Visiblemente incómodo por los gritos del ‘Bolivia dijo No’, que a la vez provocaron estribillos por el ‘Sí’ a la repostulación, el primer mandatario pidió rendir homenaje a la patria con respeto y se limitó a resaltar algunas cifras buenas de su gestión, además de casi asegurar el pago del segundo aguinaldo. No estuvo más de una hora en el palco de honor, por donde pasó el desfile, compartió el almuerzo de platos típicos de la Villa Imperial, para luego abandonar esa región del país, debido a la intensa agenda que tiene para esta semana, con un viaje a Colombia, para la posesión de Iván Duque, la entrega del nuevo Palacio y una reunión de Gabinete ampliado.
Desde el Gobierno se sostiene que los gritos del ‘Bolivia dijo No’ fueron una ofensa a los actos solemnes por los 193 años de independencia nacional, mientras que asambleístas opositores resaltan que lograron su objetivo, recordarle al primer mandatario que la población rechaza su nueva repostulación. Las diferentes plataformas ciudadanas del 21F pasaron sin ningún inconveniente el palco oficial, siendo casi los últimos. Tanto en el inicio del recorrido, en el ‘campo de Marte’, como al final, dos cuadras después de la plaza 10 de noviembre, intercambiaron gritos con simpatizantes del MAS, pero sin pasar a mayores.
Los fuertes dispositivos de seguridad evitaron que otros colectivos ingresen por otras rutas y antes al desfile, tal el caso de lo que sucedió con Samuel Doria Medina y los militantes de Unidad Nacional, que fueron dispersados, tras protagonizar forcejeos, con gas pimienta, teniéndose que resignar a no pasar por la plaza principal.
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Finalmente, los integrantes de las organizaciones sociales afines al Gobierno también se desconcentraron, recibiendo refrigerios y fichas de participación en algunos casos, y buscando la forma de retornar a sus regiones, en otros.EL DEBER / Jesús Reynaldo Alanoca Paco
