El primer africano en ganar un Balón de Oro se ha convertido en el nuevo líder de Liberia.
Los futbolistas suelen tener más o menos las mismas salidas profesionales tras retirarse del campo: pasarse a comentarista deportivo, entrenador a tiempo completo, la consultoría, o la comercialización de ropa deportiva. Ahora, a la lista se suma otra interesante posibilidad: presidir un país.George Weah, conocido en las esferas futbolísticas por ser el primer africano que ganó un Balón de Oro, ha sido el más votado de las elecciones presidenciales de Liberia celebradas el pasado martes, que lo enfrentaron al vicepresidente Joseph Boakai. Weah, del partido Coalición por el Cambio Democrático, ha conseguido así triunfar en la política, un sueño que lo ha acompañado desde hace décadas. Todavía hace falta esperar a los movimientos de los partidos minoritarios para confirmar el triunfo definitivo de Weah.Fuera de Liberia muchos lo recuerdan como el delantero que se coronó como el mayor goleador de la UEFA en la temporada 1994-1995. Había llegado a Europa gracias al seleccionador Arsène Wenger, quien lo fichó para el Monaco a finales de los ochenta, y después pasó por el Paris Saint-Germain, el Milan, debutó en la liga inglesa con el Chelsea y posteriormente en Manchester City, y finalmente regresó a Francia para jugar en el Marsella y luego en el club de Emiratos Árabes Unidos, Al Jazira, donde se retiró del deporte.Durante los últimos años fue habitual verlo en galas de premios entregando trofeos a los jugadores destacados. En 2001 presentó el premio a Futbolista del Año de la FIFA para Luis Figo, acompañado por Josep Blatter, y en 2009 homenajeó el gol de Cristiano Ronaldo contra el Oporto en los cuartos de final de la Champions con el Puskás Award.
Sin embargo, su mente estaba más allá de la portería.»Sé que mucha gente se pregunta por qué un exfutbolista perseguiría la presidencia de un país, pero nadie se lo pregunta a un abogado o un hombre de negocios cuando hacen lo mismo», expresaba Weah en una entrevista con The Guardian, donde ha hablado de las numerosas críticas de inexperiencia, sobre todo de las clases altas, que han rodeado su candidatura.Weah se presentó a las elecciones de 2005, pero perdió contra Ellen Johnson Sirleaf, economista formada en Harvard y una de las que ganarían el Nobel de la Paz en 2011.Su ascenso hasta la cima no ha sido fácil. Creció en un slum en una de las zonas más pobres de Monrovia, la capital, y durante sus años como futbolista sufrió el racismo de la sociedad europea y la afición. En 1996 le rompió la nariz de un cabezazo al jugador portugués Jorge Costa tras haber sido insultado por éste.
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No consiguió el graduado escolar hasta cumplir los 41 años, y con el objetivo de suplir sus carencias educativas se fue a Estados Unidos para estudiar una licenciatura de gestión empresarial y un máster en administración pública.Muchos jóvenes del país, todavía afectado por dos guerras civiles, lo ven como «el mesías de nuestro país», comentaba un familiar de Weah en el diario inglés, pero muchos otros dudan de su capacidad para liderar la nación.Su número dos es Jewel Howard-Taylor, exmujer del expresidente y antiguo señor de la guerra Charles Taylor, condenado por la Haya por 11 delitos de guerra y crímenes contra la humanidad. Según indica Newsweek, Jewel todavía es una figura controvertida y está bajo el radar de las Naciones Unidas.En la política, como en el fútbol, a veces se gana y a veces se pierde. Esta vez le ha tocado ganar.
Fuente: revistavanityfair.es