‘Coyotes’ bolivianos trafican personas por el río Desaguadero


El Informe Mundial sobre la Trata de Personas de 2016, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, revela que de 17.752 víctimas de trata detectadas en 85 países en 2014, el 71% eran mujeres y niñas.

Alerta. Una mujer cruza a Perú con una niña en brazos; nadie verificó si es su madre.
Alerta. Una mujer cruza a Perú con una niña en brazos; nadie verificó si es su madre. Foto: Jorge Quispe. 

El balsero Tito H., que trabaja en el río Desaguadero, habla sin miedo. “Los indocumentados llegan en un taxi a las 04.00. Nosotros les cobramos $us 100 por hacerlos pasar al frente, luego un boliviano (‘coyote’) los lleva a La Paz por trochas (vías ilegales)”.

Eddy M., un tricicletero que transporta pasajeros por el puente internacional en la frontera peruano-boliviana, revela que los días de feria: martes y viernes son “los ideales para hacer el ilícito”. “Después de la iza de la bandera, muchísima gente indocumentada cruza, y este mes es cuando más haitianos y dominicanos llegarán”.



Yanet Senzano, directora general de Migración, informa que por ese punto fronterizo despacharon a 179 extranjeros que ingresaron a Bolivia sin papeles.

Allí está el puente internacional, controlado por la Policía, pero a 200 metros, fluye el río por donde en las noches no solo ingresa el contrabando, sino  extranjeros  indocumentados.

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La falta de trabajo y las mejores condiciones económicas en Chile y Brasil atraen a ciudadanos de otros países, que cruzan por Bolivia, aunque entre ellos hay también víctimas de trata.

El Informe Mundial sobre la Trata de Personas de 2016, elaborado por  la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, revela que de 17.752 víctimas de trata detectadas en 85 países en 2014, el 71% eran mujeres y niñas.

El jefe de control fronterizo de Migración, Hernán Vargas, confirma la presencia de ‘coyotes’ en esa zona. “Es gente que lucra con extranjeros que usan a Bolivia como tránsito hacia otros países y que utilizan el río para ingresar. A esas personas las denominamos ‘coyotes’”.

El 29 de agosto, ocho cubanos fueron interceptados por Migración por burlar el control.

Según esa repartición, los “coyotes” o traficantes  trasladan a dominicanos, haitianos, colombianos y venezolanos, entre otros, rumbo a Brasil, Chile y también a Argentina, pese a la crisis económica.

El alcalde de Desaguadero, Wilfredo Acarapi, atribuye el problema a la extensa línea fronteriza . “La frontera río abajo es larga y no hay control, los indocumentados pasan el río en  balsas y en botes para evitar la revisión en Guaqui y Laja”.

En el Distrito Policial  del lado peruano, un oficial que no quiso identificarse admitió en declaraciones a La Razón ese ilícito. “Son delincuentes que los traen hasta el río y los hacen cruzar. No controlamos por la noche, ni en las  madrugadas”.

En Bolivia, la Ley 263, o Ley Integral Contra la Trata y Tráfico de Personas, sanciona con privación de libertad de 5 a 10 años, el tráfico de seres humanos. En 2017, un peruano fue sentenciado en Bolivia por intentar pasar la frontera con tres haitianos y dos en 2015, que trasladaban a dominicanos.

No se sabe cuántas personas sin papeles cruzan por ese cauce de Perú a Bolivia, pero según el administrador del hostal, un alojamiento del lado boliviano, por semana hospeda a unos cuatro extranjeros de distintas nacionalidades que llegan por la noche, presumiblemente después de haber pasado la corriente en balsas.

Espere…

En ese municipio hay 20 hostales y se calcula que unos 10 indocumentados en promedio pasan semanalmente a territorio nacional ayudados por los “coyotes”. Según la máxima autoridad de Migración, entre enero y agosto, 488.186 personas entraron y salieron de manera legal por el puente internacional de Desaguadero.

El control tiene dificultades. “Los días de feria (martes y viernes) el flujo de personas es muy grande y técnicamente es imposible hacer la revisión a todas las personas”, admite el fiscal de frontera, Alejandro Gamboa.

Personal de la Policía, Aduana y Migración revisa equipaje, mercadería y documentos de extranjeros que pasan por ahí.

Según Migración, ciudadanos de 20 nacionalidades cruzaron legalmente el puente en 2018. Después de peruanos y bolivianos, el tercer grupo mayoritario son argentinos (12.585), luego colombianos (7.630) y franceses (4.994).

Eddy M. cuenta que los ‘coyotes’ llegan por la madrugada al río Desaguadero desde Juliaca. En Perú se denunció en 2017, que los traficantes introducen a personas sin documentos desde Ecuador, a través de la selva peruana, a los que trasladan hasta ese distrito de Puno.

“Siempre andan con celulares y cuando llegan, nos llaman para que les hagamos pasar en nuestras balsas a Bolivia”. Por ese trabajo Eddy M. cobra $us 100. Para entonces, los traficantes ya recibieron entre $us 1.000 y $us 2.000 de cada uno de los indocumentados.

El traficante después contacta a un “coyote” boliviano, quien se encarga de trasladarlos a La Paz o Santa Cruz. En el trayecto La Paz-Desaguadero hay dos puntos de control; en Guaqui y en Laja, pero con el fin de evitarlos, los delincuentes usan caminos vecinales de Jesús de Machaca, llegan a Viacha y a la sede de gobierno. Por ese trabajo cobran entre $us 1.000 o $us 2.000.

Los más osados, cruzan por la noche el lago Titicaca hasta Taraco, para ir a La Paz. Otros atraviesan también el lago, pero rumbo a  Puerto Acosta y Wilakala, y de allí se dirigen a Achacachi. “Hay indocumentados que pasan en botes y van al frente, hasta Taraco, y de ahí no sabemos por dónde se van a La Paz”, revela el alcalde Acarapi.

Inseguridad.  El río Desaguadero es más vulnerable a la comisión de delitos, porque no hay control, según constató este medio el miércoles 5 de septiembre.

Ese día, mientras los balseros cruzaban los 50 metros de ancho del afluente con cargas de contrabando, rumbo a Perú y Bolivia, este diario no vio control en ninguno de los dos lados; el fiscal Gamboa explica por qué. “Nosotros controlamos el puente internacional, pero los policías no pueden controlar el río, porque eso hace la Alcaldía”.

Ese control municipal supuestamente se efectúa los martes y viernes, pero no el resto de la semana. Por las noches, la zona se convierte en el “paso oficial” de los indocumentados que llegan desde Juliaca.

Acarapi se limita a indicar que la frontera es larga y que “siempre pedimos la presencia de autoridad y, pese a la Aduana, Migración y la Policía, en las noticias dicen que por Desaguadero pasan indocumentados”.

Septiembre es, según pobladores de Desaguadero de ambos lados de la frontera, el mes que eligen los ‘coyotes’ para traficar personas por eso creen que se debe reforzar el control.

La Razón  / Jorge Quispe / Desaguadero, La Paz