El combate entre Tyson y Peter McNeeley en 1995 inspiró a Matt Groening para subir al ring a Homero Simpson frente a Rufo Tatum, clon de Mike
Michael Gerard Tyson fue condenado a seis años de prisión en 1991 tras ser acusado de violación por la candidata a Miss América Negra, Desireé Washington. Pero antes de cumplir sus primeros cuatro años tras las rejas, salió con libertad condicional. Amagó con retirarse del boxeo, pero el famoso promotor Don King lo convenció de subirse nuevamente al ring.
A los cinco meses de codearse de nuevo con la sociedad, el chico malo de Brooklyn volvió a pelear. Fue en agosto de 1995 en el MGM Grand de Las Vegas frente a un retador casi ignoto: Peter McNeeley. Su representante convocó al endeble irlandés, de fuerza bruta pero escasa técnica, para asegurarse de que su retorno al pugilismo fuera de manera triunfal. «He´s back» (Está de vuelta) fue el lema con el que se promocionó el combate.
Hubo más de 15 mil espectadores entre los que se destacaron las estrellas de cine Will Smith, Jim Carrey, Denzel Washington, Pamela Anderson y Nicolas Cage, el basquetbolista Shaquille O’Neal y un joven Donald Trump. Además, Sugar Ray Leonard fue uno de los comentaristas en la velada boxística.
El último enfrentamiento de Tyson había sido en junio de 1991 y, a pesar de que en prisión se había entrenado, no tenía el ritmo de los boxeadores mejor rankeados por ese entonces. No obstante, los medios y el público en general tomó casi con sorna la calidad de su rival de turno, que aprovechó su momento de fama para recaudar lo máximo posible. Incluso filmó comerciales que lo dejaban al límite del ridículo.
Cuando sonó la campana sucedió lo que todos esperaban ver. McNeeley intentó maquillar la diferencia de jerarquía con Tyson yendo a buscarlo desde el arranque, pero su estrategia duró muy poco ante la contraofensiva del inmenso moreno.
El combate duró apenas 89 segundos y el Huracán irlandés cayó dos veces antes de que su entrenador, Vinnie Vecchione, ingresara al ring y lo condujera a su rincón, frenando la acción y provocando su descalificación. Tyson se sumergió en la fiesta nocturna de la ciudad de Nevada casi sin haber transpirado.
LA RECREACIÓN EN LOS SIMPSONS (NOVIEMBRE 1996)
El tercer episodio de la octava temporada, llamado «Homero por el campeonato» (en la versión latina), muestra al hombre de la familia Simpson incursionando en el mundo del boxeo.
Con el cantinero Moe de promotor, Homero vence a varios oponentes amateurs y se acredita la posibilidad de medirse ante el imbatible Drederick Rufo Tatum, de gran parecido con Mike Tyson. El musculoso boxeador que también acababa de salir de prisión tiene como promotor a Lucius Sweet, que emula a Don King. La diferencia es que no había sido encarcelado por abuso sexual sino por empujar a su madre por las escaleras.
«Tatum contra Simpson: la venganza» anunciaban los comerciales televisivos de Springfield. Y pese a la resistencia de su familia, Homero aceptó el reto. El acuerdo entre Moe (que en casi todo el capítulo se muestra con boina al igual que el entrenador de McNeeley) y «Lucio» fue por 100 mil dólares y el desafío de Homero era soportar los golpes a lo largo de tres rounds.
Pero la peculiar forma de afrontar los combates del personaje amarillo, que no tiraba golpes y sólo los soportaba hasta derribar a sus rivales por cansancio, no serviría de mucho ante Tatum.
Las semejanzas con la pelea real entre Tyson y McNeeley son evidentes, desde la salida de los vestidores. El norteamericano caminó hasta el ring con la canción «Time 4 Sum Aksion» del rapero Redman y el mismo tema suena en la sátira. Por su parte, Homero salta al cuadrilátero con alguna dificultad junto a Moe y su padre, con «Why can’t We Be Friends?» de War, de fondo.
El árbitro de la pelea fue Mills Lane, retratado casi a la perfección por los productores de la serie animada. Y el desenlace, aunque más grotesco, tuvo mucho que ver con la realidad. Cuando Tatum está a punto de dar el golpe final poniendo en riesgo la vida de Homero, Moe saca a su pupilo del ring con un ventilador en la espalda que lo hace volar.
Otra historia real en la que los productores de Los Simpsons se inspiraron para mezclarala con la ficción animada.
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Fuente: infobae.com