Caso Eurochronos / Santa Cruz. La madre de Ana Lorena Tórrez espera los resultados de la investigación. Un equipo de peritos independientes analiza el caso El dolor que tiene Roxana Torrico por la muerte de su hija, Ana Lorena Tórrez, se mezcla inevitablemente con lo orgullosa que se sentía de ella. Del recuerdo de que la joven se ganó un desayuno con la escritora Isabel Allende, pasa a contar que ayer entró en shock cuando un canal de televisión mostraba la muerte de su hija.También revela lo que le han contado los sobrevivientes, que los delincuentes buscaban negociar y que eso pudo haber salvado a la joven. ¿Qué sabe de lo que ocurrió dentro de Eurochronos durante el atraco? Mi hija podía haber salido por una ventana, pero no lo hizo porque desde afuera había disparos. Dos de las funcionarias, que están internadas, quisieron protegerse con mi hija y se escondieron debajo de un escritorio. De ahí las sacaron a las tres y las llevaron afuera. Luego la separaron para negociar.Personas que estaban cerca de mi hija me dijeron que el ladrón que tenía a mi hija de rehén quería entregarse, rendirse o llevarse a Ana Lorena hasta donde tenía una movilidad e irse.¿Qué harán cuando se sepa de dónde vino el disparo?El ministro de Gobierno dio una información apresurada; no puede arrogarse una investidura supranatural como para decir ‘el que tiene la verdad soy yo’, debemos esperar resultados de las investigaciones y las pruebas.La tesis que maneja nuestra defensa, encabezada por Adhemar Suárez junto con un equipo de peritos, es que la bala pudo haber rebotado del piso. En ese caso sería homicidio culposo y omisión de socorro. Por eso decimos que la Policía debe mejorar sus procedimientos.¿Cómo está a una semana del hecho?Yo solo había visto el video de la muerte de mi hija una sola vez; pero esta mañana (ayer) lo volví a ver porque lo pasaron en un canal de televisión y entré en shock por varias horas.¿Y las otras personas cercanas a su hija? Al novio de mi hija le he dicho que debe continuar con su vida, que tiene todo el derecho. A él y a mi hijo Eduardo les he dicho que deben ‘dejar ir’ a Ana Lorena. Ella amaba a su hermano, que es cardiólogo y estuvo presente durante la cirugía de Ana Lorena. La vio morir.Mi nieta, de tres años, todos los días pregunta por ella. Todavía no le hemos explicado lo que sucedió. La otra noche pasamos por Eurochronos para ir a cenar y nos dijo ‘ahí trabaja mi tía’.¿Cómo se enteró de que estaban atracando? Me avisaron por teléfono. Llegué al lugar rápido y quise entrar, pero me detuvieron. Escuché las balas y sentí el tiro que era para mi hija, lo sabía porque ella tenía las llaves y combinaciones de las cajas fuertes. En medio de su dolor, siente mucho orgullo por ella.Sí. Ella aprendió a leer a los cuatro años, antes de ir al kínder. Comprábamos cartillas para que su niñera aprenda a través de un programa de radio y terminaron aprendiendo las dos. Era hiperquinética, es decir, que estaba en constante actividad, casi no dormía porque su cerebro estaba memorizando todo desde chica.Algo que estuve recordando recién es que en un concurso sobre literatura latinoamericana ganó un desayuno con la escritora chilena Isabel Allende por responder qué papel jugaba el personaje de un perro en la novela La casa de los espíritus. La respuesta era: ‘Ninguno’.¿Qué harán para seguir el legado de Ana Lorena? No hemos pensado en algo como una fundación, aunque hablamos con la señora Rhea Borda y nos gustaría apoyar; a Lorena le hubiese gustado sobre todo crear conciencia ciudadana, para educar a la gente y ordenar la ciudad.Luego está su empresa, una marroquinería que queremos que siga, porque cuatro familias dependen de ella.¿Qué le han dicho sus amigos del exterior?No lo pueden creer. Si las palabras lloraran, lo que me escriben serían puras lágrimas. Yo tampoco lo puedo creer. Como arquitecta, participé en las refacciones al templo de San Roque, pero nunca pensé que sería para rezar ahí la novena de mi hija.EL DEBER / Fernando Soria Sejas