Antes de la masacre que conmocionó Hollywood, Charles y sus seguidores habían asesinado a otras personas. ¿Por qué esas muertes pasaron desapercibidas hasta entonces?
Hemos seguido de cerca la deriva de Charlie, la de los miembros de la familia y su implicación profunda en la escena californiana de los 60. Ahora, llega la sangre, su particular y ominoso ingreso en la historia.Para el gran público, la víctima por antonomasia de la familia Manson es Sharon Tate. Algunos, además, recuerdan los nombres de sus acompañantes la fatídica noche del 8 al 9 de agosto de 1969 y a los asesinados la noche siguiente, el matrimonio Labianca. Pero hubo más. La ola de violencia empezó poco antes, si puede ponerse una fecha concreta al inicio de esta locura colectiva.
El verano del 69 era la fecha anunciada por Charlie para que se desatase el Helter Skelter, la guerra racial en la que los negros se levantarían contra los blancos desencadenando el Apocalipsis. Pero, pese a la evidente tensión que se vivía en Estados Unidos a raíz del asesinato de Martin Luther King el año anterior, la guerra no empezaba. La situación de olla a presión en el rancho Spahn era inaguantable, con un Charlie que había visto esfumarse sus esperanzas de grabar un disco y era cada vez más violento y agresivo.“Inspiraba terror en todas las personas que había a su alrededor, sólo así podía ejercer un control total sobre nosotros”, relataría tiempo después Catherine Share “Gipsy”. “La razón principal por la que nos quedábamos era porque teníamos la certeza de que lo que Charlie decía era verdad. Las ciudades iban a arder, habría disparos por todas partes y la única manera de sobrevivir era permanecer con ese grupo de personas, y todos sabíamos que necesitábamos dinero. Charlie estaba intentando conseguir dinero de cualquier modo y volvió a pensar como un criminal”.El primer homicidio de la familia Manson respondió a un asunto mucho más prosaico y menos dado a generar teorías conspiranoicas que los que le dieron su infame celebridad. Pese a su racismo, Charlie no rechazaba hacer negocios con negros, y entre estos estaba el camello Bernard Crowe, conocido como «Lotsapoppa». La familia intentó timarle con una entrega de drogas, a lo que Lotsapoppa respondió apareciendo en el rancho para amenazarles a todos con que era miembro de los Panteras Negras y, si no le devolvían lo pactado, les matarían a todos. La respuesta de Charlie fue presentarse en su apartamento el 1 de julio y pegarle un tiro. Cuando en los siguientes días apareció en prensa la noticia de que un pantera negra había sido asesinado, Charlie y los suyos pensaron que ya estaba, el primer paso para el Helter Skelter había sido dado. La paranoia aumentó y el grupo aceleró su paso recopilando más armas y viviendo en una suerte de ejercicios militares permanentes para prepararse para lo que estaba por llegar. Excepto que el cadáver que había aparecido no era el de Bernard Crowe, y Crowe no había sido nunca miembro de los Panteras Negras. Pasarían años antes de que este asunto se aclarara.Como había que conseguir más dinero para armas y avituallamiento, la familia posó sus ojos en Gary Hinman. Hinman era un profesor de música que vivía en Topanga Canyon y con el que los Manson mantenían una relación cordial de compra-venta de drogas. En el mes de julio del 69, un grupo de motoristas que habían comprado a la familia una partida de mescalina preparada por Gary Hinman se quejaron de que la droga estaba adulterada y era veneno puro. Así que el 25 de julio Bobby Beausoleil, Susan Atkins “Sadie” y Mary Brunner fueron a casa del músico a por el dinero correspondiente. Otra versión de los implicados dicen que simplemente sospechaban que Hinman guardaba mucho dinero y querían robárselo. Sea como fuere, el caso es que el desgraciado Hinman terminó atado y torturado por Beausoleil y las chicas implorando piedad y perjurando que no tenía dinero. Las palizas duraron dos días, durante los cuales se presentó allí el mismo Charlie y con una espada le cortó al prisionero la oreja izquierda (hola, Tarantino). “Ya sabes lo que tienes que hacer”, dijo Manson a Bobby antes de irse. Y vaya si lo sabía. Bobby asesinó a Hinman con un cuchillo y con su sangre pintó una garra en la pared junto al mensaje “Cerdo político”. Era una falsa pista que creían que llevaría a la policía a los Panteras Negras.De nuevo los planes fallaron. El 6 de agosto Bobby Beausoleil fue detenido conduciendo un coche robado al difunto Hinman, con el arma del crimen y la ropa todavía manchada con la sangre de su víctima. Desde el calabozo, Bobby telefoneó al rancho. Cogió el teléfono un nuevo miembro de la familia, Linda Kasabian, llegada a principios de julio con su hija de corta edad gracias a su amistad con “Gipsy” y bien recibida especialmente después de que le robase a su marido 5.000 dólares. Linda empezó una relación con Tex Watson y, algo que marcaría su destino, el día de los asesinatos era la única persona de la familia con una licencia de conducir válida tras el arresto, esa misma fecha, de Mary Brunner y Sandra Good por usar una tarjeta de crédito robada. Otra jugada de la casualidad.