Nina Simone, Marilyn y la primera transexual: las otras mujeres de Hugh Hefner (además de su madre)


Playmates, sí, pero también escritoras, cantantes, actrices, artistas y algunas de las personalidades mas notables del siglo XX

Hugh Hefner en 1963, rodeado por algunas de las conejitas del club Playboy de Chicago.

Con la muerte de Hugh Hefner a los 91 años regresa el eterno debate sobre si se trató de un caballero que luchó desde su cabecera Playboy por la igualdad de derechos de las mujeres, o un empresario que obtuvo pingües beneficios a costa de la cosificación femenina. Lo que resulta indudable es que en una sociedad como la norteamericana, en la que se negaba la venta de anticonceptivos a las mujeres, su rol seguía limitándose al de madre y esposa y se dificultaba su incorporación al mundo laboral, lo más osado que hizo Hefner muchas veces no fue desnudarlas o disfrazarlas de conejitas.

Considerado por muchos como la personificación del ladies’ man, estas son las señoras que marcaron la biografía de Hugh Hefner, el hombre que convirtió las fantasías sexuales en uno de los negocios más icónicos del siglo XX.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Grace Caroline Hefner

A kiss for my mom July 25, 1976 #scrapbooksaturday

Una publicación compartida de Hugh Hefner (@hughhefner) el

O lo que es lo mismo, su madre, que además de traer al mundo a este emprendedor fue la que le prestó 1.000 de los 8.000 dólares que Hugh, sin saber qué hacer tras trabajar como periodista para Esquire y un diario militar durante la Segunda Guerra Mundial, necesitaba para fundar su propia revista. Una que acabara con la mojigatería imperante en la época. “No lo hizo porque creyera en el proyecto, sino porque creía en su hijo”, reconoció hace unos años el editor durante una entrevista.

Marilyn Monroe

Marilyn Monroe

Antes de convertirse en la estrella del cine más grande de la historia, Marilyn Monroe se llamaba Norma Jean y no tenía problemas en posar desnuda para varios calendarios. Con lo que no contaba ella es con que años después Hefner compraría una fotografía inédita de aquellas sesiones por 500 dólares y la convertiría en el póster despegable del primer número de Playboy (nombre elegido tras descartar otros como Stag Party, Sir o Bachelor), publicado en diciembre de 1953. Aquella imagen de la actriz sin ropa sobre un fondo rojo de terciopelo logró que los 55.000 ejemplares de aquella primera tirada se agotaran en un santiamén.Curiosamente, Hefner y Monroe, que nacieron el mismo año, nunca llegaron a conocerse, aunque en 1992 el magnate compró por 75.000 dólares una tumba al lado de la de Marilyn en el Westwood Memorial Park de Los Ángeles, para pasar la eternidad al lado de su “icono sexual de juventud”.

Christie Hefner

Christie Hefner

Con su primera esposa, Mildred Brown, a Hugh Hefner le sucedieron dos cosas que nunca más se repitieron: contrajo matrimonio con alguien de su misma edad y fue víctima de una infidelidad. La relación concluyó en divorcio en 1959, dejando una década de convivencia y dos hijos en común, Christie y David.Tras hacer sus pinitos como periodista y crítica de cine en otras publicaciones, Christie pasó a trabajar en Playboy a mediados de los 70, promocionando a los cuatro años de incorporarse al cargo de vicepresidenta, teniendo por encima sólo a su padre. Ella se encargó de introducir una sensibilidad más moderna y femenina a la publicación. También una visión empresarial global, convirtiéndose en presidenta de Playboy Enterprises en 1984 y CEO de la compañía en 1988. Lidió como pudo con la aparición de Internet hasta que abandonó sus responsabilidades en 2008. Entre sus planes estaba centrarse en labores benéficas, la investigación del SIDA y la defensa de los derechos civiles, inspirada por el triunfo de Barack Obama, al que habían apoyado desde su publicación.El golpe más duro para ella llegó en 2012, cuando su marido, el senador demócrata William Marovitz, le confesó que había utilizado información privilegiada sobre las acciones de Playboy para su venta en 1998, algo de lo que le había advertido su padre en aquella época.

