La actriz, casi retirada del cine y la televisión, demuestra una vez más que a lenguaraz no la gana nadie.
Después de haber entrevistado a leyendas como Quincy Jones o Isabella Rossellini, la última estrella entrevistada por el periodista David Marchese para Vulture ha sido Kathleen Turner. Nos sedujo en Fuego en el cuerpo, nos descubrió sus habilidades más siniestras en El honor de los Prizzi, nos devastó en El turista accidental y ahora vuelve a demostrar su genio y figura en su último papel: el de una veterana actriz sin pelos en la lengua durante esta entrevista.
SOBRE TRES LEYENDAS TRATANDO DE ACOSTARSE CON ELLA
“Mi primer gran papel fue Fuego en el cuerpo y después de aquello me convertí en un icono sexual. Descubrí luego, por Michael Douglas, que había una competición entre él, Jack Nicholson y Warren Beaty para ver quién me conseguía antes. Ninguno de los tres lo hizo, por cierto”.
“NICHOLAS CAGE FUE UN GILIPOLLAS»
“Nicholas Cage era muy difícil en el set [de Peggy Sue se casó]. Pero el director [Coppola] le permitió hacer lo que quiso con su papel, así que yo no estaba en una posición como para hacer mucho salvo interpretar mi papel. La interpretación de Cage solo sirvió para ilustrar mi desilusión con el pasado. Tal y como yo lo veía, sí, fue un gilipollas”.
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Y BURT REYNOLDS TAMBIÉN
“Trabajar con Burt Reynolds fue terrible. El día que llegó me hizo llorar. Dijo algo sobre no quedar en segundo lugar con respecto a una mujer. Su comportamiento era impactante. Nunca se me ocurrió que yo no fuese el igual de alguien. Me fui de la habitación llorando, llamé a mi marido y le dije: “No sé qué hacer”. Él me dijo: “Solo haz el trabajo”. Se convirtió en algo muy hostil porque el equipo empezó a tomar partido. Pero por mi trabajo, fui capaz de dejar la negatividad a un lado. No estoy convencida de que él lo hiciera”.
SI TE MUERDEN, ABOFETEAS
“Una vez abofeteé a una estrella.–¿A quién?–Me mordió.–Continúe.–Estaba haciendo una obra de teatro en la que había una escena en la que otro actor estaba encima de mi persona y de repente me mordió. Yo me quedé como “¿qué?” Igual no quiso hacerlo, pero llevó las cosas demasiado lejos”.
“37 AÑOS, PERO TODAVÍA ATRACTIVA”
“Una vez me mandaron un guión en el que mi personaje estaba descrito como “37, pero todavía atractiva”. Eso me cabreó mucho. Los americanos están muy jodidos con respecto al sexo”.
CÓMO DA TRUMP LOS APRETONES DE MANOS
“Te sostiene la mano y con su dedo índice te acaricia la cara interna de la muñeca. Está intentando algún tipo de avance íntimo, pero entonces tu retiras tu mano y te vas pensando: ¡Puag!”
SOBRE SER UNA ACTRIZ DIFÍCIL
“La historia de ser difícil es pura mierda de género. Si un hombre llega al set y dice “Así es como veo que se haga esto”, la gente dice “Tiene decisión”. Si lo hace una mujer, entonces dice: “Oh, mierda, ahí va ella”.
SOBRE DISCUTIRLE EL PLANO A FRANCIS FORD COPPOLA
“A veces por la noche sueño con la escena que voy a hacer al día siguiente, y en Peggy Sue se casó soñé con una escena en la que mi personaje baja las escaleras y se encuentra con su madre. Tal y como yo lo había soñado la cámara estaba en un sitio. Cuando llegué al set la cámara estaba en otro. Estaba desorientada. Le dije a Francis “la cámara debería estar ahí”, porque así lo había soñado. “No”, dijo él, “debería estar ahí”. Así que hicimos un trato. Él me dijo que le diera todas las tomas que necesitara desde su ángulo y que después él me daría dos desde el mío. Y adivina qué pasó”.
SOBRE SU ARTRITIS REUMATOIDE
Si dices “tengo una enfermedad misteriosa y no sé si podré caminar mañana”, no te contratan. Y el único tratamiento efectivo era una gran cantidad de esteroides, que tienen muchos efectos secundarios. Si tenía que coger una botella, por ejemplo, no podía agarrarla, y entonces la gente pensaba que estaba borracha.
SOBRE SUS PROBLEMAS CON EL ALCOHOL
“Tuve una época en la que descubrí que el alcohol era el mejor analgésico. Por una razón que no entiendo pensaba que podía controlar mejor el dolor de mi enfermedad con alcohol que con medicación. No quería tomar OxyContin y Percocet porque pensaba que eran el camino directo a la adicción. Nunca pensé que lo haría el alcohol. Entonces, por supuesto, abusé de él”.
SOBRE FRIENDS
“No me sentí muy acogida por el reparto. Me acuerdo de que llevaba un vestido de lentejuelas con tacones altos que me estaban matando. Me extrañó que ninguno de los actores pensara en ofrecerme una silla. Finalmente fue uno de los miembros de más edad del equipo el que dijo: “Traedle a Miss Turner una silla”. Los actores de Friends eran toda una pandilla, pero no creo que mi experiencia con ellos fuera única. Creo que simplemente fue que ellos eran un grupo muy cerrado al que no le importaba nadie de fuera”.–¿Y cómo los consideras como actores?No voy a opinar de esto.
SOBRE LAS RAREZAS DE WILLIAM HURT
“Me acuerdo una noche mientras rodábamos Fuego en el cuerpo que por alguna razón él quería hablar sobre cómo querríamos morir. No recuerdo cuál fue mi respuesta, pero él dijo que quería ser succionado por el motor de reacción. Era fácil encontrarse en ese tipo de discusión con Bill. Entonces cuando hicimos El turista accidental Bill estaba sobrio, así que tuvimos menos conversaciones como esa. Dios, no querías que Bill hablara demasiado”.
SOBRE NO SER UNA ACTRIZ DE MÉTODO
“Nunca he estudiado interpretación. La gente habla de esas diferentes técnicas, Meisner, y todo eso. No sé de lo que hablan la mayor parte de las veces. Mi escuela de interpretación fue actuar”. “En La pasión de China Blue interpretaba a una diseñadora de día y prostituta a 50 dólares en Hollywood Boulevard por la noche. ¿Crees que yo iba a salir con las putas de Hollywood Boulevard para descubrir cómo coño era aquello? Tengo imaginación. Creo que toda la información que necesito está en el guión. Y si no está, entonces no es un buen guión”.
SOBRE SU INCONFUNDIBLE VOZ
“Me reconocen antes por mi voz que por mi aspecto. Voy en el metro callada, porque si voy en silencio, soy solo otra persona. Si hablo, las cabezas se giran hacia mí”.
SOBRE HACERSE MAYOR
“Cuando cumplí 60 pensé que me merecía un buen anillo. Así que salí y me compré uno que decía “La vita à un dono” (la vida es un regalo”. Sí, uno se siente diferente con 60. Mi madre –fui a Misuri a visitarla– se giró y me dijo: “Tengo una hija de 60 años”. Y yo pensé: “Hostia”. De pronto era una hija de 60 años. Fue raro”.Fuente: revistavanityfair.es