
Se suman las desilusiones cuando ves que todo está corrompido y duele la juventud, que sin armas de educación ética, son lanzados a la vorágine del mercado. Usados, por los modelos desprovistos de carácter, incapaces de guiarlos hacia la libertad de la creatividad, que en tiempo y espacio, es la responsabilidad que tenemos con nuestras vidas para ser sujetos de acción y no objetos de manipulación y vicios del poder corruptor. La mediocridad política lleva a los cuasi líderes a reproducir el poder armando estructuras de prevendas para tener contentos a los inocentes que creen, una y otra vez, en los¨Robin Hood¨del mercantilismo.
Frente a esta realidad que conocemos todos, se suman la indiferencia, en unos casos, y los intereses y ambiciones en otros, de una clase media que es el sandwich, de quienes tienen mucho y corrompen conciencias, y de quienes no tienen nada, “vulnerables a la manipulación”. Esa clase media que debiera definir con determinación por la ética para el desarrollo, juega entre lo lícito e ilícito en un mercado de viveza criolla, y se razgan vestiduras, cuando toca hacer el recuento de los daños.
Hoy, vomitan la carroña que tragaron ayer y no encuentran el remedio a la enfermedad porque su ambición no les permitió formar nuevos líderes capaces de engendrar sus propias ideas de crear y ser competitivos, son repetidoras de la mediocridad que los gobierna.
Evo Morales, seguirá gobernando, mientras exista el mercado de conciencias, porque es con coraje, salud, educación y capacidad ética en la acción, que lograremos revertir una vida de corrupción y malos hábitos, que derriben el mercantilismo político para alcanzar el desarrollo.
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*Ex diputada por el departamento del Beni