Caroline ‘Tula’ Cossey

En 1991, mucho antes de que las cuestiones sobre cambio de género se tratasen abiertamente en la sociedad, Playboy publicó un editorial fotográfico de Caroline «Tula» Cossey, la primera mujer transexual. En una entrevista publicaba por la propia publicación en 2015, Cossey, que apareció en la película de 007 Sólo para sus ojos (1981) y estuvo al borde del suicidio cuando los tabloides británicos revelaron que «la chica Bond es un chico», recordó la experiencia con palabras cariñosas y sinceras hacia Hefner. «Yo ya había participado en muchas sesiones de fotos desnda, pero ser la primera persona trans de Playboy lo considero un absoluto honor. Me invitaron a la Mansión para conocer a Hugh Hefner, y cuando nos miramos a los ojos vi que entendía perfectamente por lo que había pasado y que compartía mi causa».

Nina Simone

Hugh Hefner tuvo entre 1959 y 1961 un programa televisivo, Playboy´s Penthouse, al que iban todo tipo de personalidades y en el que se recreaba de una forma más elegante aquello en lo que más tarde se convertiría su famosa Mansión.Apasionado del jazz, llevó a Nina Simone, que despuntaba ya como una de las intérpretes más carismáticas y talentosas de la época. También conflictivas para la sociedad norteamericana de entonces, que no encajaba bien que esta mujer negra además de cantar y tocar el piano lanzase mensajes denunciando la situación de los afroamericanos. Por supuesto, para Hefner eso no fue un inconveniente para invitarla.

Crystal Harris

Hugh Hefner y Crystal Harris, el día de su boda en 2013.

Ella tenía 26 años y él 85 cuando se casaron en 2013, lo que motivo algún dardo envenenado de Ricky Gervais. Lo cierto es que Crystal Harris, playmate en 2009, ha contribuido decisivamente a que los últimos años de Hefner hayan sido de tranquilidad y reposo, tras una etapa anterior dominada por los excesos de todo tipo –llegó a tener tres novias a la vez– y las fiestas interminables que consumieron a, entre otros, Charlie Sheen.Con su boda, celebrada en nochevieja y con uno de sus perros como testigo, y Crystal instalada en la Mansión, se acabó para Hefner la promiscuidad, que prometió fidelidad a su tercera esposa hasta el fin de sus días.

Kimberley Conrad

Kimberley Conrad en 2009 junto a su ex marido Hugh Hefner y los dos hijos de ambos, Marston y Cooper.

Como tantas otras novias de Hugh Hefner, Conrad fue playmate de la revista antes de iniciar una relación con él, pero consiguió lo que muy pocas: serlo dos veces en el mismo año y conseguir asentar a un hombre que llevaba más de tres décadas alejado del altar. Madre de dos de sus cuatro hijos, Marston y Cooper, el heredero directo del imperio Playboy, fue ella quien dijo que en la Mansión con su matrimonio en 1989 se cambiaron los juguetes sexuales por los infantiles. En la casa adyacente que se construyó cuando la pareja se separó tras nueve años de convivencia, permaneció hasta 2010, cuando con sus hijos siendo ya mayores de edad solicitó el divorcio de Hefner. Desde entonces poco se ha sabido de Conrad, que en su (abandonada) cuenta de Twitter prefiere conservar su apellido de casada.

Margaret Atwood

Para todos aquellos que la compraban sólo por los artículos, Playboy ofreció la posibilidad de leer relatos inéditos de algunos de los mejores escritores contemporáneos. Entre ellos, como no podía ser de otra manera, mujeres como Margaret Atwood, que publicó varias veces en la revista, entre ellos The Bog Man en 1991, una historia de amor y arqueología de la autora de El cuento de la criada que se encuentra entre los hitos de Playboy, o Joyce Carol Oates, cuyas entrevistas han sido motivo de orgullo para Hefner a lo largo de los años. Algunas escritoras incluso han llegado a considerar Playboy el mejor trabajo de sus vidas.Fuente: revistavanityfair.es