Un millón del 1,6 millones que hay instalados legalmente en el extranjero marcharon a partir de 2015, según la OIM. Unos 145.000 más han pedido asilo
Chile
Pequeño, poco poblado (18 millones) y remoto, es el país que en relación con su población, más venezolanos ha acogido. En dos años ha otorgado 120.000 permisos de residencia permanentes y visas temporales. Entre 2016 y 2017, 108.000 venezolanos pidieron su primer visado para entrar como turistas. La escritora explica que los chilenos no olvidan que muchos izquierdistas perseguidos por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) encontraron refugio en Venezuela. Llegan atraídos, explica, porque es, junto a Argentina, el destino más estable, seguro y europeo de la región.
Perú
Gracias a una norma específica, 27.000 emigrantes han recibido un permiso para instalarse temporalmente. Las llegadas han aumentado más de un 1.000% en dos años. Casi 24.000 han solicitado asilo, una vía que a menudo permite quedarse legalmente mientras se resuelve el expediente.
Colombia
Unos 68.000 llegados antes del pasado verano fueron regularizados y obtuvieron un permiso especial que da derecho a la atención sanitaria. Otros 155.000 arribados antes de febrero pasado lo han solicitado. Tras otorgar a 1,6 millones de venezolanos la tarjeta que permite ir y venir a través de la frontera, las autoridades colombianas suspendieron en febrero su expedición.
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Estados Unidos
Han ido llegando de manera más paulatina que a Sudamérica. En 2016 más de 5.600 lograron la residencia y en el periodo 2006-2016, unos 64.000 obtuvieron la nacionalidad. Con 60.000, es el país con más venezolanos que pidieron asilo.
España
El desembarco se aceleró en 2015 con la peculiaridad de que un 60% de los instalados poseen también la nacionalidad española, muchos como el sociólogo Paez, de los tiempos cuando los españoles emigraban y Venezuela los acogía. Las peticiones de asilo se han disparado hasta superar las 12.000, pero poquísimas son aceptadas. En 2017 solo 15 venezolanos fueron admitidos como refugiados.
Brasil
Las llegadas se producen sobre todo por el Estado fronterizo de Roraima, donde el presidente Temer decretó el estado de emergencia el pasado febrero. El Gobierno, la OIM y Acnur, entre otros, han creado un equipo conjunto para gestionar la situación fronteriza. Las autoridades permiten a los venezolanos solicitar un permiso de residencia temporal de los que se han otorgado 8.000. Mientras, casi 25.000 venezolanos han solicitado refugio.
Panamá
Aunque en 2017 regularizó a 10.000 personas, desde octubre les exige visado.Ante la pregunta de si antes solo huían los ricos y poderosos y ahora también escapan las clases medias y los pobres, el sociólogo Paez recalca que “toda la sociedad venezolana está empobrecida”. Su caso es ilustrativo: “Soy un catedrático que cobra al cambio unos 5 dólares al mes con un poder de compra que es incluso menor. Tendría que trabajar 18 años seguidos para comprar un boleto de avión. Muchos venezolanos viven de las remesas”. Paez añade que a este le precedieron otros éxodos en un país que, insiste, “fue un país de gran movilidad social”: los perseguidos políticos, los empleados del sector petrolero, los médicos, los periodistas, los empresarios…Pero el acelerado deterioro ha golpeado duro a esas clases medias que, como explica la escritora chileno-venezolana, no puede subsistir porque “no tiene ingresos en divisas”.El resto de los amigos de la foto también se busca la vida.Pese a compartir idioma y cultura, la adaptación es dura. Muchos llegan solos, casi sin ahorros, la burocracia acecha y tienen que trabajar en lo que salga para pagarse techo, comida y, a ser posible, enviar algo a los que quedaron atrás. Toro, fotógrafo además de diseñador gráfico, encadena trabajos de camarero en España. No es para nada lo que soñó pero está contento aunque siente añoranza.Su amigo Eduardo Palacios, ingeniero agroindustrial, trabaja como asesor de ventas en Costa Rica, adonde eligió emigrar porque había alguien que le podía echar una mano. Cuenta que al llegar en 2015 abrió un local de comidas con un socio que le estafó aprovechándose de que carecía “de un estatus migratorio que pudiera considerarse sólido”. Ha logrado iniciar allá una nueva vida con su pareja y un bebé.Albert Prieto, licenciado en estudios ambientales de 28 años jamás imaginó que tendría que “trabajar de camarero tras estudiar tanto en la universidad”. Pudo llegar hasta Tenerife porque un tío le acogió allí. Tuvo que dejar atrás a su esposa. Ha sido limpiador de coches, lavandero, mozo de almacén, repartidor y ahora es camarero. Está terminando de pagar “las muchas deudas” que tuvo que contraer para traerse a su familia.Agny Daniel Rodríguez, ingeniero agroindustrial de 28 años que trabajó cuatro en Nestlé, salió el año pasado por carretera a Colombia para volar a Lima. “Me fui porque la situación se volvió insostenible, el sueldo no alcanzaba para satisfacer las necesidades básicas, comida, medicina, movilidad. Además, no podía ayudar a mis padres económicamente. Y ya la inseguridad se apodero del país”. Eligió Perú por dos motivos: “Por ser un país que le abría (la puerta) a los profesionales venezolanos sin tanta burocracia, además de ser el destino más ideal al presupuesto con el cual yo contaba para ese momento”.Gracias a Facebook, estos seis amigos del colegio siguen en contacto 15 años después pese a la distancia. Esperan reencontrarse algún día. Se tomarán la foto. “En el momento en que podamos volver a encontrarnos, así tengamos 40 años, la volveremos a hacer”, proclama Toro. Saben que no será pronto.Fuente: elpais.com