y «no andar tirando la gente en la calle ni nada por eso hay un chingo (muchos) de cementerios clandestinos».
Dijo que Estados Unidos nunca se va a dar abasto y de entre los compradores de drogas «son los mejores».
Parte de su discreción es que entre 2008 y 2014 se dejó de identificar a un líder visible del grupo, lo que impide que las autoridades se concentren en atrapar a las cabezas, como ha sucedido con los grandes cárteles.
¿Un nuevo cártel?
Carlos Flores, analista del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede), un think tank mexicano especializado en temas relacionados con los distintos aspectos de la seguridad pública, comenta a Infobae que si bien es cierto que La Línea actuó durante mucho tiempo como un brazo del Cártel de Juárez, en la medida que sus líderes fueron asesinados o arrestados, se apropiaron de la organización.
«Crecieron hasta que hubo una independencia y al final absorbieron al cártel, crecieron tanto que se comieron al cártel, se fortalecieron, lo leyeron muy bien», expresa.
Ahora, explica, ya no se le puede considerar como una célula de Juárez, pero tampoco está lo suficientemente fuerte para ser considerado un cártel. Se puede clasificar como un grupo delictivo en crecimiento.
Pero también se le puede considerar un ejemplo de cómo serán los nuevos cárteles que surgirán a partir del reacomodo que se desarrolla en estos momentos.
De acuerdo con su análisis, dos de sus características son: que se ha alimentado de las distintas crisis de los grandes cárteles. La segunda es mostrar su fuerza a través de grandes caravanas.
«Es posible que se fortalezcan, por eso la DEA los tiene en el radar desde hace dos o tres años. No son tan sanguinarios como en su tiempo fueron los Zetas, pero son tan astutos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)» que ahora tomó el lugar del de Sinaloa como el más poderoso de México y con el que presuntamente mantiene una alianza.
Y reitera que su principal ventajas es que no hay un líder visible.
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Fuente: infobae.com