¿Qué pasó por la cabeza de Charlie al enterarse de la detención? ¿De dónde vino la idea de lo que pasó a continuación? ¿Tenía miedo de que Beausoleil hablara de sus chanchullos y se propuso liberarle? La teoría de que los asesinatos de Tate y Labianca fueron una réplica consciente del de Gary Hinman para que la policía dejase libre a Bobby es plausible, pero puede que todo fuese una mezcla de huida hacia delante, deseo de provocar de una vez el estallido de la guerra racial, muestra de poder sobre sus inquietos seguidores y por supuesto el orgullo herido por el rechazo de Terry Melcher y Dennis Wilson. Charlie sabía que el 10050 de Cielo Drive ya no era la casa de Melcher, pero le dio exactamente igual. Tal vez recordase su encuentro unos meses antes con aquella rubia despampanante –es dudoso que conociese su identidad– y tal vez no. Desde luego, aquel lugar pertenecía a alguien de la despreciable industria del entretenimiento (esa en la que había intentado con tanto ahínco entrar), alguien exitoso y parte de esa sociedad que le había rechazado una y otra vez. A sus ojos, merecían la muerte, y que estuviesen allí por una casualidad, una mala suerte inmobiliaria no iba a ser un impedimento. Aunque tal vez la idea de “entender” el por qué de una decisión así sea una entelequia en sí misma.“Hollywood está lleno de cerdos. Es la hora del Helter Skelter”, le dijo Charlie a la familia la tarde del 8 de agosto del 69. Llamó a Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Linda Kasabian, tomaron speed, les entregó cuchillos y una pistola y les dijo que hiciesen todo lo que Tex Watson dijese. Y añadió: “Dejad una señal. Vosotras, las chicas, sabéis qué escribir. Algo que parezca de brujería”. Al volante del automóvil, Linda Kasabian pensaba que se trataba de otra “creepy crawl”, una diversión nocturna que la familia llevaba tiempo practicando en la que se colaban de noche en casas de desconocidos para observarlos mientras dormían. A veces movían algunos muebles y cambiaban las cosas de sitio para “producir un estado alterado de conciencia” en ciudadanos pasivos, y otras aprovechaban para robar objetos. En esta ocasión se trataba de algo mucho más perverso
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Lo que sucedió a lo largo de aquel fin de semana ha sido contado múltiples veces y en versiones distintas según sus implicados y el momento de sus relatos. Pensemos que algo tan básico como saber si en realidad Manson ordenó matar ha sido discutido a lo largo de los años; el mismo Manson siempre lo ha negado frente a la versión de Tex, según el cual Charlie le ordenó que fuese a la antigua vivienda de Terry Melcher y acabase con todo el que estuviese dentro. El consenso general es que los hechos fueron como sigue:La mansión de Cielo Drive estaba ocupada por su dueña, Sharon Tate, embarazadísima de ocho meses y esperando ya el regreso de su esposo Roman que se encontraba en Londres ultimando detalles del rodaje de su próxima película El día del delfín. La acompañaba su exnovio y ahora mejor amigo Jay Sebring, figura prominente del Hollywood de la época gracias a su revolucionario tratamiento de la peluquería masculina. Sebring, aunque su nombre haya quedado ya para siempre ligado a su horrible muerte, era todo un personaje del momento e incluso su vida sirvió de inspiración para la película Shampoo, de Warren Beatty. Voytek Frkyoswski, amigo íntimo de Polanski desde su Polonia natal, director de cine frustrado y según algunas fuentes, proyecto de narcotraficante a gran escala, había recibido el encargo de Polanski de hacer compañía a Sharon en su ausencia. Su novia Abigail Folger, hija del magnate de cafés Folger, completaba el cuarteto.Aquella tórrida noche de viernes, los amigos salieron a cenar al restaurante mexicano El Coyote, en Beverly Boulevard, (el productor Robert Evans canceló su presencia a última hora) y hacia las diez estaban de regreso en casa. Alrededor de la medianoche, los cuatro visitantes inesperados llegaron desde el rancho Spahn a su destino. Tex Watson trepó al poste del teléfono y cortó los cables con unos alicates. Los miembros de la familia entraron en la finca a través de un terraplén lateral, y ya en el recinto vieron desplazarse un coche. Dentro estaba la que iba a ser la primera víctima de esa noche: Steve Parent, un joven de 18 años que ni siquiera vivía allí. Había ido a visitar a William Garretson, el guardés de la mansión que habitaba en la casa de invitados. Steve no conocía a los Polanski ni había estado nunca dentro del edificio principal. Tex se acercó él y le disparó cuatro veces.Por extraño que parezca, en el interior de Cielo Drive no oyeron nada. Tex le ordenó a Linda que montase guardia en la parte trasera, junto a la piscina, mientras que él se deslizaba a través de una ventana y les abría la puerta principal a Susan y Patricia. Voytek Frykowski dormía en el sofá, y cuando al ser despertado por Watson preguntó desconcertado “¿Quién eres? ¿Qué quieres?”, la respuesta del joven de 23 años puesto de ácido y speed fue: “Soy el diablo y estoy aquí para hacer el trabajo del diablo”. Fuente: revistavanityfair.es