Los investigadores documentaron cerca de 38 millones de piezas de plástico, con un peso de casi 18 toneladas, arrojadas en un atolón de coral deshabitado en el este del Pacífico Sur.
Lindstrand, que según apuntó la edición para Canadá del diario The Guardian bebe cerca de 12 latas de este refresco al día, identificó rápidamente lo que tenía delante. “Parecía que era una impresión colocada en la garra del bogavante”.Días más tarde, aún no hay una teoría firme de cómo pudo llegar ese logotipo a la pinza del bogavante. Unos apuntan a que el animal podría haber crecido alrededor de una lata que terminó en el fondo del océano. Otros especulan que la langosta simplemente quedó atrapada en una caja de este refresco. Hay quien dice que no podría provenir de una lata, sino de un plástico. Sea como sea, la única evidencia constatable es que la mano irresponsable del ser humano está detrás de esta imagen.
Ante la descomunal cantidad de basura que acumulan los océanos, los grupos ecologistas LADbible y Plastic Ocean Foundation pusieron en marcha una campaña mundial para pedir a la ONU que reconozca a las islas de basura flotantes en el océano como nuevo miembro de la asamblea internacional. El nuevo estado ya tiene lista la moneda oficial, el ‘Debris’ (escombro, en inglés ), el pasaporte, la bandera, los sellos, el himno nacional e incluso la selección del fútbol.Recientemente, los investigadores documentaron cerca de 38 millones de piezas de plástico, con un peso de casi 18 toneladas, que se habían arrojado a la basura en uno de los lugares más remotos del mundo: un atolón de coral deshabitado en el este del Pacífico Sur. Los científicos encontraron cientos de cangrejos revoloteando en casas improvisadas hechas con tapas de botellas y frascos cosméticos, con un cangrejo que incluso convierte el interior de la cabeza de una muñeca en un hogar.Fuente: La Vanguardia
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